Oración dedicatoria

Templo de la Ciudad de México, México, 13 de septiembre de 2015

Oh Dios, nuestro amado Padre Eterno, en el nombre de Tu Amado Hijo Jesucristo, nos dirigimos a Ti en solemne oración en este día sagrado, con el corazón lleno de gratitud por las bendiciones que se han derramado sobre nosotros.

Estamos reunidos para rededicar a Ti este hermoso templo. Bajo la autoridad de Tu eterno sacerdocio y en el nombre de Jesucristo, rededicamos este, el Templo de la Ciudad de México de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Acéptalo como la ofrenda de Tus hijos e hijas que Te aman y que procuran llevar a cabo Tus propósitos. Rogamos una bendición sobre este hermoso templo con todas las instalaciones y el mobiliario. Dedicamos el terreno y la vegetación que crece en él y que añaden belleza a este edificio. Dedicamos el templo desde sus cimientos hasta la figura de Moroni que corona la aguja. Dedicamos el baptisterio, las instalaciones de las ordenanzas iniciatorias, las salas de investidura, el salón celestial, las salas de sellamientos con sus altares y todas las demás partes de esta casa sagrada.

Rogamos que la cuides y que mediante Tu poder divino la preserves de los elementos de la naturaleza y de toda mano impía que quiera profanarla o mancillarla de cualquier manera. Rogamos que ninguna cosa impura entre a Tu santa casa. Que sea santificada para todo aquel que aquí venga, y que los hombres y mujeres malvados no tengan inclinación a violar la santidad de este templo. Rogamos humildemente que aceptes este edificio y derrames Tus bendiciones sobre él.

Este hermoso templo ha sido un refugio en el pasado para todo aquel que ha entrado en él y que ha sentido su espíritu. Te agradecemos el tenerlo y pedimos que Tu Espíritu more en él nuevamente.

Expresamos gratitud por todos los que participaron en los preparativos para este día de rededicación. Han trabajado con espíritu de consagración y los frutos de su labor son hermosos a la vista.

Hace casi 32 años, en diciembre de 1983, Tu siervo, el presidente Gordon B. Hinckley dedicó por primera vez esta estructura sagrada, y dio gracias a Ti por esta gran nación, la República de México, y por la fortaleza de Tu obra aquí. El presidente Thomas S. Monson pidió en su oración de rededicación del 16 de noviembre de 2008 que se extendieran las mismas bendiciones otra vez. Una vez más volvemos a pedir esas bendiciones y que las ordenanzas del Evangelio que aquí se ofrezcan bendigan la vida tanto de los vivos como de los muertos.

Pedimos que continúes bendiciendo a quienes gobiernan esta nación; que sean inspirados a hacer aquello que asegure la paz y la libertad de la gente de esta tierra, y que la gran nación de México continúe siendo un lugar donde Tu obra siga progresando.

Te agradecemos la gran y universal Expiación llevada a cabo por Tu Hijo, que bajó de Su lugar de gloria junto a Ti para ofrecer Su sacrificio infinito que hace posible que seamos libres de los efectos de la Caída. Rogamos que seamos dignos y que honremos los convenios que hacemos en Tus sagrados templos. Que podamos regresar a Tu presencia cuando nuestra vida terrenal finalice.

Te agradecemos el sagrado poder sellador disponible aquí para sellar las promesas de felicidad y gozo eternos en familias que se aman. Que busquemos los nombres de nuestros antepasados que aún no han participado de las bendiciones del templo y les ofrezcamos los sagrados convenios y bendiciones que aquí se reciben.

Rogamos Tu bendición de protección. Protégenos contra la tentación. Protege, fortifica y fortalece contra las fuerzas del mal a todos los que vengan aquí. Fortalece a los jóvenes que están rodeados de tentaciones y maldad. Dales valor para defender la verdad y la rectitud. Bendícelos con la perspectiva de su propósito eterno.

Buscamos ser como Tú y vivir en unidad perfecta ahora y en la eternidad. Recompensa nuestro deseo de purificarnos para servir a Tus hijos y edificar Tu reino con todo el corazón, alma, mente y fuerza. Rogamos que el deseo de ser puros que sentimos hoy permanezca en nuestro corazón y que aumente. Pedimos que la influencia del Espíritu Santo fluya libremente en este lugar sagrado.

Padre Celestial, bendice a quienes presidirán aquí, al presidente del templo y a la directora de las obreras, junto con los consejeros, las ayudantes y todos los que servirán administrando las ordenanzas de Tu casa. Despierta en el corazón de quienes viven en este distrito de templo, mediante Tu Santo Espíritu, el deseo de venir a menudo a la Casa del Señor.

Ahora, con corazón agradecido, rededicamos y consagramos esta santa estructura y sus alrededores al cumplimiento de Tu voluntad y a la realización de Tu obra eterna. Rogamos que su influencia se pueda sentir por toda la nación como una luz sobre un monte.

Padre Celestial, considéranos con benevolencia y misericordia. Acepta nuestra ofrenda. Con profunda gratitud ofrecemos este, el Templo de la Ciudad de México, a Ti y a Tu Hijo; y pedimos estas bendiciones en el sagrado nombre de Aquél cuya redención ha bendecido a la familia humana y ha abierto el camino para que Tus hijos e hijas avancen hacia la eternidad, en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.