Oración dedicatoria

Templo de Lima, Perú, 10 de enero de 1986

Dios de nuestros padres, Tú, gran Elohim, venimos a Ti en el nombre de Tu Hijo Amado Jesucristo, el Salvador y Redentor del mundo. Levantamos nuestros ojos hacia Ti al dedicar Tu santa casa. Nuestros corazones rebosan de gratitud. Te amamos y amamos a Tu Hijo. Escucha nuestra oración, amado Padre.

Te agradecemos por este glorioso día en la historia de Tu obra. Te agradecemos por este templo en la nación de Perú. Te agradecemos por todos los que han contribuido para hacerlo posible.

Te agradecemos por Tus sonrisas de gracia sobre el pueblo de esta tierra, y particularmente sobre los muchos que han aceptado el Evangelio restaurado como se les ha enseñado. Recompensa su fe. Permíteles sentir Tu amor por ellos. Aumenta su conocimiento de las cosas divinas. Prospéralos en sus esfuerzos.

Recordamos especialmente en este día a los hijos e hijas de Lehi. Han sufrido mucho a lo largo de muchas generaciones. Han andado en tinieblas y en servidumbre. Ahora Tú los has tocado por la luz del Evangelio eterno. Los grilletes de las tinieblas se están cayendo de sus ojos conforme ellos aceptan las verdades de Tu gran obra. Seguramente, el padre Lehi ha llorado de pesar por su posteridad. Sin duda, él llora hoy de alegría, porque en esta Santa Casa se ejercerá la plenitud del sacerdocio para la bendición, no solo de los de esta generación y de las futuras, sino también para bendecir a los de las generaciones anteriores.

Permite que Tu pueblo se regocije por el don maravilloso que Tú les has conferido. Que sean fieles a Ti, que siempre sean hallados dignos de entrar en esta Santa Casa y de participar de las bendiciones que se ofrecen aquí. Por medio de las ordenanzas que se efectuarán en esta casa, bajo la autoridad del sacerdocio sempiterno, ahora tienen a su disposición todo don por el tiempo y la eternidad que Tú has conferido en esta dispensación de la plenitud de los tiempos.

Oh Dios, te agradecemos por esta feliz época en que Tu casa se ha terminado y la dedicamos a Ti y a Tu Hijo Amado. Actuando bajo la autoridad del Santo Sacerdocio, que Tú nos has conferido, Tus hijos, dedicamos a Ti y a Él este, el Templo de Lima, Perú, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Dedicamos el terreno y el edificio. Dedicamos la estructura auxiliar, los accesorios, el mobiliario y todas las instalaciones relacionadas con este sagrado edificio. Dedicamos este templo como Tu santuario sagrado y oramos para que lo aceptes como nuestra ofrenda a Ti. Que puedas estar complacido con honrarlo con Tu presencia y bendecirlo y a todos los que lo utilicen.

Oh Dios, preserva esta Tu santa casa. Resguárdala de las tormentas de la naturaleza, de los temblores de la tierra y de la profanación de los hombres. Se consagra en santidad a Ti, y así permanezca hasta las generaciones venideras.

Que sea el medio para lograr Tus propósitos eternos. Que sea una casa de oración, una casa de instrucción, una casa de fe, una casa de Dios. Que todos los que entren por sus puertas lo hagan con manos limpias y con corazones libres de iniquidad. Que pueda aumentar el número de asistentes con los años y que aquí se lleve a cabo una obra gloriosa para la bendición eterna de las generaciones de hombres y mujeres que han andado por la tierra.

Refrena al adversario para que no tenga poder sobre Tu pueblo ni sobre Tu obra. Frustra los designios de cualquiera que quiera dañar Tu reino.

Bendice a esta nación y a sus naciones vecinas que se han hecho amigas de Tus siervos. Bendice a los que gobiernan para que puedan hacerlo con equidad, y extiendan a las personas esa libertad que es conforme a Tu divino plan.

Prospera a Tus fieles santos a medida que vivan honradamente contigo en el pago de sus diezmos y ofrendas. Que disfruten de la abundancia de la tierra, así como de las bendiciones del cielo. Deja que Tu Santo Espíritu vaya delante de aquellos que sirven como misioneros. Abre las puertas y el corazón de las personas, que sean receptivas a la verdad.

Bendice Tu obra para que florezca y crezca en esta nación y en las naciones vecinas de Sudamérica. Recuerda, Padre, Tu antiguo convenio con los hijos de Lehi, de que en los últimos días los favorecerías y les darías el conocimiento de su Redentor. Hazlos fuertes en fe y magnifícalos en liderazgo en Tu reino.

Prospera Tu obra en toda la tierra para que avance con gran poder para bendición de todos los que escuchen el mensaje de salvación. Complácete en Tu profeta, Ezra Taft Benson, y concédele salud y revelación. Bendice a todos los que trabajan con él para promover Tu obra y edificar Tu reino. Bendice a todos los que han tomado sobre sí el nombre de Tu Hijo Amado. Que anden como Tus hijos favorecidos, ejemplificando en sus vidas las bellezas de Tu verdad sempiterna.

Te damos gracias, te amamos, alabamos Tu Santo Nombre.

En este día de dedicación, nos rededicamos a nosotros mismos, rededicamos nuestra vida y todo lo que tenemos y somos a Ti nuestro Dios, con nuestra oración para que seamos hallados dignos ante Tus ojos para recibir Tus bendiciones y Tu aprobación divina.

Todo esto lo hacemos en el nombre de Tu Hijo Amado, el Salvador del mundo, nuestro Redentor Jesucristo. Amén.