Oración dedicatoria

Templo de San Salvador, El Salvador, 21 de agosto de 2011

Oh Dios, nuestro Amado Padre en los Cielos, Tú, gran Elohim, venimos humildemente ante Ti en el nombre de Tu Amado Hijo, el Señor Jesucristo, para dedicar Tu santa casa. Bajo la autoridad de Tu sacerdocio eterno y en el nombre de Jesucristo, dedicamos éste, el Templo de San Salvador, El Salvador, de La Iglesia de los Santos de los Últimos Días a Ti y a Tu divino Hijo. Acéptalo como ofrenda de Tus hijos e hijas que te aman y tratan de cumplir Tus propósitos. Extendemos a Ti nuestro corazón en gratitud por las maravillosas bendiciones que derramas sobre nosotros. Con la finalización de esta casa, has otorgado a los santos de El Salvador todas las bendiciones del evangelio restaurado de Jesucristo.

Estamos agradecidos por la restauración de Tu Santo Sacerdocio mediante el profeta José Smith, el cual ejerceremos en ésta, Tu casa. Te agradecemos que se haya enviado al profeta Elías para restaurar las llaves de salvación y exaltación tanto para los vivos como para los muertos.

Te agradecemos la inspiración dada a Tu siervo para escoger este terreno sobre el cual construir este sagrado edificio. Te damos gracias por todos los que han trabajado tan diligentemente para obtener los permisos que permitieron la construcción de esta casa y por todos los que han trabajado para lograr que se llevara a término.

Ahora dedicamos a Ti y a Tu Hijo este hermoso templo con todas sus instala-ciones y mobiliario. Dedicamos los jardines del templo con la vegetación que en ellos crece y que añade belleza al edificio. Dedicamos el templo desde sus cimientos hasta la estatua de Moroni que corona su aguja. Dedicamos el bautisterio, las instalaciones para las ordenanzas iniciatorias, las salas de investidura, el salón celestial, los cuartos de sellamiento con sus altares y todas las demás partes de esta casa sagrada.

Vela por ella y por medio de Tu divino poder protégela de los elementos de la naturaleza y de cualquier mano malvada que se sienta inclinada a estropearla o a profanarla de alguna forma. Pedimos que ninguna cosa impura entre por las puertas de ésta, Tu santa casa. Que sea santificada para todos los que vengan, y que los hombres o mujeres malvados no tengan inclinación a violar la santidad de este templo.

Bendice a quienes presidirán aquí, el presidente del templo y la directora de las obreras junto con sus consejeros y ayudantes, y a todos los que presten servicio para administrar las ordenanzas de Tu casa. Oramos para que Tus santos se reúnan aquí a fin de efectuar la obra para recibir sus ordenanzas personales y ofrecer esas ordenanzas a quienes se encuentren del otro lado del velo de la muerte, a fin de que Tus propósitos eternos se cumplan.

Al dedicar este templo, dedicamos también la capilla cercana, sus jardines y todas sus instalaciones. Que todos aquellos que la utilicen reconozcan ese edificio como una casa de adoración, una casa de aprendizaje y una casa de sociabilidad. Que la mantengan limpia y atrayente como un edificio dedicado para llevar a cabo Tu obra y realizar Tus propósitos.

De la misma manera dedicamos los edificios anexos con todas sus instalaciones y mobiliario.

Rogamos que Tus bendiciones reposen sobre este país de El Salvador. Conmueve el corazón de los que lo gobiernan a fin de que el pueblo sea bendecido con libertad y oportunidades. Que la paz reine en esta tierra.

Haz que prospere Tu obra en esta tierra, que el mensaje del Evangelio llegue al corazón de la gente en toda la nación. Que ellos entren en las aguas del bautismo y permanezcan fieles y leales a Ti. Bendice a Tus siervos, los misioneros, y presérvalos del daño y la maldad.

Bendice a los santos fieles de todo el mundo cuyas ofrendas consagradas hicieron posible esta santa casa. Abre las ventanas de los cielos y derrama bendiciones sobre ellos.

Ahora, con corazones agradecidos, dedicamos y consagramos este edificio santo y sus alrededores para el cumplimiento de Tu voluntad y la realización de Tu obra eterna. Rogamos que su influencia llegue a todo el país como una luz que ilumina desde una colina. Pedimos todo ello en el nombre de Él, cuya redención ha bendecido a la familia humana y ha abierto el camino para que Tus hijos e hijas continúen hacia la eternidad; a saber, el Señor Jesucristo, amén.