3 Nefi 8–10

La voz del Salvador en las tinieblas

una familia con una niña ciega sintiendo el sol por primera vez desde los tres días de tinieblas data-posteriores a la crucifixión de Jesucristo

En el continente americano, la destrucción y la oscuridad extremas marcaron la crucifixión del Salvador. En algún momento durante los tres días de oscuridad penetrante, Jesucristo habló al pueblo: En aquel entonces y ahora, los desastres naturales, el sufrimiento y las pruebas pueden ser oportunidades para conocer a Jesucristo y volverse a Él. En esta lección, reconocerás las características de Jesucristo que pueden ayudarte a sentir más amor por Él y confiar en Él.

“Una gran tormenta”

un tornado atravesando un campo

una tormenta con relámpagos

lluvia y vientos huracanados azotan una ciudad

Piensa en ocasiones en las que hayas vivido tormentas violentas o desastres naturales, tales como terremotos, huracanes o tornados. ¿Cómo son esas experiencias?

Cuando Jesucristo fue crucificado en Jerusalén, una tormenta y un terremoto terribles en América causaron una gran destrucción. Esos acontecimientos cumplieron las profecías de Samuel el Lamanita acerca de las señales de la muerte del Salvador (véase Helamán 14:20–27).

Para conocer los detalles de esos acontecimientos destructivos, lee 3 Nefi 8:5–22. También podrías ver el video “Jesucristo se aparece en la antigua América”, desde 0:00 hasta 3:19. Este video está disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

• ¿Qué hubieras pensado o sentido si hubieras experimentado esas cosas?

En los años previos a esa destrucción, la mayoría de los nefitas se habían alejado del Señor y habían expulsado a los profetas que Dios había enviado a predicarles (véase 3 Nefi 7:7–8, 14, 21).

Lee 3 Nefi 8:23–25 y busca cómo reaccionaron los sobrevivientes después de vivir esos acontecimientos destructivos.

• ¿Cómo describirías sus sentimientos?

Verdades sobre Jesucristo

Mientras el pueblo lloraba en las tinieblas, oyeron la voz de Jesucristo que les hablaba. Él mencionó muchas ciudades y explicó que esas ciudades y sus habitantes habían sido destruidos a causa de su iniquidad. Luego, enseñó al pueblo muchas verdades importantes acerca de Sí mismo.

Para ayudarte a organizar estas verdades, crea un encabezado en tu diario de estudio con el título Aprender acerca de Jesucristo en 3 Nefi. Si lo deseas, reserva varias páginas de tu diario de estudio para que puedas agregar verdades a esta lista durante tu estudio del ministerio del Salvador entre los nefitas en las próximas semanas.

Lee 3 Nefi 9:13–22 y 10:4–12, y busca lo que Jesucristo enseñó a esas personas acerca de Sí mismo. Escribe esas verdades debajo del encabezado en tu diario de estudio.

ícono, anotar

1. Haz una lista de las verdades que aprendiste acerca de Jesucristo al estudiar 3 Nefi 9–10. Luego, responde por lo menos dos de estas preguntas:

• ¿Qué enseñó el Salvador acerca de Sí mismo que fue especialmente importante para ti? ¿Por qué?

• ¿Cómo pueden influir las verdades que has aprendido acerca de Jesucristo en tu amor por Él y en tu confianza en Él?

• ¿En qué situaciones has estado, o podrías estar, en las que sería importante recordar una o varias de estas verdades?

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Jesucristo de verdad me perdonará si cometo grandes errores?

El presidente Boyd K. Packer (1924–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, hizo hincapié en lo siguiente:

Presidente Boyd K. Packer

Muchos de los que han cometido faltas graves nos escriben cartas, preguntando: “¿Podré ser perdonado alguna vez?”.

¡La respuesta es “Sí”!

El Evangelio nos enseña que, por medio del arrepentimiento, se logra el alivio del tormento y de la culpa. Con excepción de unos pocos que han optado por la vía de la perdición luego de haber conocido la plenitud, no existen un hábito, una adicción, una rebelión, una transgresión ni una ofensa en los cuales no pueda cumplirse la promesa de un perdón completo (véase Boyd K. Packer, “La luminosa mañana del perdón”, Liahona, enero de 1996, pág. 21).

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

Élder Jeffrey R. Holland

A Dios no le importa dónde hayan estado tanto como le importa dónde están ahora y, con Su ayuda, a dónde están dispuestos a llegar (Jeffrey R. Holland, “The Best Is Yet to Be”, devocional en la Universidad Brigham Young, 13 de enero de 2009, pág. 27, speeches.byu.edu); véase también “Lo mejor aún está por venir”, Liahona, enero de 2010, pág. 21.

3 Nefi 9:20. ¿Qué significa tener un corazón quebrantado y un espíritu contrito?

El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) enseñó lo siguiente con respecto a un corazón quebrantado y un espíritu contrito:

Presidente Ezra Taft Benson

[E]l verdadero arrepentimiento requiere un cambio en el corazón y no solo en la conducta (véase Alma 5:13) […]; parte de ese cambio poderoso en el corazón es sentir la tristeza de Dios por los pecados que hayamos cometido. A eso se refieren las Escrituras cuando hablan de un corazón quebrantado y un espíritu contrito […]; los dones de Dios son suficientes para ayudarnos a superar todos los pecados que cometamos y todas las debilidades que tengamos si tan solo nos volvemos a Él para que nos ayude […]. En la mayoría de los casos, el arrepentimiento no se produce por medio de un cambio drástico, sino que más bien es un proceso constante que paso a paso nos va acercando hacia la perfección divina (véase Ezra Taft Benson, “Un poderoso cambio en el corazón”, Liahona, marzo de 1990, pág. 7).

El élder Bruce D. Porter (1952–2016), de los Setenta, explicó lo siguiente:

Élder Bruce D. Porter

La sumisión perfecta del Salvador al Eterno Padre es el ejemplo ideal de un corazón quebrantado y un espíritu contrito. El ejemplo de Cristo nos enseña que un corazón quebrantado es un atributo eterno y divino. Cuando nuestro corazón está quebrantado, somos plenamente receptivos al Espíritu de Dios y reconocemos nuestra dependencia de Él para todo lo que poseemos y lo que somos. Tal sacrificio implica renunciar al orgullo en todas sus formas. Así como un alfarero experto modela el barro con las manos, el Maestro puede moldear y darle forma con Sus manos a los de corazón quebrantado […].

Los que tienen un corazón quebrantado y un espíritu contrito están dispuestos a hacer todo lo que Dios les pida, sin oposición ni resentimiento. Dejamos de hacer las cosas a nuestra manera y aprendemos a hacerlas según la manera de Dios (Bruce D. Porter, “Un corazón quebrantado y un espíritu contrito”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 32).