2017
Una misionera sin placa de identificación
Junio de 2017


Jóvenes

Una misionera sin placa de identificación

La autora vive en Utah, EE. UU.

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teenage girl in school

En la escuela tengo un maestro con el tipo de personalidad que podría atemorizar a alguien e impedirle compartir puntos de vista contrarios sobre algún tema. Un día abordamos el tema de los misioneros Santos de los Últimos Días. Sabía que podría haber contestado sus preguntas, pero sentí que no debía hacerlo, así que dije lo suficiente para satisfacerlo por el momento.

Durante las siguientes semanas no pude dejar de pensar en nuestra conversación. Finalmente, tuve la impresión de que debía darle un Libro de Mormón con algunas frases subrayadas sobre la obra misional. La idea de hacerlo me atemorizaba, pero persistía. Sabía que era una impresión que tenía que seguir.

Alrededor de dos meses después tuve listo el Libro de Mormón. Durante todo el día sentí que el libro estaba ardiendo y haciendo un agujero en mi mochila. Los tres segundos que tardé en entregárselo cuando me iba de vacaciones de invierno fue el momento más aterrador de mi vida.

El primer día después que volví, pasé por su aula pero tenía miedo de entrar. Entonces le oí llamarme y me dio una tarjeta. La leí en el pasillo. Escribió que había estudiado “a fondo” los pasajes que había marcado, y empezaba a ver la lógica de mi religión.

Ahora me emociona compartir el Evangelio, y me emociona aun más servir pronto a mi Padre Celestial en una misión.