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Confesar los pecados y abandonarlos y la restitución generosa


“Confesar los pecados y abandonarlos y la restitución generosa”, El don divino del perdón: Material para el maestro, 2021

“Confesar los pecados y abandonarlos y la restitución generosa”, El don divino del perdón: Material para el maestro

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Una joven adulta orando

Semana 11 — Material para el maestro

Confesar los pecados y abandonarlos y la restitución generosa

Luego de estudiar esta lección, los alumnos analizarán cómo confesar y abandonar sus pecados. Además, determinarán cómo pueden saber si sus pecados han sido perdonados y cómo seguir adelante con fe en Jesucristo y Su expiación. Los alumnos analizarán lo que significa hacer una restitución generosa. También tendrán la oportunidad de testificar de la capacidad del Señor para brindarles paz, sanación y perdón cuando otros los han ofendido o les han hecho daño.

Ideas para la enseñanza

Capítulo 19

Confesar los pecados y abandonarlos son pasos esenciales del arrepentimiento

  • Usted podría comenzar la clase invitando a los alumnos a comentar cualquier cosa que deseen de lo que aprendieron, pensaron o sintieron mientras estudiaban el capítulo 19. Esté preparado para incorporar las siguientes ideas de enseñanza en el análisis conforme los alumnos vayan hablando. También podrían leer Doctrina y Convenios 58:42–43 como clase e identificar una verdad similar al encabezamiento de esta sección, que aparece más arriba.

  • Considere pedir a los alumnos que cada uno de ellos elija repasar una de las cuatro secciones del capítulo. Conceda a los alumnos unos minutos para repasar su sección y luego comenten (en clase o en pequeños grupos) algo que les haya llamado la atención. Para que los alumnos profundicen su aprendizaje, también podrían analizar algunas de las preguntas siguientes, bien sea en grupos o como clase:

    • ¿Por qué piensan que confesar nuestros pecados es una parte esencial del arrepentimiento?

    • ¿En qué consiste confesar los pecados? ¿A quién debemos confesar nuestros pecados?

    • ¿Cuál ha de ser nuestra motivación al confesar nuestros pecados a quienes hemos hecho daño?

    • ¿Cuáles pecados debemos confesar a un líder del sacerdocio? El perdón proviene de Dios; entonces, ¿por qué debemos confesar a un líder del sacerdocio los pecados graves?

    • ¿Qué consejo del élder Andersen consideraron útil para alguien que está luchando por abandonar un pecado? (Considere darles un ejemplo o un caso hipotético de alguien que intenta dejar de ver pornografía, de beber alcohol o de enojarse, y pregunte cómo esa persona podría seguir el consejo del élder Andersen).

  • Usted podría resaltar esta frase: “Una vez que en verdad hemos dejado atrás el pecado, no continuamos pensando en él, ni nos regodeamos en él, ni hablamos sobre él abiertamente con otras personas” (párrafo 7 de la sección “Abandonar el pecado”). Luego, podrían analizar una de las siguientes preguntas o ambas:

    • ¿Por qué, por lo general, no debemos hablar sobre los pecados anteriores?

    • Hablando de compartir pecados anteriores, ¿qué consejo da el élder Andersen a las parejas que están comenzando a conocerse en comparación con aquellas que están planteándose contraer matrimonio?

    • ¿De qué forma el centrarnos en Jesucristo y Su expiación nos ayuda a dejar nuestros pecados, y los de los demás, en el pasado? Como parte de su análisis, podrían mirar el video “Recuperado” (3:26).

Cuando se ha confesado y abandonado un pecado, seguimos adelante, confiando en el poder de la expiación del Salvador

  • Podría pedir a los alumnos que reflexionen en silencio sobre si se han sentido perturbados alguna vez por pecados pasados de los que se han arrepentido, pero que aún recuerdan. Lean con la clase el primer párrafo de la sección “Cómo saber que se han perdonado los pecados”. Luego, pregunte a los alumnos acerca de lo que el élder Andersen enseñó que puede ayudar a alguien que se sienta perturbado por el recuerdo de sus pecados.

  • Casi al final del capítulo, el élder Andersen relata una historia de cuando era presidente de misión y estuvo ayudando a un élder que estaba preocupado por saber si había sido perdonado de una transgresión grave del pasado. Usted podría hacer un resumen o pedirle a un alumno que resuma la historia, y luego lea el último párrafo del capítulo para ayudar a los alumnos a identificar una verdad similar a la que se halla en el encabezamiento de esta sección, que aparece más arriba. Después podría hacerles una de las siguientes preguntas o ambas:

    • ¿De qué manera podemos resistir los intentos de Satanás para desanimarnos por medio de los recuerdos de nuestros pecados anteriores?

    • Cuando recuerden sus pecados, ¿cómo podrían elegir pensar en ellos de un modo que los aliente en vez de desalentarlos?

Capítulo 20

Si deseamos arrepentirnos sinceramente, haremos una generosa restitución por nuestros pecados

  • Para comenzar esta parte del análisis, podría invitar a los alumnos a comentar algo del capítulo 20 que les pareció particularmente significativo.

  • Considere leer fragmentos de los primeros tres párrafos de este capítulo como clase y ayude a los alumnos a identificar un principio similar al del encabezamiento de esta sección, que aparece más arriba. Después podrían analizar una de las siguientes preguntas, o ambas:

    • ¿Qué significa para ustedes una restitución generosa?

    • ¿Qué ejemplos recuerdan de las Escrituras que muestren cómo esas personas hicieron una restitución por sus pecados? (Si los alumnos necesitan ideas, usted podría mencionar a Pablo [véase Hechos 9:13–22], Alma, hijo, y los hijos de Mosíah [véase Mosíah 27:32–36] o Zeezrom [véase Alma 15:11–12]).

  • Considere invitar a los alumnos a comentar lo que aprendieron de las situaciones en las que quizás no sea posible hacer una restitución plena o adecuada. (Como parte de su análisis, podría pedirles a los alumnos que repasen como clase partes de los párrafos 1–6 de la sección “No se resuelve rápida ni fácilmente”, así como los últimos dos párrafos de esa sección [que comienzan con “Arrepentirse significa mucho más…”]). Quizá también desee compartir y analizar las siguientes palabras del presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Presidente Boyd K. Packer

Restaurar lo que no se puede restaurar, curar las heridas incurables, reparar lo que se ha quebrado y no tiene arreglo, es el propósito principal de la expiación de Cristo.

Cuando el deseo que nos guía es firme y estamos dispuestos a pagar hasta “el último cuadrante” [véase Mateo 5:25–26], la ley de restitución queda sin efecto; nuestra deuda se transfiere al Señor. Él se hará cargo de nuestras deudas (“La luminosa mañana del perdón”, Liahona, enero de 1996, pág. 22).

Dios tiene poder para consolarnos, sanarnos y darnos paz cuando otras personas nos han causado daño

  • Considere pedir a los alumnos que relaten la experiencia de la joven adulta que se halla en la sección “No se resuelve rápida ni fácilmente” y analicen cómo el Padre Celestial la consoló. Asimismo, podrían leer juntos el párrafo 12 de esa sección (que comienza con “Es posible que usted jamás…”) y ayude a los alumnos a identificar una verdad como la que se declara en el encabezamiento de esta sección, que aparece más arriba.

  • Podría analizar con los alumnos lo que les pareció más útil de la sección “El amor de Dios por quienes han sido abusados” (si es necesario, podría darles unos minutos para repasar primero la sección).

  • Podría invitar a algunos alumnos a que testifiquen de cómo Dios los ha consolado o sanado, o les ha infundido paz, luego de haber sido ofendidos o perjudicados por alguien. (Asegúrese de que los alumnos entiendan que no les está pidiendo que relaten la manera en que se les hizo daño, sino más bien la forma en que Dios pudo ayudarlos. La próxima lección abordará el tema específico de perdonar a los demás).

  • Podría concluir la clase pidiendo a los alumnos que anoten los pensamientos, sentimientos o impresiones que hayan tenido durante su estudio y análisis de los capítulos 19 y 20. Invítelos a actuar de acuerdo con lo que se hayan sentido inspirados a hacer.

Para la próxima clase

Aliente a los alumnos a estudiar el capítulo 21 como preparación para la semana próxima. Podría invitarlos a buscar las verdades que los guiarán a perdonar a aquellos que los hayan herido u ofendido. También podría alentar a los alumnos a meditar en la función del Salvador para ayudarnos a perdonar y en la sanación que podemos recibir al perdonar a los demás.