Manuales y llamamientos
Finalidad de la rama


Finalidad de la rama

Durante Su ministerio terrenal, Jesucristo organizó Su Iglesia sobre la tierra. Después de Su muerte, las congregaciones de creyentes se reunían para adorar, para aprender y poner en práctica Sus enseñanzas y para servirse, inspirarse y fortalecerse unos a otros. El Salvador prometió: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).

Hoy, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están organizados en congregaciones. Las congregaciones pequeñas se conocen como ramas y cada una de ellas está presidida por un presidente de rama. Con la aprobación de la Presidencia de Área, el presidente de misión puede organizar una rama cuando como mínimo dos familias miembros de la Iglesia vivan en el área y uno de los miembros sea un digno poseedor del Sacerdocio de Melquisedec o un presbítero digno en el Sacerdocio Aarónico. Una persona digna es aquélla que ha realizado convenios con el Señor, tales como el convenio bautismal, y se esfuerza diligentemente por guardar esos convenios.

El presidente de misión supervisa la rama, y el presidente de rama le rinde cuentas a él. Cuando dentro de una misión haya un número suficiente de ramas organizadas en una proximidad geográfica razonable, el presidente de misión, con la autorización de la Presidencia de Área, puede organizar esas ramas en un distrito. Cuando la rama ya forma parte de un distrito organizado, el presidente de rama es supervisado por la presidencia de distrito que, a su vez, rinde cuentas al presidente de misión.

La Iglesia ha preparado esta guía para ayudar a los líderes de la rama a aprender las responsabilidades de sus llamamientos y la manera de llevarlas a cabo. Todos los líderes y demás miembros de la Iglesia deben ayudar a llevar a cabo la misión de la Iglesia, la cual es extender a todos la invitación de “[venir] a Cristo, y [ser] perfecciona[dos] en él” (Moroni 10:32). Para cumplir esta misión, los líderes deben ayudar a los miembros a:

  • Proclamar el Evangelio de Jesucristo a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Comparten el Evangelio por medio del testimonio, siguiendo la inspiración del Espíritu. Los misioneros deben continuar apoyando a los nuevos conversos en su transición como miembros de la Iglesia.

  • Perfeccionar a los santos. Ayudan a los nuevos conversos a progresar en la Iglesia, asegurándose de que tengan un amigo, una responsabilidad y de que sean nutridos por la palabra de Dios. Los líderes les ayudan a recibir las ordenanzas y a realizar los convenios del Evangelio, les ayudan a esforzarse por guardar los mandamientos como han prometido, a prestar servicio a sus semejantes, a cuidar a de los pobres y de los necesitados y a hermanarse unos a otros con objeto de edificar la comunidad de los santos.

  • Redimir a los muertos. Ayudan a los miembros a localizar los datos de sus antepasados fallecidos y llevar a cabo las ordenanzas del templo por ellos en la medida de lo posible, como preparación para la exaltación familiar.

Esta guía facilita que los líderes de la rama, los miembros individuales y las familias aprendan a vivir bajo la influencia del Espíritu Santo, para que el cumplimiento de sus llamamientos en la Iglesia sea motivo de gozo y privilegio para ellos. Además de esta guía, también pueden encontrar ayuda valiosa en las Escrituras, la Guía para los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares (31178 002), la Guía para la familia (31180 002), la Guía para la enseñanza (34595 002), Principios del Evangelio (31110 002), Información para los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares sobre los cursos de estudio (36363 002), así como otras publicaciones de la Iglesia.