Historia de la Iglesia
El Dr. Talmage va a Liverpool


El Dr. Talmage va a Liverpool

En 1887, Arthur Conan Doyle presentó al mundo el personaje de Sherlock Holmes en el libro A Study in Scarlet. Conan Doyle se basó en rumores sensacionalistas de harenes, esclavitud de mujeres y confabulaciones de asesinatos en Utah como parte de la historia de fondo del villano. Esas ideas derivaron de una fuerte tradición de publicaciones antimormonas en Europa y Estados Unidos. En particular, en Inglaterra, hubo un mercado extenso de folletos, libros y recorridos guiados con disertaciones contra la Iglesia. A menudo esas descripciones sensacionalistas de la Iglesia desencadenaron en el acoso de miembros y misioneros.

A finales del siglo XIX, los Santos de los Últimos Días trabajaron para contrarrestar esas tergiversaciones. En 1891, el futuro Apóstol oriundo de Inglaterra, James E. Talmage, que se había unido a la Iglesia y emigrado a Utah a la edad de 14 años, regresó a presentar su investigación sobre la historia geológica de Utah a la Sociedad Real de Microscopía en Londres. Después de una presentación exitosa, él escribió en su diario acerca de la esperanza sobre lo bueno que podría resultar para los santos que “uno de los mormones despreciados haya sido muy bien recibido”.

Después de siete años, regresó a Gran Bretaña con la esperanza de aclarar información errónea de manera más directa con una serie de conferencias acerca de la Iglesia. Los misioneros locales colaboraron con fondos para comprar un proyector de imágenes, y se ilustraron los discursos de Talmage con imágenes hermosas de “Utah y sus instituciones”. Los misioneros y los miembros hicieron su mejor esfuerzo para publicitar el evento, y recibieron ayuda inesperada. Cerca de Liverpool, un grupo antimormón confundió al Dr. Talmage con el clérigo estadounidense, Thomas DeWitt Talmage, cuyos escritos habían atacado a la Iglesia. Ese grupo imprimió y distribuyó sus propios volantes promocionando el evento como una oportunidad para escuchar “la verdad en cuanto al mormonismo”. Esa noche, es posible que los promotores involuntarios se hayan decepcionado cuando el grupo grande de asistentes terminó aplaudiendo la presentación en favor de los mormones.

A principios del siglo XX, los grupos antimormones también ejercieron presión para que el gobierno tomara acciones contra la Iglesia, pero una indagación gubernamental condujo a que el Ministro del Interior, Winston Churchill, no encontrara ninguna evidencia sobre alegaciones comunes en contra de la Iglesia. No obstante, los santos continuaron trabajando para disminuir el prejuicio. Cuando James E. Talmage regresó a Inglaterra en 1924 como Apóstol y presidente de la Misión Británica, se puso a disposición de cualquier periodista interesado que lo quisiera entrevistar. Durante cada reunión, él impugnaba los informes falsos y compartía el verdadero mensaje del Evangelio restaurado. De a poco, los periodistas de todo el país comenzaron a tomar una posición imparcial al momento de informar sobre la Iglesia.