Oración dedicatoria

Templo de Tegucigalpa, Honduras, 17 de marzo de 2013

Nuestro Eterno Padre en los cielos, nuestros humildes corazones están llenos de gratitud y amor hacia Ti en este día de dedicación. Invitamos a Tu Santo Espíritu a que nos acompañe durante esta dedicación del Templo de Tegucigalpa, Honduras; el primero en Honduras.

Te agradecemos el conocimiento acerca de Ti y de Tu Amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, con el que Tú nos has bendecido. Te damos gracias por el profeta José Smith, por medio de quien Tú has revelado los principios y prácticas del evangelio eterno, incluso las ordenanzas de Tu Santa casa.

Te damos gracias por un profeta viviente en nuestros días, el presidente Thomas S. Monson; lo amamos y oramos por él.

Te damos gracias por quienes nos han precedido; por sus sacrificios, valor y fe al edificar Tu obra y reino.

Agradecemos el progreso de Tu obra en esta gran nación de Honduras; damos gracias por quienes ayudaron a construir este hermoso templo y quienes ayudan a edificar Tu Reino; por su trabajo, su fe y sus sacrificios. Rogamos que continúes bendiciendo a los líderes y al pueblo de esta nación por su simpatía hacia Tu Iglesia.

Te pedimos que inspires la vida y conmuevas el corazón de las muchas personas que buscarán y escucharán el mensaje de la verdad, para que se unan al rebaño de Cristo. Continúa efectuando el milagro de la conversión entre la admirable y buena gente de este país.

Nuestros corazones rebosan de gratitud por Tu bendición a los hijos e hijas de Lehi. Has oído sus ruegos y has visto sus lágrimas; has aceptado sus nobles sacrificios.

Te agradecemos el sagrado registro de Lehi, Nefi y Jacob, Alma y Mosíah, Benjamín y Mormón, y de Moroni. Te agradecemos esta voz que ha venido desde el polvo para testificar de la divinidad de Tu Amado Hijo, el Señor Jesucristo.

Tú has enviado a Tu profeta Elías para que volviera el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres. Este santo templo abre las puertas hacia la eternidad para que estos propósitos se cumplan.

Amado Padre, perdónanos nuestras muchas flaquezas; fortalece nuestra fe y fortifícanos en la debilidad; danos poder para resistir los engaños del adversario. Que el amor por Ti y por Tu Hijo se magnifique en nuestro corazón y se manifieste en bondad y amor el uno por el otro como Tus hijos e hijas del convenio.

Y ahora, actuando bajo la autoridad del sacerdocio sempiterno y como Tus humildes siervos, dedicamos a Ti y a Tu Amado Hijo el Templo de Tegucigalpa, Honduras, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Dedicamos el terreno en el cual se erige junto con toda la vegetación. Dedicamos el edificio desde los cimientos hasta la cima de la aguja coronada con la figura de Moroni. Dedicamos las paredes y las ventanas para que permanezcan firmes ante las tormentas de la naturaleza y que sean consideradas con reverencia y respeto. Dedicamos la estructura interior, el bautisterio, las salas de investiduras, el salón celestial y las salas de sellamientos con sus altares sagrados. Dedicamos todos los pasillos y espacios, las oficinas y demás instalaciones de este templo.

Acepta ésta, Tu santa casa, como dádiva de nuestro corazón y nuestras manos. Hónrala con Tu presencia; que Tu Santo Espíritu more aquí en todo momento y que todas las personas que atraviesen sus puertas puedan sentirlo. Que un manto de santidad cubra este edificio; que se erija como un faro perpetuo de verdad y luz en esta gran nación. Protégela de toda persona que quiera dañarla o profanarla de cualquier modo.

Que todo aquel que entre en ella lo haga dignamente. Cúbrelos con una investidura de rectitud que llegue a ser una protección en su vida.

Bendice a los jóvenes que presten servicio en el bautisterio para que comprendan la perpetuidad y divinidad de Tu obra. Que permanezcan fieles y leales durante toda su vida y regresen con frecuencia a Tu santa casa.

Bendice a todos los que asistan al templo como participantes; que Tu Espíritu repose sobre ellos, que los sagrados convenios de la casa del Señor queden grabados en su mente y corazón.

Rogamos por aquellos que servirán en este templo como obreros o en cualquier otra capacidad. Que lo hagan con espíritu de dedicación y amor; que sepan que el servicio que brinden será un servicio a Ti, y que sientan gozo en él.

Oramos por el presidente del templo y sus consejeros, y por la directora de las obreras y sus ayudantes al servirte a Ti y Tus propósitos en Tu santa casa.

Te damos gracias por los fieles pagadores de diezmos en todo el mundo cuyas donaciones consagradas han hecho posible la edificación de éste y otros templos. Abre las ventanas de los cielos y derrama bendiciones sobre ellos; que puedan sentir Tu amor y que Tus brazos de misericordia los envuelvan.

Nuestro Padre en los cielos, Te amamos. Sabemos que Tú nos amas. Amamos a Tu Amado Hijo que se halla a Tu lado. Te agradecemos Su sacrificio expiatorio. Todas las bendiciones de este templo se fundan en ese gran acto divino de amor de Tu Hijo, el Salvador del mundo.

Acepta nuestro agradecimiento, amado Padre; acepta nuestro amor. Acepta nuestra oración al dedicar este templo y sus alrededores a Ti, y al rededicarnos a nosotros mismos a Ti y a Tu servicio; en el nombre de nuestro Redentor, el Señor Jesucristo, amén.