Conferencia General
Allegarnos más al Salvador
Conferencia General de octubre de 2022


Allegarnos más al Salvador

Al procurar conocer y amar al Salvador, nos separamos del mundo mediante convenios con Dios, siendo diferentes, atípicos y especiales, sin aislarnos de otras personas que tengan otras creencias.

Mis queridos hermanos y hermanas, esta noche me dirijo a los humildes y devotos seguidores de Jesucristo. Al ver la bondad de sus vidas y su fe en nuestro Salvador aquí, en este país, y en las naciones de todo el mundo, los amo aún más.

Hacia el final de Su ministerio, los discípulos de Jesús le pidieron que les hablara acerca de la “señal […] de [Su segunda] venida y del fin del mundo”1.

Jesús les habló de las condiciones que precederían a Su regreso y concluyó declarando: “… cuando veáis todas estas cosas, sab[réis] que [el tiempo] está cerca”2.

En la última conferencia general escuché muy atentamente estas palabras del presidente Henry B. Eyring: “Cada uno de nosotros, allí donde nos encontremos, sabe que vivimos en tiempos cada vez más peligrosos […]. Todo el que tenga ojos para ver las señales de los tiempos y oídos para oír las palabras de los profetas sabe que eso es verdad”3.

El Salvador elogió a Sus valientes discípulos: “… bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen”4. Ruego que obtengamos esta bendición conforme escuchamos atentamente las palabras del Señor por medio de Sus profetas y demás personas en esta conferencia.

El trigo y la cizaña

El Señor explicó que, en ese período final antes de Su regreso, el “trigo”, como Él describe a “los hijos del reino”5, crecería al lado de la “cizaña”, aquellos que no aman a Dios y no guardan Sus mandamientos. Ambos “crecer[ían] juntamente”6, lado a lado.

Este será nuestro mundo hasta que el Salvador regrese, con mucho que es bueno y mucho que es malo a cada lado7.

Quizás a veces no se sientan como una espiga de trigo fuerte y madura. Sean pacientes con ustedes mismos. El Señor dijo que el trigo incluirá tiernas hierbas que brotan8. Todos somos Sus Santos de los Últimos Días y, aunque todavía no somos todo lo que queremos ser, somos serios en nuestro deseo de ser Sus verdaderos discípulos.

Fortalecer nuestra fe en Jesucristo

Nos damos cuenta de que a medida que aumenta la maldad en el mundo, nuestra supervivencia espiritual, y la supervivencia espiritual de nuestros seres queridos, requerirá que nutramos, reforcemos y fortalezcamos más plenamente las raíces de nuestra fe en Jesucristo. El apóstol Pablo nos aconsejó que estuviéramos arraigados9, fundamentados y firmes10 en nuestro amor por el Salvador y nuestra determinación de seguirlo. Hoy y los días venideros requieren un esfuerzo más específico y concentrado, y que nos protejamos de las distracciones y el descuido11.

Sin embargo, incluso ante las crecientes influencias mundanas que nos rodean, no tenemos por qué temer; el Señor nunca abandonará a Su pueblo del convenio. Existe un poder compensatorio de dones espirituales y guía divina para los justos12. Sin embargo, esta bendición adicional de poder espiritual no recae sobre nosotros simplemente porque formemos parte de esta generación; llega cuando fortalecemos nuestra fe en el Señor Jesucristo y guardamos Sus mandamientos, cuando llegamos a conocerlo y a amarlo. “[E]sta es la vida eterna”, oró Jesús, “que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”13.

Como bien sabemos, tener fe en Jesucristo y ser un verdadero discípulo es más que una decisión que se toma una vez, más que un acontecimiento único. Es un proceso sagrado y constante que crece y se expande a lo largo de las estaciones de nuestra vida, que continuará hasta que nos arrodillemos a Sus pies.

Con el trigo creciendo entre la cizaña del mundo, ¿cómo podemos profundizar y fortalecer nuestro compromiso con el Salvador en los días venideros?

A continuación, les doy tres ideas:

Sumérjanse en la vida de Jesús

Primero, podemos sumergirnos más completamente en la vida de Jesús, en Sus enseñanzas, Su majestuosidad, Su poder y Su sacrificio expiatorio. El Salvador dijo: “Mirad hacia mí en todo pensamiento”14. El apóstol Juan nos recuerda: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”15. A medida que experimentamos mejor Su amor, lo amamos todavía más y, de manera muy natural, seguimos mejor Su ejemplo de amar y cuidar a quienes tenemos a nuestro alrededor. Con cada movimiento en rectitud que hacemos hacia Él, lo vemos con más claridad16. Lo adoramos y tratamos de imitarlo de maneras sencillas17.

Hagan convenios con el Señor

Luego, al conocer y amar mejor al Salvador, aumenta todavía más nuestro deseo de prometerle nuestra lealtad y confianza. Hacemos convenios con Él; comenzamos con nuestras promesas en el bautismo y confirmamos esas promesas y otras a medida que nos arrepentimos diariamente, pedimos perdón y esperamos con anhelo recibir la Santa Cena cada semana. Nos comprometemos “a recordarle siempre, y a guardar sus mandamientos”18.

Cuando estamos preparados, aceptamos las ordenanzas y los convenios del templo. Al sentir la influencia de la eternidad en nuestros momentos sagrados y tranquilos en la Casa del Señor, hacemos con alegría convenios con Dios y fortalecemos nuestra determinación por cumplirlos.

Hacer convenios y guardarlos permite que el amor del Salvador penetre más profundamente en nuestro corazón. En la revista Liahona de este mes, el presidente Russell M. Nelson dijo: [Nuestros] convenio[s] nos acercará[n] más y más a Él […]. Dios no abandonará Su relación con aquellos que han forjado tal vínculo con Él”19. Y tal como el presidente Nelson dijo esta mañana de una manera tan hermosa: “Con la dedicación de cada nuevo templo, el mundo recibe poder divino adicional para fortalecernos y contrarrestar los esfuerzos del adversario, que se intensifican cada vez más”20.

¿Podemos ver por qué el Señor indicaría a Su profeta que acercara más los santos templos a nosotros y nos permitiera estar en Su casa más a menudo?

Al entrar en el templo, nos liberamos por un tiempo de las influencias mundanas que se ciernen sobre nosotros mientras aprendemos acerca de nuestro propósito en la vida y los dones eternos que se nos ofrecen por medio de nuestro Salvador, Jesucristo.

Salvaguarden el don del Espíritu Santo

Finalmente, mi tercera idea: en este cometido sagrado, atesoramos, protegemos, defendemos y salvaguardamos el don del Espíritu Santo. Tanto el presidente M. Russell Ballard, hoy más temprano, como el élder Kevin W. Pearson, hace unos momentos, hablaron de la advertencia profética del presidente Nelson que yo volveré a repetir: “[N]o será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo”21. Este es un don que no tiene precio. Hacemos nuestro mejor esfuerzo por proteger nuestras experiencias diarias, a fin de que la influencia del Espíritu Santo permanezca con nosotros. Somos una luz al mundo y, cuando es necesario, elegimos voluntariamente ser diferentes de los demás. El presidente Dallin H. Oaks preguntó recientemente a los jóvenes adultos: “¿Se atreven [ustedes] a ser diferentes? […]. Las decisiones que toman en su vida personal son [especialmente] importantes […]. ¿Siguen adelante contra la oposición del mundo?”22.

Decidan ser diferentes del mundo

En una reciente publicación en las redes sociales, pedí a mis condiscípulos que compartieran las decisiones que habían tomado y que les exigían ser diferentes del mundo. Recibí cientos de respuestas23. Estas son algunas de ellas:

Amanda: Soy enfermera y trabajo en la cárcel local. Intento cuidar de los reclusos como lo haría Cristo.

Rachel: Soy cantante de ópera y a menudo se da por sentado que me pondré cualquier vestido que me den, sin tener en cuenta la modestia. [Como he recibido la investidura], les dije [a los productores] que mi vestimenta debía ser [modesta]. No estaban contentos […], pero hicieron las modificaciones, aunque de mala gana. No cambiaría la paz que proviene de ser testigo de Cristo en todo momento.

Chriss: Soy alcohólica (en proceso de recuperación), digna de entrar al templo y miembro de la Iglesia. No guardo silencio sobre mis experiencias con la adicción y la obtención de un testimonio de la expiación [de Jesucristo].

Lauren: Estaba escribiendo una breve obra con mis compañeros de la escuela secundaria. Querían que mi personaje, tranquilo y reservado, tuviera un repentino arrebato de lenguaje vulgar. Me presionaron mucho, pero me negué y me mantuve firme.

Adam: Muchas personas no me creen cuando digo que guardo la ley de castidad y me abstengo de consumir pornografía. No entienden la ventaja que suponen el gozo y la tranquilidad que siento por ello.

Ella: Mi padre es miembro de la comunidad LGBTQ. Siempre trato de tener en cuenta los sentimientos de los demás cuando doy testimonio de Cristo y soy fiel a lo que creo.

Andrade: Decidí seguir yendo a la Iglesia cuando mi familia decidió dejar de asistir.

Y finalmente, de Sherry: Asistimos a un evento en la mansión del gobernador y empezaron a servir champán para “brindar”. Insistí en que me dieran agua, aunque el personal dijo que sería ofensivo. Brindamos por el gobernador ¡y yo sostuve mi vaso de agua en alto! El gobernador no se ofendió.

El presidente Nelson ha dicho: “Sí, ustedes están viviendo en el mundo, pero tienen normas muy diferentes del mundo para ayudarlos a evitar la mancha del mundo”24.

Anastasia, una joven madre de Ucrania, estaba en el hospital luego de haber dado a luz a un niño cuando comenzaron los bombardeos en Kiev el pasado mes de febrero. Una enfermera abrió la puerta de la habitación del hospital y dijo con voz urgente: “¡Tome a su bebé, envuélvalo en una cobija y salga al pasillo ahora!”.

Más tarde, Anastasia comentó:

“Nunca imaginé que mis primeros días de maternidad serían tan difíciles, pero […] me estoy centrando […] en las bendiciones y los milagros que he visto […].

“Ahora mismo […] puede parecer imposible llegar a perdonar a quienes han causado tanta destrucción y daño […] pero, como discípula de Cristo, tengo fe en que podré [perdonar] […].

“No sé todo lo que ocurrirá en el futuro […] pero sé que guardar nuestros convenios permitirá que el Espíritu esté con nosotros continuamente […] y eso nos permitirá sentir gozo y esperanza, incluso en los momentos difíciles”25.

La promesa de vida eterna y gloria celestial

Mis hermanos y hermanas, he sido bendecido al recibir abundantemente del amor de nuestro amado Salvador, Jesucristo. Sé que Él vive y guía Su santa obra. No tengo las palabras para expresar plenamente mi amor por Él.

Todos nosotros somos “hijos del convenio”, nos extendemos por toda la tierra, en naciones y culturas en cada continente, y nos contamos por millones mientras esperamos el glorioso regreso de nuestro Señor y Salvador. Al ser una luz brillante para quienes están a nuestro alrededor, damos forma conscientemente a nuestros deseos, pensamientos, elecciones y acciones. Al procurar con todo el corazón conocer y amar al Salvador, nos separamos del mundo mediante convenios con Dios, siendo diferentes, atípicos y especiales al honrarlo a Él y a Sus enseñanzas, sin aislarnos de otras personas que tengan otras creencias.

Ser el trigo entre la cizaña es un viaje asombroso, a veces cargado de pesar, pero siempre mitigado por la madurez y la certeza del asentamiento de nuestra fe. Si permiten que su amor por el Salvador y el amor de Él por ustedes se asiente profundamente en su corazón, les prometo un aumento de confianza, paz y gozo para afrontar los desafíos de la vida; y el Salvador nos promete: “… juntar[é] a los de mi pueblo, de acuerdo con la parábola del trigo y la cizaña, a fin de que se guarde el trigo en los graneros para poseer la vida eterna, y ellos sean coronados de gloria celestial”26. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Mateo 24:3.

  2. Mateo 24:33.

  3. Henry B. Eyring, “Firmes en las tormentas”, Liahona, mayo de 2022, pág. 27.

  4. Mateo 13:16; cursiva agregada.

  5. Mateo 13:38.

  6. Mateo 13:30.

  7. El élder Neal A. Maxwell dijo: “Los miembros de la Iglesia vivirán en estas condiciones de trigo y cizaña hasta el Milenio. Algunas cizañas incluso se hacen pasar por trigo” (véase “Se vuelva como un niño”, Liahona, julio de 1996, pág. 74).

  8. Véase Doctrina y Convenios 86:4, 6.

  9. Véase Colosenses 2:7.

  10. Véase Colosenses 1:23; véase también Efesios 3:17; Neal A. Maxwell, “Grounded, Rooted, Established, and Settled”, (devocional de la Universidad Brigham Young, 15 de septiembre de 1981), speeches.byu.edu.

  11. En Mateo 13:22, Jesús advirtió a Sus discípulos que no permitieran que los afanes del mundo y el engaño de las riquezas “ahoga[ra]n la palabra” y estancaran su progreso espiritual. Me gusta relacionar la expresión “ahogar la palabra” con el primer capítulo de Juan, donde Juan declara que la palabra [el Verbo] es Jesús: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios […]. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho” (Juan 1:1, 3). Nuestra fe en Jesucristo, nuestra determinación de seguirlo y nuestro amor por el Salvador pueden quedar ahogados, o se puede impedir que crezcan, si quedan privados de luz y alimento espirituales (véase Alma 32:37–41).

  12. Véase Neil L. Andersen, “A Compensatory Spiritual Power for the Righteous”, (devocional de la Universidad Brigham Young, 18 de agosto de 2015), speeches.byu.edu.

  13. Juan 17:3.

  14. Doctrina y Convenios 6:36.

  15. 1 Juan 4:19.

  16. El élder David B. Haight dijo:

    “Es cierto que algunos en realidad han visto al Salvador, pero al consultar el diccionario nos damos cuenta de que la palabra ver tiene muchos otros significados, tales como llegar a conocerlo, comprenderlo, reconocerlo a Él y a Su obra, percibir Su importancia y llegar a entenderlo mejor.

    “Esta clase de iluminación y de bendiciones celestiales está a disposición de cada uno de nosotros” (véase “Los templos y la obra que se efectúa en ellos”, Liahona, enero de 1991, pág. 70).

  17. Véase Mosíah 5:13.

  18. Doctrina y Convenios 20:77.

  19. Russell M. Nelson, “El convenio sempiterno”, Liahona, octubre de 2022, pág. 5.

  20. Véase Russell M. Nelson, “¿Qué es la verdad?”, Liahona, noviembre de 2022, pág. 29.

  21. Russell M. Nelson, “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, pág. 96.

  22. Dallin H. Oaks, “Going Forward in the Second Century” (devocional de la Universidad Brigham Young, 13 de septiembre de 2022), speeches.byu.edu. El presidente Oaks atribuyó la expresión “atreverse a ser diferente” a un artículo reciente publicado en Deseret Magazine por el élder Clark G. Gilbert, el comisionado del Sistema Educativo de la Iglesia, sobre cómo preservar la identidad religiosa en la educación superior (véase “Dare to Be Different”, Deseret Magazine, septiembre de 2022, www.deseret.com).

  23. Si desea saber de otras personas que comentaron sobre cómo ellas han sido diferentes del mundo, puede leer sus comentarios en Facebook (véase Neil L. Andersen, Facebook, 18 de agosto de 2022, facebook.com/neill.andersen) o Instagram (véase Neil L. Andersen, Instagram, 18 de agosto de 2022, instagram.com/neillandersen).

  24. Russell M. Nelson, “Juventud de Israel”, devocional mundial para jóvenes, 3 de junio de 2018, HopeofIsrael.ChurchofJesusChrist.org.

  25. Anastasia Kocheva, “Facing the Conflict in Ukraine, Healing the Conflict in My Heart”, YA Weekly, mayo de 2022.

  26. Doctrina y Convenios 101:65.