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4 – 10 marzo. Mateo 8–9; Marcos 2–5: ‘Tu fe te ha sanado’


“4 – 10 marzo. Mateo 8–9; Marcos 2–5: ‘Tu fe te ha sanado’” Ven. Sígueme — Para uso individual y familiar Nuevo Testamento 2019 (2019)

“4 – 10 marzo. Mateo 8–9; Marcos 2–5”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019

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Jesús sana a un hombre cojo

Sanidad en Sus alas, por Jon McNaughton

4 – 10 marzo

Mateo 8–9; Marcos 2–5

“Tu fe te ha sanado”

Durante su lectura de Mateo 8–9 y Marcos 2–5, responda a las impresiones que reciba del Espíritu Santo. Podría escribir las impresiones que reciba y las cosas que puede hacer para actuar de conformidad con esas impresiones.

Anote sus impresiones

Es difícil leer el Nuevo Testamento sin conmovernos con los muchos relatos del Salvador sanando a enfermos y afligidos; desde una mujer con fiebre hasta una jovencita que había sido declarada muerta. ¿Qué mensajes pueden haber para nosotros en esos milagros de sanidad física? Ciertamente, un mensaje evidente es que Jesucristo es el Hijo de Dios, con poder sobre todas las cosas, incluso sobre nuestros dolores e imperfecciones físicas. Hay otro mensaje en Sus palabras a los escribas escépticos: “Para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” (Marcos 2:10). Así que cuando lea de cómo fue sanado un ciego o un leproso, usted puede pensar en la sanación tanto espiritual como física que puede recibir del Salvador, y escuchar que le dice: “Tu fe te ha sanado” (Marcos 5:34).

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Ideas para el estudio personal de las Escrituras

Mateo 8–9; Marcos 25

El Salvador puede sanar debilidades y enfermedades.

Estos pocos capítulos registran muchos casos de sanidades milagrosas efectuadas por el Salvador. A medida que estudie esas sanidades, busque posibles mensajes para usted. Podría preguntarse: ¿Qué enseña este relato acerca de la fe? ¿Qué enseña este relato acerca del Salvador? ¿Qué desea Dios que yo aprenda de este milagro?

Véase también Dallin H. Oaks, “Sanar a los enfermos”, Liahona, mayo de 2010, págs. 47–50.

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Jesús sana al enfermo

Jesús sana al enfermo, por Joseph Brickey, según Heinrich Hofmann.

Mateo 8:5–13; Marcos 5:24–34

Puedo buscar la ayuda de Dios aun si siento que no la merezco.

El centurión, que era gentil, se sentía indigno de recibir al Salvador en su casa. En la sociedad judía, se consideraba a la mujer que padecía de flujo de sangre como impura y se la aislaba. No obstante, el Salvador los bendijo a ambos. ¿Qué aprende de estos dos relatos en cuanto a buscar la ayuda del Señor?

Mateo 8:18–22; Marcos 3:31–35

Ser discípulo de Jesucristo, significa que lo pongo a Él en primer lugar en mi vida.

En estos versículos, Jesús enseñó que para ser Sus discípulos debemos ponerlo en primer lugar en nuestra vida, incluso si esto a veces implica que hemos de sacrificar otras cosas que valoramos. Conforme estudie estos pasajes, medite en cuanto a su propio discipulado. ¿Por qué deben estar dispuestos los discípulos a poner al Salvador en primer lugar? ¿A qué debería renunciar usted a fin de poner a Jesús en primer lugar? (véase también Lucas 9:57–62).

Mateo 8:23–27; Marcos 4:35–41

Jesucristo tiene poder para traer la paz en medio de las tormentas de la vida.

¿Se ha sentido alguna vez como se sintieron los discípulos de Jesús en el mar durante la tormenta, viendo cómo las olas anegaban el bote, y preguntándose: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”.

En Marcos 4:35–41, hallará cuatro preguntas. Anote cada una y reflexione sobre lo que enseñan en cuanto a cómo debe afrontar los desafíos de la vida con fe en Jesucristo. ¿De qué modo el Salvador brinda paz a las tormentas de su vida?

Mateo 9:1–13; Marcos 2:15–17

Puedo defender mis creencias enseñando principios verdaderos.

En ocasiones, resulta difícil saber cómo responder cuando las personas critican nuestras creencias y prácticas religiosas. Al leer Mateo 9:1–13 y Marcos 2:15–17, determine las críticas que hacían los acusadores y las respuestas del Salvador. Podría marcar las críticas y las respuestas con distintos colores o podría anotarlas aparte. ¿Qué nota acerca de la manera en que enseñó el Salvador? ¿El seguir Su ejemplo, cómo podría ayudarle si tuviera que defender algún principio o práctica del Evangelio?

véase también el video “Everyday Example: When Beliefs Are Questioned” [Ejemplo diario: Cuando se cuestionan las creencias](LDS.org).

Mateo 9:1–8

Gracias al arrepentimiento, puedo tener ánimo.

Cuando trajeron a un paralítico ante el Salvador, para la multitud era obvio que él necesitaba ser sanado físicamente. Sin embargo, Jesús atendió primero la mayor necesidad de ese hombre: el perdón de sus pecados. Aun cuando ese hombre no hubiera sido sanado físicamente, todavía podría haber seguido el consejo de Jesús: “Ten ánimo” (Mateo 9:2). ¿En qué ocasiones ha sentido gozo por haber sido perdonado? (véase también Alma 36:18–24).

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Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar

Al continuar aprendiendo acerca del ministerio del Salvador con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:

Mateo 8–9; Marcos 25

Podría elaborar una lista de los milagros que se describen en estos capítulos y buscar ilustraciones de algunos de ellos (véase el Libro de obras de arte del Evangelio o LDS.org). Podría pedirle a cada integrante de la familia que relate uno de los milagros (utilizando una imagen, si la hubiere) y compartir lo que aprende de ello. Podría compartir algunos ejemplos de milagros que haya presenciado o de los que haya leído en la historia moderna de la Iglesia.

Mateo 9:10–13

¿Qué aprendemos de la forma en que el Salvador trataba a los publicanos y a los pecadores, personas que eran rechazadas por los demás? ¿De qué modo podemos seguir Su ejemplo en nuestras relaciones con los demás?

Mateo 9:36–38

¿Cómo puede ayudar a su familia a entender la petición del Salvador de que haya más obreros para ayudar a compartir el Evangelio? Podrían hacer algo tan sencillo como trabajar juntos en una tarea que tomaría mucho tiempo a una sola persona, tal como limpiar la cocina después de la cena. ¿Qué podemos hacer para compartir el mensaje del Evangelio?

Marcos 4:35–41

¿Este relato podría ayudar a la familia cuando sientan temor? Quizás, podrían leer el versículo 39 y compartir experiencias en las que el Salvador les haya ayudado a sentir paz en tiempos de conmoción o temor.

Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Procure estar disponible y accesible. Algunas de las mejores oportunidades para enseñar comienzan con una pregunta o una inquietud en el corazón de los integrantes de la familia. Déjeles saber mediante sus palabras y acciones, que usted está deseoso de escucharlos (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 16).

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Bajan a un hombre en su lecho por el techo hasta Jesús

Cristo y el paralítico, por J. Kirk Richards.