Cuaderno de la conferencia de octubre de 2015
“Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho… sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo” (D. y C. 1:38 ).
A medida que repase los discursos de la Conferencia General de octubre de 2015, puede utilizar estas páginas (y los cuadernos de la conferencia de futuros ejemplares) para ayudarle a estudiar y aplicar las enseñanzas recientes de los profetas y apóstoles vivientes, así como de otros líderes de la Iglesia.
Basándose en su “conocimiento de la misericordia y el poder del Señor”, la familia de la hermana Neill F. Marriott eligió “Todo saldrá bien” como lema familiar. Ustedes podrían hablar en su propia familia de cómo les fortalece el Salvador, y entonces crear su propio lema familiar. (Véase de Neill F. Marriott, “Entregar nuestro corazón a Dios”, pág. 30).
Cada conferencia, los profetas y apóstoles dan respuestas inspiradas a preguntas que los miembros de la Iglesia puedan tener. Utilice el ejemplar de noviembre de 2015 o visite conference.lds.org para encontrar las respuestas a estas preguntas:
¿Por qué son esenciales para la Iglesia las mujeres Santos de los Últimos Días que guardan sus convenios? —Véase de Russell M. Nelson, “Una súplica a mis hermanas”, pág. 95.
¿Por qué es la maternidad una responsabilidad tan sagrada y ennoblecedora? —Véase de Jeffrey R. Holland, “He ahí tu madre”, pág. 47.
Como mujer, ¿cuál es su propósito en la obra de salvación? —Véase de Carol F. McConkie, “Aquí para servir en una causa noble”, pág. 12.
¿Por qué es importante que sepamos que tenemos una naturaleza y un destino divinos? —Véase de Rosemary M. Wixom, “Descubrir la divinidad interior”, pág. 6.
“… no importa qué pecados hayamos cometido ni cuán profundo nos hayamos hundido en ese hoyo proverbial…
“Lo que importa es que Cristo está abogando nuestro caso ante el Padre… Eso es lo que verdaderamente importa y lo que debe darnos a todos una esperanza y determinación renovadas para intentarlo una vez más, porque Él no nos ha olvidado.
“Testifico que el Salvador jamás se alejará de nosotros cuando lo buscamos con humildad para arrepentirnos; Él nunca nos considerará una causa perdida, ni nunca dirá: ‘Ay, no, ¡otra vez tú!’. Nunca nos rechazará porque no logramos entender cuán difícil es evitar el pecado. Él lo entiende todo perfectamente…
“El arrepentimiento… [tiene] el poder de levantar cargas y reemplazarlas con esperanza”.
Para leer, ver o escuchar los discursos de la conferencia general, visite conference.lds.org .