Historia de la Iglesia
“Esta es nuestra oportunidad”


“Esta es nuestra oportunidad”

El 12 de enero de 1976, los Santos de los Últimos Días de toda Centroamérica comenzaron un agotador trayecto en autobús de 12 874 kilómetros (8000 millas) hacia el Templo de Mesa, Arizona. Muchas familias vendieron sus televisores, automóviles y bicicletas a fin de pagar el viaje, creyendo que los tesoros espirituales que obtendrían en el templo sobrepujaban los sacrificios temporales.

Un joven matrimonio, Silvia y Manuel, eran dos de solo tres santos panameños que pudieron hacer el largo y difícil viaje. Además de la distancia en sí, las leyes de las naciones centroamericanas por las que pasaban los obligaban a cambiar de autobús en cada frontera. Las fronteras a menudo cerraban por la noche y los miembros tenían que dormir en centros de reuniones de barrios o ramas a lo largo del camino. El 19 de enero, después de siete días de viaje, finalmente llegaron al triple centro de estaca de Mesa, Arizona. Silvia y Manuel fueron los primeros santos panameños en ser sellados en el templo por esta vida y por toda la eternidad.

Con el tiempo, el viaje hacia el templo se volvió cada vez más corto, conforme se construían templos en la Ciudad de México, México, y luego en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, y en San José, Costa Rica.

Más de 500 Santos de los Últimos Días de Panamá asistieron a la dedicación del Templo de San José el 4 de junio del año 2000. Norbei Vierti y su familia viajaron once horas para asistir a la sesión dedicatoria y ser sellados una vez que el templo abriera. “El sacrificio de venir al templo nos traerá muchas bendiciones”, afirmó Norbei. “He estado esperando este día desde el día en que me casé. Hoy estoy muy feliz”.

Cuando el Templo de la Ciudad de Panamá, Panamá, se anunció dos años después, el 23 de agosto del año 2002, los Santos de los Últimos Días panameños se regocijaron. Conforme la construcción de ese sagrado edificio casi estaba terminada, se emitió una solicitud de trabajo que pedía que diez mujeres de cada estaca ayudaran a ensamblar los candelabros que colgarían en el templo. Muchas mujeres aceptaron con gozo la asignación. Por cada mujer que se envió, cuatro más se ofrecieron.

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Templo de Ciudad de Panamá, Panamá

Templo de Ciudad de Panamá, Panamá

Muchos miembros contribuyeron a la construcción del templo de otras maneras y también participaron en la ceremonia de dedicación.