2023
Tiempo para la Familia
Septiembre de 2023


Mensaje del Área

Tiempo para la familia

Hace unos años sentía que tenía muchas ocupaciones y deseaba mejorar la organización del tiempo, los mayores retos eran: empleo en el sector privado, compromisos con un medio de comunicación, ocupaciones en el sector público, era obispo en la Iglesia, y mi familia.

Me preguntaba, ¿cómo puedo organizar el tiempo de una manera eficaz? No encontraba una respuesta, pero el 12 de marzo del 2012, recibimos la visita en República Dominicana del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles y me atreví a preguntarle ¿cómo podía él atender los asuntos del Señor, su familia y otros compromisos? Recuerdo que me dijo que debíamos ser sabios en la distribución de nuestro tiempo y, como un malabarista con varios platos girando, teníamos que lograr que todos los platos estuvieran siempre en movimiento.

Sentí paz al escuchar esa sencilla, pero profunda respuesta, se albergó en mi corazón el deseo de organizar mejor mi tiempo e identificar cómo utilizarlo con sabiduría, honrar los compromisos y dedicar tiempo de calidad a mi familia.

Reflexionando en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, recordamos que “la familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos… Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos hacen posible que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente… La familia es ordenada por Dios.

Leemos en Alma 43:9: “Ahora bien, el propósito de los nefitas era proteger sus tierras y sus casas, sus esposas y sus hijos, para preservarlos de las manos de sus enemigos; y también preservar sus derechos y sus privilegios, sí, y también su libertad, para poder adorar a Dios según sus deseos”.

En nuestro hogar y en el proceso de formación de nuestra hija, he visto la mano de Dios en las enseñanzas que una buena esposa y madre procura inculcar.

Como padres debemos compartir tiempo de calidad con nuestra familia, expresar amor, orar, leer las Escrituras, asistir al templo, procurar el bienestar espiritual y temporal, ayudar en las tareas, jugar, caminar e ir de paseo, son muchas actividades sencillas que podemos bien disfrutar y nos permiten desarrollar vínculos fuertes.

En “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” se instruye: “El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y de cuidarse el uno al otro, así como a sus hijos. ‘… herencia de Jehová son los hijos’ (Salmo 127:3). Los padres tienen el deber sagrado de criar a sus hijos con amor y rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, y de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, a observar los mandamientos de Dios y a ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan”.

El presidente Harold B. Lee (1899–1973) enseñó: “La obra más importante del Señor que harán será la que realicen dentro de las paredes de su propio hogar”1.

En las enseñanzas del presidente David O. McKay (1873–1970) leemos: “El hogar es el lugar primordial y el más eficaz para que los niños aprendan las lecciones de la vida: la verdad, el honor, la virtud, el autodominio, el valor de la educación, el trabajo esmerado y el propósito y privilegio de la vida. Nada puede tomar el lugar del hogar a la hora de criar y enseñar a los niños, y ningún otro éxito puede compensar el fracaso en el hogar”2.

En la Conferencia General de abril de 2020, el élder L. Whitney Clayton en su discurso titulado “Los mejores hogares” nos compartió cuatro observaciones:

“Primero, desde la perspectiva del Señor, establecer los mejores hogares tiene que ver con las cualidades de las personas que viven en ellos. Tales hogares no son mejores de alguna manera importante o duradera debido a los muebles, su valor neto o la posición social de las personas a quienes pertenecen. La mejor característica de cualquier hogar es la imagen de Cristo reflejada en quienes lo habitan. Lo que importa es el diseño interior de las almas de sus habitantes, no la estructura misma…

“Segundo, las personas que viven en los mejores hogares dedican tiempo diariamente a estudiar las Escrituras y las palabras de los profetas. El presidente Russell M. Nelson nos ha invitado a ‘transformar’ y ‘remodelar’ nuestros hogares por medio del estudio del Evangelio. Su invitación reconoce que los mejores hogares albergan la delicada y vital obra del crecimiento espiritual y la remodelación de nuestras debilidades. El arrepentimiento diario es una herramienta transformadora que nos permite ser más amables, amorosos y comprensivos. Estudiar las Escrituras nos acerca más al Salvador, cuyo generoso amor y gracia nos ayudan a crecer…

“Tercero, los mejores hogares siguen el plano creado por el Señor para el mejor de Sus hogares: el templo. La construcción de un templo comienza con pasos básicos: limpiar el terreno y nivelarlo. Esos esfuerzos iniciales para preparar el terreno pueden compararse con guardar los mandamientos básicos. Los mandamientos son los cimientos sobre los que se edifica el discipulado. El discipulado continuo nos conduce a ser firmes, constantes e inmutables, como el armazón de acero de un templo…

“Cuarto, los mejores hogares son refugios contra las tormentas de la vida. El Señor ha prometido que aquellos que guarden los mandamientos de Dios ‘prosperar[án] en la tierra’. La prosperidad de Dios es el poder para seguir adelante a pesar de los problemas de la vida”3.

Ruego que logremos identificar oportunidades para compartir y aconsejar en familia, prestar atención a nuestra pareja y juntos, como matrimonio, buscar la guía constante del Señor para tomar decisiones sabias.

En la Conferencia General de abril 2023, nuestro amado profeta, Russell M. Nelson, nos dijo:

“Sean cuales sean las preguntas o los problemas que tengan, la respuesta siempre se halla en la vida y las enseñanzas de Jesucristo. Aprendan más sobre Su expiación, Su amor, Su misericordia, Su doctrina y Su evangelio restaurado de sanación y progreso. ¡Acudan a Él! ¡Síganlo!”4.

Yo sé que Jesucristo vive, Su Iglesia ha sido restaurada y el Libro de Mormón es otro testamento de Jesucristo; Russell M. Nelson es profeta, vidente y revelador; sé que las familias pueden ser eternas y que tenemos la responsabilidad de utilizar de manera apropiada nuestro tiempo para ser instrumentos en las manos del Señor para que juntos podamos alcanzar las bendiciones prometidas.

Referencias

  1. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Harold B. Lee, 2000, pág. 280.

  2. David O. McKay, Family Home Evening Manual, 1968, pág. iii.

  3. L. Whitney Clayton, “Los mejores hogares”, Liahona, mayo de 2020, págs. 107–108.

  4. Russell M. Nelson, “La respuesta siempre es Jesucristo”, Liahona, mayo de 2023, pág. 127.