2021
El viaje que se suspendió
Julio de 2021


El viaje que se suspendió

La autora vive en Maine, EE. UU.

¿Qué pasaría si Freddie nunca pudiera visitar a sus abuelos en Corea?

“Las familias pueden ser eternas”, (Canciones para los niños, pág. 98).

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a suitcase full of family photos

Freddie le dio a su papá un abrazo de despedida. “Dile a Haraboji que estamos orando por él”.

“Lo haré. Llamaré todos los días para decirles cómo está”.

Freddie asintió y se le hizo un nudo en la garganta.

Su papá se iba a Corea del Sur a visitar a los abuelitos de Freddie, Haraboji y Halmoni. Estaría allí cerca de un mes mientras Freddie y su familia se quedaban en casa en los Estados Unidos.

La puerta se cerró y el papá se fue.

“Ojalá pudiera ir yo también”, dijo Freddie entre dientes. Se secó una lágrima. Había pasado mucho tiempo sin ver a Haraboji y Halmoni. Su familia había estado ahorrando para pasar sus próximas vacaciones con ellos en Corea del Sur, pero Haraboji estaba enfermo y ahora necesitaba una cirugía.

“Lo siento, Freddie”, dijo la mamá. “Ojalá todos pudiéramos ir con papá, pero todavía no tenemos suficiente dinero ahorrado, y para tu papá es importante ir ahora, cuando Haraboji lo necesita”.

“¿Pero qué pasa si los médicos no pueden ayudar a Haraboji? ¿Qué pasa si muere y nunca puedo verlo? ¡Deberíamos ir ahora con papá!”. Se secó más lágrimas. Se sentía triste y enojado.

La mamá lo estrechó entre sus brazos. Cuando dejó de llorar, ella preguntó: “¿Quieres que hagamos otra oración por Haraboji?”.

Freddie asintió; ambos cruzaron los brazos e hicieron juntos una oración.

Freddie y su familia oraban por Haraboji cada día, y él se aseguraba siempre de recordárselo. Trataba con todas sus fuerzas de ayudar mientras el papá estaba fuera. Hacía algunas de las tareas de su papá, como sacar a pasear al perro o leer cuentos a los niños pequeños antes de irse a dormir.

Pasaron las semanas y Freddie ya no estaba tan triste, pero seguía preocupado por Haraboji.

Una noche, hablaba con su papá por teléfono. “¿Qué pasa si nunca puedo ir a Corea?”, preguntó. “¿Qué pasa si Haraboji no se recupera y pierdo la oportunidad de verlo?”.

“Freddie, llegará el momento en que podrás venir a Corea, y ya sea que Haraboji siga vivo o no, volverás a verlo. Nuestra familia es eterna”.

“Lo sé”, dijo Freddie, sintiendo algo cálido en el pecho. Algún día volvería a ver a Haraboji, pasara lo que pasara.

“Te quiero, Freddie”, dijo el papá. “Y pronto estaré en casa”.

“Yo también te quiero”.

Freddie sonrió mientras colgaba el teléfono. Sabía que algún día todos estarían juntos. Estaba contento de tener una familia eterna.

Haraboji se recuperó, ¡y dos años más tarde Freddie pudo visitarlo en Corea del Sur!

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Friend, July 2021

Ilustraciones por Karly Jade Catto.