Manuales y llamamientos
1. El plan de Dios y la función de usted en Su obra de salvación y exaltación


“1. El plan de Dios y la función de usted en Su obra de salvación y exaltación”, Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2020.

“1. La obra de Dios de salvación y exaltación”, Manual General.

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hombres construyendo una vivienda

1.

El plan de Dios y la función de usted en Su obra de salvación y exaltación

1.0

Introducción

Usted ha sido llamado a servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Gracias por su servicio. Usted bendecirá la vida de las personas y experimentará gozo a medida que sirva fielmente.

Este manual lo ayudará a aprender los principios del servicio como el de Cristo, así como a entender sus responsabilidades. Usted será más eficaz si procura que su servicio en la Iglesia se halle en concordancia con la obra de Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo. Este capítulo le ayudará a obtener una visión de:

  • El plan de felicidad de Dios.

  • La obra de Dios de salvación y exaltación.

  • El propósito de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

1.1

El plan de felicidad de Dios

El Padre Celestial proporcionó el plan de felicidad para permitirnos disfrutar de todas Sus bendiciones. Su obra y Su gloria es “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). La inmortalidad es vivir para siempre con un cuerpo físico resucitado. La vida eterna, es decir, la exaltación, consiste en llegar a ser como Dios y vivir en Su presencia eternamente como familias.

Jesucristo ocupa el lugar central en el plan de Dios. Debido al infinito amor que el Padre Celestial tiene por nosotros, Él envió a Su Hijo a redimirnos del pecado y de la muerte mediante Su sacrificio expiatorio (véase Juan 3:16). A través de Su expiación, Jesucristo se asegura de que cada uno de los que hemos nacido en la tierra llegue a resucitar y logre la inmortalidad.

Para recibir la vida eterna, debemos “veni[r] a Cristo” (Moroni 10:32). La expiación del Salvador hace posible que seamos limpiados del pecado y que nuestro corazón cambie para que podamos recibir la vida eterna y una plenitud de gozo. El Padre Celestial quiere que todos Sus hijos elijan regresar a Él.

1.2

La obra de Dios de salvación y exaltación

Participamos en la obra de salvación y exaltación conforme venimos a Cristo y ayudamos a los demás a hacer lo mismo. A esta obra la guían los dos grandes mandamientos de amar a Dios y amar a nuestro prójimo (véase Mateo 22:37–39).

La obra de Dios de salvación y exaltación se centra en cuatro responsabilidades divinamente señaladas, que se detallan a continuación.

Este manual lo ayudará a entender esos cuatro aspectos de la obra de Dios.

1.2.1

Vivir el evangelio de Jesucristo

Vivir el evangelio de Jesucristo comprende:

  • Ejercer fe en Cristo, arrepentirse diariamente, hacer convenios con Dios al recibir las ordenanzas de salvación y exaltación, y perseverar hasta el fin guardando esos convenios (véase 3.5.1).

  • Aprender y enseñar el evangelio de Jesucristo en el hogar y en la Iglesia.

  • Llegar a ser autosuficientes al proveer para nosotros mismos y nuestras familias, tanto en lo espiritual como en lo temporal.

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hermanas misioneras enseñando a una mujer

1.2.2

Cuidar de los necesitados

Cuidar de los necesitados comprende:

  • Servir y ministrar a las personas, las familias y la comunidad.

  • Compartir los recursos con los necesitados, incluso la ayuda de la Iglesia.

  • Ayudar a los demás a llegar a ser autosuficientes.

1.2.3

Invitar a todos a recibir el Evangelio

Invitar a todos a recibir el Evangelio comprende:

  • Participar en la obra misional y prestar servicio como misioneros.

  • Ayudar a los miembros nuevos y a los que regresan a la Iglesia a progresar a lo largo de la senda de los convenios.

1.2.4

Unir a las familias por la eternidad

Unir a las familias por la eternidad comprende:

  • Hacer convenios al recibir nuestras propias ordenanzas del templo.

  • Encontrar a nuestros antepasados fallecidos y efectuar las ordenanzas por ellos en el templo a fin de que puedan hacer convenios con Dios.

  • Ir al templo con regularidad, donde sea posible, para adorar a Dios y efectuar las ordenanzas por Sus hijos.

1.3

El propósito de la Iglesia

Jesucristo estableció Su Iglesia a fin de permitir que las personas y las familias ayuden a Dios a efectuar Su obra de salvación y exaltación (véase Efesios 4:11–13; véase también 2.2, en este manual). A fin de contribuir a lograr este divino propósito, la Iglesia y sus líderes proporcionan:

  • La autoridad y las llaves del sacerdocio.

  • Los convenios y las ordenanzas.

  • La guía profética.

  • Las Escrituras.

  • Apoyo al aprendizaje y la enseñanza del Evangelio.

  • Oportunidades de servicio y liderazgo.

  • Una comunidad de santos.

1.3.1

La autoridad y las llaves del sacerdocio

Dios lleva a cabo Su obra de salvación y exaltación mediante el sacerdocio. La autoridad y las llaves del sacerdocio necesarias para dirigir la obra de Dios en la tierra fueron restauradas al profeta José Smith (véanse Doctrina y Convenios 110:11–16; 112:30; véase también 3.1 en este manual). Los líderes actuales de la Iglesia tienen esas llaves. Dichos líderes llaman y autorizan a otras personas para que ayuden en la obra de Dios (véase Doctrina y Convenios 107:8, 65–67).

1.3.2

Los convenios y las ordenanzas

En el plan del Padre Celestial, nosotros hacemos convenios al recibir las ordenanzas de salvación y exaltación, como el bautismo (véase Juan 3:5; véase también el capítulo 18 de este manual). Esos convenios y ordenanzas son esenciales para que lleguemos a ser más como Dios y para regresar a morar en Su presencia (véase Doctrina y Convenios 84:19–22).

1.3.3

La guía profética

A través de Sus profetas escogidos, Dios revela la verdad y proporciona guía y amonestaciones inspiradas (véanse Amós 3:7; Doctrina y Convenios 1:4). Dicha guía nos permite entrar y permanecer en la senda que conduce a la vida eterna.

1.3.4

Las Escrituras

Bajo la dirección de los profetas y apóstoles del Señor, la Iglesia proporciona y preserva la palabra de Dios tal como se halla en las santas Escrituras. Las Escrituras testifican de Cristo, enseñan Su Evangelio y nos ayudan a ejercer la fe en Él (véanse Jacob 7:10–11; Helamán 15:7).

1.3.5

Apoyar el aprendizaje y la enseñanza del Evangelio

La Iglesia apoya a las personas y las familias en su responsabilidad de aprender las verdades del Evangelio y enseñar estas verdades a los miembros de la familia y a otras personas (véase Doctrina y Convenios 88:77–78, 118; véase también 2.2.3 en este manual).

1.3.6

Oportunidades de servicio y liderazgo

Dios da a los miembros oportunidades de servir y liderar mediante llamamientos y asignaciones en la Iglesia. Esta provee la estructura para ayudar a cuidar de los miembros necesitados y brindar ayuda humanitaria a otras personas (véase Mosíah 18:27–29).

1.3.7

Una comunidad de santos

Como comunidad de santos, los miembros de la Iglesia se congregan con regularidad para adorar a Dios y recordar al Salvador al participar de la Santa Cena (véanse Moroni 6:4–6; Doctrina y Convenios 20:77). Los miembros también se cuidan y ministran unos a otros (véase Efesios 2:19).

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Templo de Tijuana, México

1.4

La función de usted en la obra de Dios

Como líder de la Iglesia, usted es llamado a enseñar y apoyar a las personas a las que presta servicio conforme ellas ayudan a Dios en Su obra de salvación y exaltación (véase 1.2). El tener una clara comprensión de la obra de Dios, de lo que Él le invita a hacer y del propósito de Su Iglesia le ayudará a centrar sus esfuerzos en traer almas a Cristo.

Con espíritu de oración, procure saber cómo puede contribuir a que se logren los propósitos de Dios en la vida de aquellos a quienes sirve. Dios le guiará por medio de las impresiones del Espíritu Santo (véase 2 Nefi 32:5). Trabajar con el Señor en Su viña le producirá gran gozo (véase Jacob 5:70–72).