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Romanos 12–15 


Romanos 12–15

Unidad por medio de Jesucristo

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Hombres y mujeres jóvenes pasean por los Crystal Gardens en el muelle de la Marina en Chicago. Hay palmeras y otras plantas al fondo.

¿Alguna vez has tenido dificultades para sentirte unido con otros miembros de la Iglesia? Los santos de Roma que vivían durante la época de Pablo provenían de diversos orígenes y culturas. A veces, tenían desacuerdos y tensiones entre sí. En respuesta, Pablo los alentó a ser “[u]nánimes entre [ellos]” (Romanos 12:16). Esta lección puede ayudarte a encontrar maneras de volverte más unido con los miembros de la Iglesia del Salvador. 

Todos podemos estar unidos

Miqueas y su familia se bautizaron hace tres años. A la familia de Miqueas le ha tomado algo de tiempo adaptarse a una nueva forma de vida como miembros de la Iglesia, pero recibieron un fuerte apoyo social y aceptación de los miembros de su rama. Recientemente, el padre de Miqueas aceptó un nuevo trabajo, y su familia se mudó a un lugar diferente. Miqueas ha asistido a las actividades de la Iglesia y de los jóvenes en su nuevo barrio durante algunas semanas, pero está teniendo dificultades para sentirse aceptado allí. Los jóvenes parecen agradables, pero la mayoría de ellos parecen ser miembros de la Iglesia desde hace mucho tiempo y Miqueas se pregunta si podrían juzgarlo por sus imperfecciones e inexperiencia en la Iglesia.

  • ¿Qué consejo le darías a Miqueas para ayudarlo en esta situación?

  • ¿Qué consejo les darías a los jóvenes del nuevo barrio de Miqueas?

Pablo escribió su epístola a los Romanos durante una época en la que los miembros de la Iglesia de diferentes orígenes religiosos y culturales comenzaron a adorar juntos. Había ocasiones en las que esos santos estaban en desacuerdo entre sí o juzgaban injustamente a otros miembros de la Iglesia cuyas decisiones diferían de las de ellos. Una de las lecciones que podemos aprender de las enseñanzas de Pablo en Romanos 12–15 es que, aunque todos tenemos diferencias, los miembros de la Iglesia pueden esforzarse por estar unidos a través de las enseñanzas de Jesucristo.

  • ¿Qué puede dificultar sentirnos unidos con otros miembros de la Iglesia?

  • ¿Por qué crees que es importante para el Señor que los miembros de Su Iglesia estén unidos?

Piensa en cuán conectado te sientes con las personas de tu barrio o rama, con tus compañeros de Seminario u otros miembros de la Iglesia. Durante esta lección, piensa en cómo puedes llegar a estar más unido con otros miembros de la Iglesia del Salvador.

Las enseñanzas de Pablo sobre la unidad

Estudia al menos dos de los siguientes grupos de versículos que contienen las enseñanzas de Pablo acerca de la unidad. Mientras estudias, busca las enseñanzas que puedan ayudarte a comprender y apoyar mejor a otros miembros de la Iglesia. También puede ser útil crear una representación visual de una o más de las enseñanzas de Pablo que se encuentran en los versículos que estudias.

  • ¿Qué aprendiste de los versículos que estudiaste que pueda ayudarte a sentirte más unido con los demás?

  • ¿De qué manera el hacer esfuerzos por estar unidos con los demás puede ayudarnos a volvernos más semejantes a Jesucristo?

  • ¿Qué experiencias de tu vida o de la vida de otras personas te han demostrado la importancia de estar unidos con otros miembros de la Iglesia?

Poner en práctica lo que has aprendido

1. Completa la siguiente actividad:

Piensa en lo que has aprendido y sentido acerca de la unidad en tu estudio de hoy. Dedica un momento a planificar cómo incorporarás esas enseñanzas en tu vida. Escribe una meta sobre cómo te esforzarás por lograr la unidad en uno o más de los siguientes entornos:

  • Con los miembros de tu clase de Mujeres Jóvenes o de tu cuórum del sacerdocio

  • Con los miembros de tu clase de Seminario

  • Con otros miembros de tu barrio o rama

También puede ser útil anotar cualquier obstáculo que enfrentes para lograr tu objetivo. ¿Cómo puedes superar esos obstáculos? ¿De qué manera puede ayudarte el Señor?

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Qué podemos aprender de los desafíos que enfrentó la Iglesia en Roma durante la época de Pablo?

El élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

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Retrato oficial del élder Quentin L. Cook. Fue llamado al Cuórum de los Doce Apóstoles el 6 de octubre de 2007.

Nuestra cultura de la Iglesia proviene del evangelio de Jesucristo. La epístola del apóstol Pablo a los Romanos es profunda […].

Pablo aconseja a los judíos y a los gentiles que guarden los mandamientos y se amen unos a otros y afirma que la rectitud conduce a la salvación.

La cultura del evangelio de Jesucristo no es una cultura gentil ni una cultura judaica. No la determina el color de la piel ni el lugar donde uno vive. Si bien nos regocijamos en las culturas particulares, debemos dejar atrás aspectos de esas culturas que estén en conflicto con el evangelio de Jesucristo.

(Quentin L. Cook, “Corazones entrelazados con rectitud y unidad”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 20–21)

¿Qué puede suceder si hacemos los esfuerzos para ser unidos como miembros de la Iglesia del Salvador?

El élder Jorge T. Becerra, de los Setenta, enseñó:

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Élder Jorge T. Becerra, retrato oficial del Primer Cuórum de los Setenta.

Necesitamos a todos en cada barrio y rama: a los que sean fuertes y a los que quizás tengan dificultades; todos son necesarios para la edificación esencial del “cuerpo de Cristo” en su totalidad. A menudo me pregunto quiénes nos faltan en nuestras varias congregaciones que podrían fortalecernos y completarnos.

(Jorge T. Becerra, “Pobrecitos”, Liahona, mayo de 2021, pág. 40)

La hermana Sharon Eubank, de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, relató la siguiente historia:

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Retrato oficial de la hermana Sharon Eubank, tomado en 2017.

En 1842, los santos trabajaban arduamente para edificar el Templo de Nauvoo. Tras la fundación de la Sociedad de Socorro en marzo, el profeta José iba a menudo a las reuniones para preparar a las hermanas para los convenios sagrados y unificadores que pronto harían en el templo.

El 9 de junio, el Profeta dijo que iba a predicar misericordia. “Supongamos que Jesucristo y los santos ángeles nos rechazaran por cosas pequeñas, ¿qué sería de nosotros? Debemos ser misericordiosos […] y pasar por alto las cosas que no tengan importancia”. El presidente Smith continuó: “Me aflige ver que no hay una completa hermandad; si un miembro sufre, todos lo sienten; por la unidad de sentimientos, obtenemos poder con Dios” [“Minutes and Discourse, 9 June 1842”, pág. 61, Los documentos de José Smith].

Esa pequeña frase tuvo un gran impacto en mí. Por la unidad de sentimientos, obtenemos poder con Dios. Este mundo no es lo que me gustaría que fuera. Hay muchas cosas en las que quiero tener influencia y que quiero mejorar. Sinceramente, hay mucha oposición contra lo que anhelo, y a veces me siento impotente. Últimamente, me he estado haciendo preguntas a mí misma: ¿Cómo puedo entender mejor a las personas a mi alrededor? ¿Cómo puedo crear una “unidad de sentimientos” cuando todos son tan diferentes? ¿A qué poder de Dios podría tener acceso si estoy un poco más unida con los demás?

(Sharon Eubank, “Por la unidad de sentimientos, obtenemos poder con Dios”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 55)