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¿Por qué ayunamos?


¿Por qué ayunamos?

Ayunar significa abstenerse voluntariamente de ingerir alimentos y bebidas durante cierto tiempo. El ayuno, combinado con la oración sincera, te ayuda a prepararte a ti misma y a otras personas para recibir las bendiciones de Dios. Es una fuente de fortaleza espiritual. Mediante el ayuno podemos sentirnos más cerca de nuestro Padre Celestial y fortalecer nuestro testimonio. El ayuno también incluye el dar una ofrenda generosa para ayudar a los necesitados.

Prepararse espiritualmente

¿Cuáles son algunas de las razones por las que ha ayunado y cuáles fueron los resultados de su ayuno? ¿Qué hace usted para que sus ayunos sean significativos?

¿Por qué es importante que las jóvenes comprendan el principio del ayuno? ¿Qué obstáculos enfrentan las jóvenes que les impiden disfrutar de todas las bendiciones del ayuno?

¿Qué pasajes de las Escrituras y otros recursos ayudarán a las jovencitas a comprender el ayuno y las bendiciones que éste trae?

Ester 4:10–17; Mateo 4:1–11; Alma 17:1–3, 9; D. y C. 59:12–14 (El ayuno es una fuente de fortaleza espiritual)

Isaías 58:3–12; Mateo 6:16–18 (El Señor describe cómo es un ayuno apropiado, el cual incluye las ofrendas de ayuno)

Mosíah 27:18–24; Alma 6:6 (El ayuno puede ayudar a bendecir a los demás)

Alma 5:45–46; Helamán 3:35 (El ayuno ayuda a fortalecer el testimonio)

Henry B. Eyring, “‘¿No es [éste] más bien el ayuno que yo escogí?’”,  Liahona, mayo de 2015, págs. 22–25.

L. Tom Perry, “¿Qué buscáis?”, Liahona, mayo de 2005, págs. 84–87.

Dean M. Davies, “La ley del ayuno: Una responsabilidad personal de cuidar del pobre y del necesitado”, Liahona, noviembre de 2014, págs. 53–55.

Ayuno y ofrendas de ayuno”, Leales a la Fe, 2004, págs. 23–26.

Enseñar a la manera del Salvador

El Salvador enseñó con el fin de ayudar a Sus discípulos a convertirse. Los invitó a actuar con fe y a vivir las verdades que Él enseñó. ¿Cómo invitará a las jóvenes a actuar fielmente de acuerdo con las verdades que aprendan sobre el ayuno apropiado?

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Video: “Nosotros compartimos”

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NOTA PARA LA MAESTRA: Puede que algunas jóvenes tengan una dolencia que les impida ayunar. Sugiera que podría haber otras maneras de recibir las bendiciones del ayuno (por ejemplo, todavía pueden donar una ofrenda de ayuno generosa).

Compartir experiencias

Al comienzo de cada clase, invite a las jóvenes a compartir, enseñar y testificar acerca de las experiencias que hayan tenido al aplicar lo que aprendieron en la lección de la semana anterior. Esto alentará su conversión personal y les ayudará a darse cuenta de la importancia que tiene el Evangelio en la vida cotidiana.

Presentar la doctrina

Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para presentar la lección de esta semana:

  • Comparta con las jóvenes el relato del hombre que ayunó, según consta en el discurso del élder L. Tom Perry “¿Qué buscáis?”. Pídales que presten atención a las bendiciones que se reciben al ayunar. ¿Qué otras bendiciones saben que también se reciben al ayunar?

  • Invite a las jóvenes a imaginar que una amiga de otra religión quiere saber lo que significa ayunar y por qué lo hacen. ¿Cómo le explicarían el principio del ayuno? Analicen la diferencia entre el ayuno y el sólo pasar hambre (véase D. y C. 59:13–14).

Aprender juntas

Cada una de las actividades siguientes ayudará a las mujeres jóvenes a comprender qué significa ayunar. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su clase:

  • Pida a las jovencitas que lean o vean el discurso del presidente Henry B. Eyring, “‘¿No es [éste] más bien el ayuno que yo escogí?’” como grupo. Al leerlo o verlo, pídales que busquen respuestas a preguntas como: “¿Qué significa ayunar?”, “¿Cuál es el propósito de ayunar?” y “¿Cuáles son las bendiciones de ayunar?”. Pida a las jovencitas que compartan cómo ha bendecido su vida el ayuno, y lo que harán para mejorar sus ayunos.

  • Como clase, hagan una lista de los desafíos comunes que pueden afrontan las jóvenes. Invítelas a leer pasajes de las Escrituras que describan las bendiciones del ayuno, tales como los que se encuentran en esta reseña. Pídales que anoten en la pizarra las bendiciones de un ayuno apropiado. ¿Cómo pueden esas bendiciones ayudar a las jóvenes a superar los desafíos de la vida? ¿Cómo les pueden ayudar en sus futuras funciones en la vida, incluso las de esposa y madre? Comparta su testimonio acerca de las bendiciones del ayuno.

  • Pida a las jovencitas que hagan un cuadro de tres columnas en una hoja de papel y coloquen los siguientes títulos en las columnas: “¿Qué debemos hacer?” “¿Qué debemos evitar?” y “¿Qué bendiciones promete Dios?” Invítelas a escribir las respuestas que encuentren en Isaías 58:3–12 en relación al ayuno. (Si fuera necesario, explique que las ofrendas de ayuno son una manera de “[compartir nuestro] pan con el hambriento”, y que se invita a las mujeres jóvenes a pagar sus ofrendas de ayuno.) Aliéntelas a compartir sus respuestas y las bendiciones que hayan recibido al ayunar a la manera del Señor.

  • Invite a un miembro del obispado a explicar a la clase cómo ayudan las ofrendas de ayuno a cuidar a los pobres y a los necesitados. Como parte del análisis, las jovencitas podrían repasar lo que enseña el obispo Dean M. Davies acerca de las ofrendas de ayuno en su discurso “La ley del ayuno: Una responsabilidad personal de cuidar del pobre y del necesitado”. Pregunte a las jovencitas cómo les hace sentir esta información en cuanto a la oportunidad de ayunar.

Pida a las jóvenes que compartan lo que aprendieron hoy. ¿Comprenden ellas lo que significa ayunar? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a esta doctrina?

Vivir lo que se aprende

Pida a las jóvenes que piensen cómo pondrán en práctica lo que han aprendido hoy. Por ejemplo, podrían:

  • Preparar una lista de acciones y actitudes que conforman un ayuno adecuado y ponerlas en práctica el domingo de ayuno siguiente o durante un ayuno personal.

  • Compartir algo de lo que aprendieron sobre el ayuno en la noche de hogar o en una clase de seminario.

Comparta con las jóvenes lo que se estudiará la próxima semana. ¿Qué podrían hacer a fin de prepararse para aprender? Por ejemplo, podrían leer un discurso, ver un video o estudiar un pasaje de las Escrituras relacionado con la lección de la semana siguiente.