Historia de la Iglesia
“¡Ese es el dinero del Señor!”


“¡Ese es el dinero del Señor!”

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La familia Navas

Cuando René Bram Navas regresó de su misión en Costa Rica, conoció a Lissette I. Quesada, que también había vuelto de la misión recientemente. Ellos comenzaron el cortejo y pronto se casaron. Aunque tenían muy poco, eran felices.

Durante una época en la que la comida y el dinero se acabaron, René estaba preocupado porque su joven esposa, que estaba embarazada de su hija, estaba hambrienta y parecía no haber nada que él pudiera hacer. Ella se despertó una noche llorando porque quería comer pollo y no tenían el dinero para comprarlo. “Mi fe vaciló”, recordó él. Luego de considerar sus opciones, él sintió que la única alternativa era usar el dinero del diezmo para comprar comida.

Lissette lo detuvo conforme él salía de la casa y le preguntó dónde iba. Él le dijo que iba a comprar comida. Ella le preguntó: “¿Con qué dinero?”. Sintiéndose culpable, él respondió: “El dinero que hemos estado guardando”. Era el dinero del diezmo.

“¡Ese es el dinero del Señor!”, replicó ella. “No lo usarás para comprar comida”. La fe de ella lo animó a regresar el dinero y se fueron a dormir hambrientos.

El día siguiente era domingo y fueron a la iglesia ayunando. Caminaron cinco kilómetros (tres millas) hasta la capilla porque no tenían dinero suficiente para ir en autobús. René se detuvo y le dio el dinero del diezmo al obispo. “Sin embargo, no queríamos hablar con el obispo y pedirle ayuda”, dijo Rene, “porque veíamos que otras familias estaban peor que nosotros”.

Cuando comenzaban a caminar de regreso a su hogar desde la iglesia, una miembro que no era activa los llamó desde su casa. Su esposo era pescador y había atrapado más peces de los que podían utilizar. Les dio tres peces pequeños envueltos en papel de periódico. Ellos le agradecieron y siguieron hasta su hogar. Luego, otro miembro los detuvo y les dio tortillas. Lissette había servido su misión en esa zona y muchas de las personas y familias a las que enseñó también los detuvieron. Una les dio arroz y otra frijoles, mientras que otras les dieron azúcar, aceite y aguacates (paltas).

Para cuando llegaron a casa, tenían suficiente comida para dos semanas. Se arrodillaron y oraron, dando gracias al Padre Celestial por bendecirlos y pidiendo perdón por su falta de fe. Para su sorpresa, cuando desenvolvieron los peces, hallaron tres peces grandes en lugar de los tres más pequeños que habían visto.

Esta experiencia enseñó a René y a Lissette que Dios los conoce a ellos y sus necesidades. Esto moldeó su servicio en la Iglesia. La Iglesia creció considerablemente y, en 1998, se crearon varias estacas y distritos nuevos. René sirvió como presidente de la Estaca de la Ciudad de Panamá. Luego, en 2006, Lissette y René fueron llamados a presidir la Misión Colombia Bogotá Sur, donde trabajaron para enseñar a quienes lideraban sobre las bendiciones que vienen por la obediencia y la fidelidad.