Oración dedicatoria

Templo de Monterrey, México, 28 de abril de 2002

Dios Todopoderoso, a quien consideramos el Gobernante del universo y nuestro Padre en el cielo, venimos a Ti en oración en este histórico día de reposo, en este día de dedicación.

Vemos con agradecimiento a todos aquellos que nos han precedido en el establecimiento de Tu obra y en la edificación de Tu reino. Nuestro corazón se vuelve al gran conflicto en el cielo, cuando Satanás y su plan fueron rechazados, y Tu plan prevaleció y fue llevado a cabo por medio de la expiación de Tu Hijo Amado, nuestro Redentor, el Señor Jesucristo. Te damos gracias por Él y por todo lo que Él ha hecho por nosotros, Tus hijos.

Expresamos nuestra gratitud por el profeta José Smith a quien te le revelaste junto con Tu Hijo Unigénito. Te agradecemos todas las dádivas que se han derivado de la restauración del Evangelio, entre ellas las llaves del Santo Sacerdocio que se ejercerán en esta casa.

Expresamos nuestro agradecimiento por los numerosos misioneros que han trabajado en esta gran nación para enseñar las verdades eternas de Tu evangelio. Ellos han servido con tanta devoción que en la actualidad cientos de miles de Tus hijos e hijas han entrado en las aguas del bautismo y desde entonces han andado con fe ante Ti.

Agradecemos la cantidad de templos que adornan esta tierra. Aquí, Tus hijos e hijas podrán asistir para llevar a cabo Tu obra en favor de personas de todas las generaciones, tanto vivas como fallecidas. Maravillosa es la obra que tiene lugar en estas santas casas. Y ahora a las muchas otras casas que se han erigido, el día de hoy agregamos este hermoso edificio.

En virtud de la divina autoridad del Santo Sacerdocio que Tú has conferido en nosotros, y en el nombre de nuestro Redentor, el Señor Jesucristo, dedicamos y consagramos ante Ti y ante Tu Hijo Amado este, el Templo de Monterrey, México, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Esperamos que sea de Tu agrado. Te rogamos que lo santifiques y lo bendigas como Tu santa casa. Que Tu Espíritu more aquí en todo momento y que Su presencia sea percibida por todos los que trabajen aquí.

Te rogamos con humildad que aceptes esta ofrenda que te ofrecemos a Ti. Que Tus bendiciones reposen en este templo en todo momento; que siempre sea preciado a Tu vista. Protégelo de los elementos y de las manos destructoras de los que pretendan dañarlo de alguna manera.

Dedicamos estos bellos terrenos, junto con el césped, las flores, los arbustos y los árboles que en ellos se encuentran. Dedicamos las bases en las que reposa Tu casa, los cimientos, las paredes y la aguja con la figura de Moroni.

Dedicamos el bautisterio, los lugares donde se ofrecen las ordenanzas iniciatorias, las salas de investiduras, el bello salón celestial, las salas de sellamientos y todas las demás instalaciones de esta Tu casa. Oramos que todos ellos sirvan para cumplir Tus propósitos de llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre. Que todos los que entren en esta casa se den cuenta de que caminan en un lugar santo y sagrado. Que nunca suceda nada aquí que no esté en armonía con los propósitos para los que se ha edificado esta casa.

Rogamos que todos los que la vean lo hagan con un espíritu de reverencia y respeto. Es una casa donde se harán convenios sagrados que bendecirán la vida de todos los que los efectúen. Es un lugar en el que se harán promesas de servirte a Ti y a Tu Hijo Unigénito. Es un lugar en el que la plenitud del sacerdocio será ejercida con autoridad a fin de traspasar el velo de la muerte.

Oramos por la presidencia del templo y por la directora de las obreras y sus ayudantes. Concédeles fortaleza para realizar correctamente la obra que recaerá sobre ellos. Bendice a todos los que les brinden asistencia de alguna manera al administrar las ordenanzas de Tu casa. Oramos por los participantes que acudirán aquí para que sean dignos en todos los aspectos. Bendice a los jóvenes que sean bautizados por quienes ya han partido. Tráeles al corazón y a la mente un entendimiento de la grandiosa obra de salvación en la que ellos participan.

Y al dedicar este sagrado templo, también dedicamos y consagramos el centro de estaca adyacente como casa de adoración donde Tus santos puedan congregarse para entonarte alabanzas, elevar sus voces hacia Ti en oración y ser instruidos en Tu doctrina y en Tus sendas.

Que el salón sacramental siempre sea un lugar de santidad donde se enseñe Tu palabra tal y como la hemos recibido por medio de revelación de lo alto, y donde Tus santos puedan reunirse para renovar sus convenios contigo al tomar los emblemas de la Santa Cena del Señor.

Que los salones de clase se utilicen para enseñar Tu evangelio restaurado. Que el salón cultural y sus accesorios fomenten la sociabilidad y la recreación gozosa. Que todos los salones e instalaciones atiendan las necesidades de las personas de forma adecuada.

Que Tu atento cuidado lo proteja de daños y del mal, de las tormentas y la tempestad, de los populachos o los vándalos, o de topo tipo de profanación; y que nada de índole desagradable suceda dentro de sus paredes. Que sea un lugar de refugio en épocas de aflicción que provenga de cualquier fuente.

Ahora, querido Padre, oramos por esta nación de México. Bendice a sus líderes para que gobiernen en rectitud. Bendice a sus habitantes para que puedan cultivar un espíritu de paz y para que puedan ser prósperos. Oramos en particular por aquellos de Tu reino que pagan diezmos y ofrendas y pedimos que abras las ventanas de los cielos y derrames bendiciones sobre ellos. Levanta de sus hombros los grilletes del pasado. Abre sus ojos ante la visión de lo que pueden llegar a ser.

Ahora, como Tus hijos e hijas, te consideramos nuestro Padre y nuestro Dios. Te amamos y amamos a Tu Hijo Amado. Oramos para que siempre podamos andar en las sendas que has marcado delante de nosotros.

Nos dedicamos y consagramos a Tu servicio y rogamos que aceptes nuestros empeños, todo lo cual pedimos con humildad en el nombre de Tu Hijo Unigénito, nuestro Redentor y Salvador, a saber, Jesucristo nuestro Señor. Amén.