Ustedes tienen el deber sagrado de amar, cuidar y proteger a sus hijos. Esto incluye protegerlos del abuso físico, emocional y sexual. Enséñenles a decir que no y a buscar ayuda cuando se sientan inseguros. Ayúdenlos a reconocer las advertencias del Espíritu, y recuérdenles que pase lo que pase, ustedes los aman, así como el Padre Celestial y Jesucristo los aman.
¡Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para tener esas importantes conversaciones! Pueden empezar con algunas ideas de las páginas 20–22.