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¿Qué puedo hacer para que mis oraciones sean más significativas?


¿Qué puedo hacer para que mis oraciones sean más significativas?

El Padre Celestial nos ama y desea que nos comuniquemos con Él por medio de la oración. Cuando oramos, debemos decir al Padre Celestial lo que sentimos en nuestro corazón. No debemos repetir las palabras ni las frases sin sentido. Por medio de la oración sincera y de corazón, podemos sentir la cercanía de nuestro Padre Celestial.

Prepararse espiritualmente

¿Qué experiencias significativas ha tenido con la oración? ¿Qué le enseñaron esas experiencias acerca de la comunicación con nuestro Padre Celestial? ¿Qué ha hecho para que sus oraciones sean más significativas?

¿Cuándo ha escuchado orar a las jóvenes de la clase? ¿Cómo puede ayudarles a hacer que sus oraciones sean más significativas? ¿Cómo puede ayudarles, ahora y en el futuro, el conocer el modo de comunicarse con el Padre Celestial?

Mientras se prepara con espíritu de oración, estudie estos materiales de consulta. ¿Qué le gustaría que descubrieran las jóvenes acerca de la oración?

Lucas 22:41–42; Helamán 10:5; D. y C. 46:30–31 (Debemos buscar la voluntad de Dios cuando oramos)

3 Nefi 14:7; D. y C. 9:7–8 (La oración debe ir acompañada por un empeño fiel)

3 Nefi 17–19 (Jesucristo ora con los nefitas y enseña acerca de la oración)

Moroni 10:3–5 (Orar con fe, con un corazón sincero y verdadera intención)

Guía para el Estudio de las Escrituras, “Oración”, págs. 153–154.

Carol F. McConkie, “La oración del alma”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 25-27.

Juan A. Uceda, “El Señor Jesucristo nos enseña a orar”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 30–32.

David A. Bednar, “Pedir con fe”, Liahona, mayo de 2008, págs. 94–97.

David A. Bednar, “Ora siempre”, Liahona, noviembre de 2008, págs. 41–44.

Oración”, Leales a la fe, 2004, págs. 129–134.

Videos: “Cara a cara con el presidente Eyring y el élder Holland: ¿Cómo puedo mejorar mis oraciones?” “Cara a cara con el presidente Eyring y el élder Holland: ¿Qué significa la frase ‘no dudando nada’ en Santiago 1:6?”.

Enseñar a la manera del Salvador

El Salvador amaba a quienes enseñaba y oraba por ellos. Cuando llegamos a conocer y amar a aquellos a quienes enseñamos, oramos por ellos por su nombre, y por los desafíos específicos y las oportunidades que afrontan.

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Video: “Fortalezca a nuestra familia”

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Compartir experiencias

Al comienzo de cada clase, invite a las jóvenes a compartir, enseñar y testificar acerca de las experiencias que hayan tenido al aplicar lo que aprendieron en la lección de la semana anterior. Esto alentará la conversión personal y ayudará a las jóvenes a darse cuenta de la importancia que tiene el Evangelio en la vida cotidiana.

Presentar la doctrina

Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para presentar la lección de esta semana:

  • Comparta el relato del élder Juan A. Uceda que se encuentra en su discurso “El Señor Jesucristo nos enseña a orar”. ¿Qué encuentran conmovedor en este relato las mujeres jóvenes? ¿Qué experiencias acerca de la oración pueden compartir usted o las jóvenes?

  • Como clase, canten o lean himnos acerca de la oración (utilice el índice de temas al final del himnario para encontrar himnos apropiados). ¿Qué aprenden las jóvenes acerca de la oración gracias a esos himnos?

Aprender juntas

Cada una de las actividades siguientes ayudará a las jóvenes a entender qué hacer para que sus oraciones sean más significativas. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más actividades que resulten mejor para su clase:

  • Escriba los nombres de los miembros de la Trinidad en la pizarra. Invite a las jóvenes a utilizar el discurso de la hermana Carol F. McConkie “La oración del alma” para hacer una lista de cómo participa cada miembro de la Trinidad cuando oramos. Pida a las jóvenes que busquen en el discurso de la hermana McConkie respuestas a las siguientes preguntas: “¿Por qué oramos al Padre Celestial? ¿Qué significa orar en el nombre de Jesucristo? ¿Cómo el Espíritu Santo influye en nuestras oraciones?”. Invítelas a hacer una lista de cosas que ellas podrían hacer para que sus oraciones sean más significativas. Ellas podrían colgar esta lista en su hogar y cada semana centrarse en una de ellas.

  • Invite a las jóvenes a buscar en las Escrituras un ejemplo de oración que les resulte inspirador (en caso necesario. Pídales que compartan lo que encuentren y aprendan acerca de la oración en ese ejemplo).

  • Asigne a cada jovencita un pasaje de las Escrituras acerca de la oración (como los que se sugieren en esta reseña). Pida a las jóvenes que escriban un principio acerca de la oración que aprendan de su pasaje de las Escrituras y un ejemplo de ese principio en su vida o la vida de los demás. Invítelas a compartir lo que escribieron con otra joven de la clase. ¿Qué aprendieron las jóvenes al escucharse las unas a las otras que podría ayudarlas a hacer sus oraciones más significativas?

  • Proporcione a cada jovencita una sección de uno de los discursos del élder David A. Bednar sugeridos en esta reseña. Invítelas a subrayar los consejos prácticos que nos da el élder Bednar para ayudarnos a lograr que nuestras oraciones sean más significativas. Pídales que compartan lo que hayan encontrado. A continuación, pídales que se imaginen que están enseñando a alguien a orar. ¿Qué le enseñarían y cómo lo harían? Considere hacer una dramatización de una situación que brinde una enseñanza.

  • Divida los capítulos 17, 18 o 19 de 3 Nefi entre las jóvenes. Pida a las jovencitas que lean su sección y compartan lo que aprendan acerca del ejemplo de la oración y las enseñanzas de Jesucristo y de los ejemplos de Sus discípulos. ¿Qué pueden hacer para seguir estos ejemplos en sus oraciones?

  • Asigne a cada jovencita el estudio de uno de los principios de la oración que se analizan en Leales a la fe (págs. 129–131) o la definición de oración en la Guía para el Estudio de las Escrituras. Pida a las jóvenes que enseñen a la clase lo que aprendieron. Aliéntelas a compartir ejemplos personales cuando enseñen.

  • Asigne a cada jovencita un pasaje de las Escrituras acerca de la oración (como los que se sugieren en esta reseña). Pida a las jóvenes que escriban un principio acerca de la oración que aprendan de su pasaje de las Escrituras y un ejemplo de ese principio en su vida o la vida de los demás. Invítelas a compartir lo que escribieron con otra joven de la clase. ¿Qué aprendieron las jóvenes al escucharse las unas a las otras que podría ayudarlas a hacer sus oraciones más significativas? Las jovencitas podrían obtener mejor entendimiento al mirar los videos “Cara a cara con el presidente Eyring y el élder Holland: ¿Cómo puedo mejorar mis oraciones?” y “Cara a cara con el presidente Eyring y el élder Holland: ¿Qué significa la frase ‘no dudando nada’ en Santiago 1:6?”.

Pida a las jóvenes que compartan lo que aprendieron hoy. ¿Comprenden cómo hacer sus oraciones más significativas? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a esta doctrina?

Vivir lo que se aprende

Invite a las jóvenes a que piensen en la forma en que pondrán en práctica lo que han aprendido hoy. Por ejemplo, podrían:

  • Ponerse una meta específica para mejorar sus oraciones personales.

  • Completar la experiencia 1 del valor Fe del Progreso Personal.

Diga a las jóvenes lo que se estudiará la próxima semana. ¿Qué podrían hacer a fin de prepararse para aprender? Por ejemplo, podrían leer un discurso, ver un video o estudiar un pasaje de las Escrituras relacionado con la lección de la semana siguiente.