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Éter 2: “La mano del Señor los guiaba continuamente”


“Éter 2: ‘La mano del Señor los guiaba continuamente’”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024

“Éter 2”, El Libro de Mormón: Manual del maestro

Éter 2

“La mano del Señor los guiaba continuamente”

Imagen
la mano guiadora del Salvador

¿Alguna vez has enfrentado una decisión o un problema difícil y se sentías confundido en cuanto a qué hacer? Cuando el hermano de Jared y su pueblo construían barcos para cruzar el mar, se encontraron con varios problemas importantes. El hermano de Jared actuó con fe en el Señor y buscó Su guía en cada desafío. Esta lección puede ayudarte a saber cómo puedes recurrir a la ayuda del Señor para resolver tus problemas.

Dar a los alumnos oportunidades de buscar revelación personal. El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, enseñó lo siguiente: “Las Escrituras nos ayudarán a resolver todas nuestras preguntas personales porque al leerlas invitamos al Espíritu Santo y nos hacemos merecedores de recibir Su inspiración, lo cual nos guiará a toda verdad” (“Studying the Scriptures”, devocional en BYU–Hawái, 14 de marzo de 1986, págs. 18–21). Busque oportunidades de ayudar a los alumnos a procurar la ayuda del Señor con sus problemas personales a medida que estudian las Escrituras.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a acudir a clase preparados para relatar experiencias en las que ellos u otras personas que conozcan recibieron la ayuda del Señor para resolver problemas.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

Problemas y decisiones

Invite a los alumnos a trabajar individualmente, de dos en dos o en grupos pequeños, para realizar la actividad siguiente.

Como alternativa, los alumnos podrían compartir en tiras de papel, de forma anónima, problemas y preocupaciones que ellos y sus compañeros estén experimentando. Si lo considera útil, haga una lista en la pizarra de los problemas más habituales o pida a los alumnos que hagan una lista de los tres problemas principales que afrontan.

Imagina que alguien en las redes sociales hizo una lista de lo que creía que eran los tres principales problemas y preocupaciones que afrontan los jóvenes en la actualidad. Esa persona mencionó lo siguiente:

  • Sentir presión por tener éxito en los estudios

  • Llevarse bien con los amigos

  • Planificar para el futuro

  • ¿Estás de acuerdo con las elecciones de esta persona? ¿Por qué sí o por qué no?

  • ¿Qué otros problemas o preocupaciones podrías incluir en la lista? ¿Por qué?

Invite a los alumnos a que reflexionen en silencio sobre las preguntas siguientes. Podría resultar útil leer las preguntas lentamente.

  • ¿Cuáles son tus mayores preocupaciones y problemas?

  • ¿Buscas la ayuda del Señor al respecto? ¿Cómo?

  • ¿Cuán seguro estás de que con la ayuda del Señor podrás superar tus preocupaciones y problemas?

Escoge uno de los problemas o decisiones en los que pensaste que te gustaría recibir ayuda del Señor. A medida que estudies, busca verdades que puedan guiarte para recibir ayuda del Padre Celestial y de Jesucristo con el problema o la decisión que escogiste.

Prepararse para la ayuda del Señor

Los jareditas siguieron las instrucciones del Señor y construyeron barcos para “[atravesar] muchas aguas” (Éter 2:6) hasta llegar a las costas del “gran mar” (Éter 2:13). Luego, el Señor les ordenó que construyeran de nuevo barcos “a semejanza de los que hasta [entonces] hab[ían] hecho” (Éter 2:16) para cruzar el “gran mar” hasta la tierra prometida. El hermano de Jared se enfrentó a varios retos importantes cuando intentó seguir las instrucciones del Señor para un viaje tan largo.

Valore la posibilidad de dibujar el cuadro siguiente en la pizarra o invite a los alumnos a dibujarlo en sus diarios de estudio. Podría resultar eficaz dividir a los alumnos de dos en dos o en grupos pequeños para que lean Éter 2:16–25; 3:1, 4, 6, y llenen juntos el cuadro. O bien, podría invitar a los alumnos a leer los pasajes y llenar el cuadro por su cuenta y, luego, compararlo con un compañero o un grupo pequeño.

¿Qué hicieron el hermano de Jared y su pueblo?

¿Qué preguntas o inquietudes tenía el hermano de Jared?

¿Cómo respondió el Señor a sus preguntas?

  • ¿Cómo podrían aplicarse estos versículos a nuestra vida?

Valore la posibilidad de escribir las respuestas de los alumnos en la pizarra e invítelos a anotarlas en sus diarios de estudio.

Un principio que podemos aprender es el siguiente: Si suplicamos al Padre Celestial en oración y hacemos nuestra parte para resolver nuestros problemas, podremos recibir la ayuda del Señor.

  • ¿Cuáles son las diferentes maneras en que el Señor responde a las preguntas del hermano de Jared? (véase Éter 2:19–23).

Según el presidente Harold B. Lee (1899–1973), la pregunta del Señor que se encuentra en Éter 2:23, “¿Qué quieres que yo haga para que tengáis luz en vuestros barcos?”, era similar a decir lo siguiente:

“¿Qué sugieres que hagamos para tener luz?” […].

Era como si el Señor le estuviera diciendo: “Mira, te di una mente con la que pensar y te di el albedrío para usarlo. Ahora haz todo lo que puedas para ayudarte a ti mismo con este problema, y entonces, después de que hayas hecho todo lo que puedas, intervendré para ayudarte […].

Si desean una bendición, no solo deben arrodillarse y orar al respecto. Prepárense en todos los aspectos posibles con el fin de ser dignos de recibir la bendición que desean (Harold B. Lee, Stand Ye in Holy Places , 1974, págs. 243–244).

  • ¿Por qué en algunas situaciones el Señor podría dar una instrucción específica mientras que en otras ocasiones quiere que propongamos una solución y busquemos Su ayuda para resolver nuestros problemas?

  • ¿Por qué querría el Señor nuestros pensamientos y esfuerzos además de nuestras oraciones?

  • ¿Cómo puede ayudarnos a progresar el modo en que el Señor responde a nuestras preguntas y preocupaciones?

Considere cuál de las actividades siguientes podría ser la más adecuada para los alumnos, o permítales que elijan una.

Para ayudarte a reflexionar sobre cómo puede aplicarse este principio a nosotros en nuestro día a día, realiza una de las actividades siguientes:

  1. Escribe sobre cómo el Señor te respondió a ti o a alguien que conoces con instrucciones específicas para resolver un problema o cómo Él quiso que propusieras una solución y buscaras Su bendición. Anota lo que hayas aprendido de la experiencia.

  2. Selecciona lo que crees que es uno de los problemas o preocupaciones más habituales para los jóvenes de hoy. Piensa en qué podría hacer alguien para superar ese problema y cómo podría buscar la ayuda del Señor.

Si los alumnos tienen ejemplos actuales de este principio en acción, invítelos a compartirlos. Usted también podría compartir un ejemplo.

Aplicación personal

Piensa en el problema o la decisión que elegiste al principio de la lección y agrega lo siguiente a tu cuadro:

¿Qué he hecho o podría hacer para resolver o superar mi problema?

¿Qué preguntas o inquietudes tengo que podría presentar al Señor?

¿De qué manera podría el Señor ayudarme o responderme?

Invite a los alumnos a reflexionar o compartir su preparación para la clase. Anímelos a que hagan lo siguiente.

Busca la ayuda del Padre Celestial por medio del Espíritu Santo para saber lo que debes hacer. Recuerda lo que sabes sobre el Padre Celestial y Jesucristo que te da confianza para buscar Su ayuda.