Historia de la Iglesia
La edificación de un templo en Japón


La edificación de un templo en Japón

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Primer viaje al templo japonés

Los santos japoneses posan para una foto antes de subir al avión en el que sería el primer viaje al Templo de Hawái.

La profecía de Cowley de un templo en Japón tardó muchos años en cumplirse. Durante esa época el templo más cercano estaba en Laie, Hawái, a más de 3840 millas (6180 km) de distancia. El costo del viaje —hasta la mitad de los ingresos anuales medios de un trabajador asalariado de la época— hacía que pocos pudieran permitírselo.

En 1963, Dwayne N. Andersen, presidente de la Misión Lejano Oriente Norte, determinó que los santos japoneses debían beneficiarse del aumento de la espiritualidad que proviene de la adoración en el templo. El presidente Andersen inició una campaña para enseñar a los santos la importancia de asistir al templo y ayudar a compensar el gasto que el viaje suponía. Las clases en todas las ramas se enfocaron en las doctrinas del templo y en las bendiciones prometidas a aquellos que procuraran participar en sus ordenanzas.

Muchos santos japoneses donaron su tiempo y sus talentos, y recurrieron a sus contactos para que ayudaran en el proyecto. Kenji Yamanaka fue indispensable en la labor de planificar, financiar y llevar a cabo un viaje al templo. Comerciante de perlas de profesión, Yamanaka recurrió a sus contactos profesionales para indagar y negociar la contratación de un vuelo chárter; proporcionó a los miembros de la Iglesia perlas para que hicieran tachuelas para corbatas, collares y otras joyas, y ayudó a producir la grabación de un coro local de la Iglesia. El dinero que se recaudó con la venta de las joyas de perlas y la grabación fue al fondo para el viaje al templo.

En julio de 1965, 166 santos japoneses tomaron un vuelo chárter de Tokio a Laie, Hawái. Fueron los primeros de muchos que harían cada año un viaje a Hawái para participar en las ordenanzas del templo. Cuando los santos llegaron a Hawái, fueron los primeros en escuchar la nueva traducción de las ordenanzas al japonés. Tatsui Sato, que había traducido las ceremonias, administró esas primeras ordenanzas. La adoración en el templo se convirtió en una parte central de la vida de los santos japoneses que tanto se sacrificaban para hacer el viaje.

El 9 de agosto de 1975, cuando Spencer W. Kimball, Presidente de la Iglesia, anunció en una conferencia de Área en Tokio que se construiría un templo en Japón, muchos de los santos cruzaron sus brazos y lloraron de gozo. La oficina de la misión de Tokio fue elegida como el lugar para el nuevo templo. Hoy en día, tres templos (en Tokio, Fukuoka y Sapporo) están en funcionamiento para servir a los santos de Japón.