Alma 30:30–60

“Hay un Creador Supremo”

una persona mirando el cielo nocturno

Alma testificó que “todas las cosas indican que hay un Dios” (Alma 30:44). Entonces, ¿por qué no todos reconocen o admiten que hay evidencias de que Dios es real? Korihor negó la existencia de Dios hasta que quedó mudo por Su poder. Esta lección puede ayudarte a reconocer las evidencias de que Dios existe y a escoger creer en Él.

La existencia de Dios

• En tu escuela o comunidad, ¿cuán habitual te parece que las personas vean evidencias de la existencia de Dios en el mundo que los rodea? (Por ejemplo, al mirar el atardecer o las estrellas).

• ¿Por qué crees que las personas pueden observar las mismas cosas y llegar a conclusiones diferentes acerca de Dios?

• ¿Qué podría influir en la capacidad de una persona para reconocer la mano de Dios en su vida?

Reflexiona sobre las bendiciones que obtendrías si pudieras ver a Dios y Su mano más claramente en tu vida. A medida que estudies hoy, procura aumentar tu capacidad para ver evidencias de Dios en lo que observas y experimentas.

Korihor acusa a los líderes de la Iglesia

Korihor, un anticristo, tuvo mucho éxito en la difusión de sus mensajes lisonjeros en la tierra de Zarahemla (véase Alma 30:12, 17–18). También trató de enseñar a los pueblos de Jersón y Gedeón, pero allí, los creyentes en Dios se opusieron a Korihor y lo llevaron ante el juez superior y ante Alma, el sumo sacerdote.

Lee Alma 30:30–36 para saber cómo respondió Alma a los ataques de Korihor contra Dios y contra la Iglesia.

Podría resultar útil saber que blasfemar, en el versículo 30, significa burlarse de Dios o hablar “en forma irrespetuosa o irreverente de Dios o de lo que es sagrado” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Blasfemar, blasfemia”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org). Los verbos saciarse, hartarse y aprovecharse en estos versículos se refieren a enriquecerse.

• ¿De qué estaba acusando Korihor a los líderes de la Iglesia? (véase Alma 30:31).

El testimonio de Alma sobre Dios

Cuando Alma preguntó a Korihor si creía en Dios, Korihor dijo que no (véase Alma 30:37–38).

Lee Alma 30:39–44 para saber cómo respondió Alma a Korihor.

ícono, anotar

1. Responde las preguntas siguientes:

   • ¿Qué te llama la atención de la respuesta de Alma?

   • ¿Qué principios puedes reconocer en Alma 30:41, 44?

ícono, anotar

2. Completa la actividad siguiente:

   1. Elabora una lista de lo que Alma dijo que proporciona evidencias de la existencia de Dios.

   2. Agrega cualquier otra evidencia que se te ocurra.

   3. Busca elementos de tu lista que te hayan ayudado personalmente a ver evidencias de Dios. Podrías escribir algunos detalles de tus experiencias.

   4. También podrías elegir uno o más elementos de tu lista y explicar cómo podrían ayudarte a aumentar tu capacidad de ver evidencias de Dios.

El presidente Russell M. Nelson dio el consejo siguiente acerca del conocimiento de la existencia de Dios.

Presidente Russell M. Nelson

Comprendan que cuando hay ausencia de experiencias con Dios, uno puede dudar de la existencia de Dios. Así que hagan lo necesario para empezar a tener experiencias con Él. Sean humildes. En oración, pidan tener ojos para ver la mano de Dios en su vida y en el mundo que los rodea. Pídanle que les diga si realmente está allí, si realmente los conoce. Pregúntenle qué siente Él por ustedes y luego, escuchen (Russell M. Nelson, “Ven, sígueme”, Liahona, mayo de 2019, pág. 90).

• Según el presidente Nelson, ¿qué podrías hacer para fortalecer tu conocimiento de que Dios es real y está involucrado en tu vida?

En lugar de ejercitar fe para tener una experiencia con Dios, Korihor quería que Alma lo convenciera de Su poder y repetidamente desafió a Alma a mostrarle una señal (véase Alma 30:43, 45, 48).

• ¿Qué diferencias crees que hay entre alguien que sigue la invitación del presidente Nelson y alguien que exige una señal?

Lee Alma 30:48–53, 59–60 para conocer la forma en que Korihor se convenció del poder de Dios.

• ¿Qué podemos aprender de la experiencia de Korihor?

Fíjate en las lecciones que Mormón señaló con la expresión “y así vemos” en el versículo 60. Piensa en la forma en que el diablo continúa engañando a las personas en la actualidad y trata de convencerlas de que nieguen lo que saben que es verdad.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Cómo puedo reconocer más a Dios?

El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, habló de lo que hizo para reconocer a Dios en su vida:

Presidente Henry B. Eyring

[M]editaba en esta pregunta: “¿Hoy he visto la mano de Dios bendecirnos a nosotros, a nuestros hijos o a nuestra familia?”. Al seguirlo haciendo, algo comenzó a suceder. Al repasar mentalmente el día, me percataba de lo que Dios había hecho por alguno de nosotros y no lo había reconocido en los momentos del día en los que estaba ocupado. Cuando eso ocurría, y pasaba a menudo, comprendía que el tratar de recordar había permitido que Dios me mostrara lo que Él había hecho (Henry B. Eyring, “¡Oh recordad, recordad!”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 67).

La hermana Susan Bednar enseñó lo siguiente:

Hermana Susan Bednar

Testifico que al rogar en oración que tengamos ojos para ver Su plan, nos daremos cuenta de cómo actúa Dios en nuestra vida y sabremos que Él nos conoce (Susan Bednar, “¿He visto la mano de Dios en mi vida?”, devocional del Sistema Educativo de la Iglesia para jóvenes adultos, 3 de marzo de 2013, broadcasts.ChurchofJesusChrist.org).

¿Cómo puedo invitar al Espíritu Santo a ayudarme a ver a Dios en mi vida?

El élder Kim B. Clark, de los Setenta, enseñó lo siguiente:

Élder Kim B. Clark

La obediencia sencilla trae el Espíritu al corazón. En nuestros hogares oramos con fe, escudriñamos las Escrituras y santificamos el día de reposo. En nuestras capillas participamos de la Santa Cena y hacemos promesas sagradas a nuestro Padre Celestial en el nombre de Cristo. En los santos templos participamos en ordenanzas sagradas a favor de nuestros hermanos y hermanas al otro lado del velo. En nuestras familias y en nuestras asignaciones del Señor, ayudamos a los demás, levantando sus cargas e invitándolos a venir a Cristo.

Hermanos y hermanas, sé que si hacemos estas cosas, ¡el Espíritu Santo vendrá! Creceremos espiritualmente y ganaremos experiencia en cuanto a los susurros del Espíritu Santo y Él será nuestro compañero. Si miramos hacia Cristo y abrimos nuestros ojos y oídos, el Espíritu Santo nos bendecirá para ver cómo Jesucristo influye en nuestra vida y fortalece nuestra fe en Él con seguridad y evidencia (Kim B. Clark, “Ojos para ver y oídos para oír”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 125).

¿Qué sucede si creo en Dios, pero no sé con certeza que Él es real?

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió lo siguiente:

Élder Jeffrey R. Holland

Hace poco, un jovencito de catorce años me dijo un tanto vacilante: “Hermano Holland, todavía no puedo decir que sé que la Iglesia es verdadera, pero creo que lo es”. Le di un abrazo tan fuerte a ese muchacho que casi se le saltaron los ojos; le dije con todo el fervor de mi alma que la palabra creencia es de gran valor, y un acto aún más valioso, y que nunca tenía que disculparse por “creer solamente”. Le dije que Cristo mismo dijo: “No temas, cree solamente” [Marcos 5:36] […]. Le dije que la creencia era siempre el primer paso hacia la convicción […]; también le dije cuán orgulloso me sentía de él por la sinceridad de su búsqueda (véase Jeffrey R. Holland, “Creo”, Liahona, mayo de 2013, págs. 94–95).