Ven, sígueme 2024
4 – 10 marzo: “Nos regocijamos en Cristo”. 2 Nefi 20–25


“4 – 10 marzo: ‘Nos regocijamos en Cristo’. 2 Nefi 20–25”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Libro de Mormón 2024 (2024)

“4 – 10 marzo. 2 Nefi 20–25”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: 2024 (2024)

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Una familia estudiando

4 – 10 marzo: “Nos regocijamos en Cristo”

2 Nefi 20–25

Los escritos de Isaías contienen amonestaciones fuertes, pero también ofrecen esperanza y gozo. Esa es una de las razones por las que Nefi las incluyó en su registro. Él dijo: “… escribo algunas de las palabras de Isaías para que aquellos […] que vean estas palabras eleven sus corazones y se regocijen” (2 Nefi 11:8). En cierto sentido, la invitación a leer los escritos de Isaías es una invitación a regocijarse. Tal como hizo Nefi, tú puedes deleitarte en las profecías de Isaías acerca del recogimiento de Israel, la venida del Mesías y la paz prometida a los rectos. Puedes regocijarte por vivir en el día profetizado en que el Señor ha “levanta[do] estandarte a las naciones, y congrega[do] a los desterrados de Israel” (2 Nefi 21:12). Cuando tengas sed de justicia, puedes “con gozo saca[r] agua de las fuentes de la salvación” (2 Nefi 22:3). En otras palabras, puedes “regocija[rte] en Cristo” (2 Nefi 25:26).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 21–22

Puedo hallar paz en Jesucristo

Los hijos de Lehi tenían un problema de contención, y el problema empeoró en las generaciones futuras, lo cual llevó a la división, el cautiverio, el pesar y la destrucción. La contención continúa siendo un problema en la actualidad.

Tomando todo eso en cuenta, piensa en las profecías que se encuentran en 2 Nefi 21–22. Considera cómo el Salvador está cumpliendo esas profecías. ¿Qué significa para ti que el lobo “morará […] con el cordero”? (2 Nefi 21:6). Reflexiona sobre lo que puedes hacer para ser un pacificador.

Véase Dale G. Renlund, “La paz de Cristo pone fin a las enemistades”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 83–85.

2 Nefi 21:9–12

El Señor está recogiendo a Su pueblo

Nefi y su familia fueron testigos del esparcimiento de Israel (véase 2 Nefi 25:10). Ahora tú puedes participar en el recogimiento de Israel (véase 2 Nefi 21:12). Al leer 2 Nefi 21:9–12, piensa en cómo puedes ayudar a cumplir las profecías que describen estos versículos.

Por ejemplo, al leer sobre el “estandarte” (pendón o bandera) que se levantará para recoger al pueblo de Dios, considera de qué forma has visto que Dios recoge a Su pueblo, física y espiritualmente. ¿Qué atrae a la gente hacia el Señor y Su Iglesia?

¿Qué te sientes inspirado a hacer para ayudar a recoger al pueblo de Dios?

2 Nefi 23–24

Lo mundano de Babilonia caerá

El reino de Babilonia era una gran amenaza política y militar para el Israel de la antigüedad. No obstante, para el pueblo de Nefi —y para nosotros en la actualidad— la mayor amenaza es lo que Babilonia representa: lo mundano y el pecado. Considera en qué forma las amonestaciones que se encuentran en 2 Nefi 23–24 pueden haber influido en quienes temían, admiraban o confiaban en las riquezas y el poder de Babilonia (véanse, por ejemplo, 23:6–9, 11, 19–22; 24:10–19). ¿Cuáles son algunas cosas similares que podríamos temer o admirar, o en las que podríamos depositar nuestra confianza hoy? ¿Cuál crees que podría ser el mensaje del Salvador para ti en estos capítulos? Piensa en lo que puedes hacer para mostrar que te “huelga[s] con [el] enaltecimiento” del Señor (2 Nefi 23:3).

2 Nefi 25:19–29

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ícono de Seminario
“Hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo”

Nefi estaba dispuesto a expresar sus creencias, en especial, su testimonio de Jesucristo. Durante tu estudio de 2 Nefi 25, piensa en el deseo de Nefi de “persuadir a [sus] hijos […] a creer en Cristo y a reconciliarse con Dios” (versículo 23). ¿Qué deseaba Nefi que la gente supiera acerca del Salvador (véanse los versículos 12–13, 16). ¿De qué forma trató Nefi de persuadir a la gente a creer en Él? (Véanse los versículos 19–29). Presta atención a los pasajes de este capítulo que te persuadan a creer en Cristo y a seguirlo.

Algunos de nosotros tal vez no nos sintamos tan osados como Nefi en cuanto a hablar de Cristo, pero quizás puedas encontrar algo en las enseñanzas de Nefi en 2 Nefi 25:23–26 que te inspire a hablar más abiertamente de Él con los demás. Por ejemplo, la declaración de Nefi, “nos regocijamos en Cristo”, podría motivarte a pensar en la forma en que el Salvador te da gozo, y cómo puedes compartir ese gozo con los demás.

En su mensaje titulado “Hablamos de Cristo” (Liahona, noviembre de 2020, págs. 88–91), el élder Neil L. Andersen propone cómo podemos hablar más abiertamente de Cristo en diversos entornos. ¿Cuáles de sus propuestas te llaman la atención? ¿Qué oportunidades tienes de hablar de Cristo con otras personas?

¿Qué te sientes inspirado a decir a los demás acerca de Jesucristo? Si necesitas algunas ideas, podrías estudiar “El Cristo Viviente: El testimonio de los Apóstoles” (Biblioteca del Evangelio). Algún himno como, por ejemplo, “Creo en Cristo” (Himnos, nro. 72) podría darte más ideas.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 21:1–5

Jesucristo juzgará con rectitud

  • Para ayudar a los niños a visualizar estos versículos, ve si puedes encontrar algún árbol que haya sido talado o alguna rama que retoñe de un árbol (o utiliza la imagen que aparece a continuación). Si el “vástago” que se menciona en 2 Nefi 21:1 representa a Jesucristo, ¿qué nos enseñan sobre Él los versículos 2–5?

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pequeña planta retoñando del tronco de un árbol

2 Nefi 21:6–9

Jesucristo brinda paz y gozo

  • ¿Qué enseña 2 Nefi 21:6–9 sobre lo que puede suceder cuando todos siguen al Salvador? (Véase también 4 Nefi 1:15–18). ¿De qué manera podemos hacer que nuestro hogar se asemeje más a esa situación? A los niños les podría gustar ver imágenes de los animales que se mencionan en los versículos 6–7: animales que por lo general son enemigos, pero que no se harán daño cuando Jesús regrese (véase la hoja de actividades de esta semana). Los niños también podrían hacer dibujos de ellos mismos y de esos animales viviendo en paz con Jesús.

2 Nefi 21:11–1222

El Señor está recogiendo a Su pueblo

  • Isaías dijo que el Señor levantaría “estandarte a las naciones” para ayudar al pueblo a congregarse en Él (véase 2 Nefi 21:11–12). Ayuda a los niños a entender que un estandarte es como una bandera. Quizás les resulte entretenido dibujar una bandera de su invención. Podrían incluir imágenes o palabras que representen las razones por las que vienen a Jesucristo y Su Iglesia. Permíteles que hablen sobre sus banderas, y ayúdalos a pensar en cómo pueden ayudar a los demás a “congregarse” en Jesucristo.

  • Luego de leer juntos 2 Nefi 22:4–5, podrías hablar con los niños sobre algunas de las “cosas admirables” que el Señor ha hecho. ¿Cuáles son algunas de las “obras [del Señor] entre [nosotros]” que podemos pregonar? A fin de ayudar a los niños a reflexionar sobre esa pregunta, podrían entonar juntos una canción que hable del Salvador, tal como “Creo en Cristo” (Himnos, nro. 72). Podrían turnarse para completar una oración semejante a esta: “Creo en Cristo; Él ”. ¿Cómo podemos ayudar a otras personas a saber lo que el Salvador ha hecho por nosotros?

2 Nefi 25:26

“Nos regocijamos en Cristo”

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a “regocija[rse] en Cristo”? Tal vez podrías relatar alguna historia en que Jesucristo haya brindado gozo a los demás, o podrían ver algún video, tal como “Jesús sana a un hombre ciego de nacimiento” o “Dejad a los niños venir a mí” (Biblioteca del Evangelio). Los niños podrían señalar los momentos de gozo en la historia o el video. Luego, al leer juntos 2 Nefi 25:26, podrían hablar de por qué se “regocija[n] en Cristo”.

Testifica de Cristo. No supongas que tu familia sabe lo que sientes por el Salvador. Diles, y permite que tus sentimientos por el Salvador influyan en la forma en que interactúas con ellos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

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Misioneros enseñando a una familia

A donde me mandes iré, por Ramón Ely García Rivas