Historia de la Iglesia
El recogimiento en Lanai y Laie


El recogimiento en Lanai y Laie

El 19 de octubre de 1853, Jonathan Nāpela y un grupo de misioneros navegaron hacia Lanai, siguiendo el consejo que Brigham Young había dado por escrito de hallar un lugar donde los santos hawaianos pudieran “reunirse en paz” y “prepararse para el recogimiento en este continente cuando se abra el camino”. Luego de un viaje prometedor, el grupo se embarcó en el bote de vuelta a Maui. Sin embargo, el canal estaba revuelto y los misioneros se sintieron peligrosamente mareados en aquel viaje lento, propulsado por remos, hasta que Nāpela se levantó y suplicó que se levantara viento para que acelerara su travesía. Después de su oración, repentinamente se levantó un viento que los llevó de forma rápida y segura a puerto.

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Jonathan Nāpela

Jonathan Nāpela, 1869

En aquel momento, los conversos solían ejercer la fe uniéndose al recogimiento en Utah para ayudar a edificar Sion, pero debido a que las enfermedades introducidas a través del comercio habían devastado la población local, el Gobierno de Hawái restringió la emigración. En 1854, en lugar de emigrar, algunos santos hawaianos edificaron su propia Sion en Palawai Basin, Lanai. Del mismo modo que con los pioneros de las llanuras, se llamó a capitanes para liderar pequeños grupos (véase Doctrina y Convenios 136): Kimo Pelio para los de Wailuku, Keolanui para los de Kula y Deacon Leiula para los de Lanai. Como los santos de Utah, estos pioneros enfrentaron sequías y pestes. También enfrentaron un desafío cuando los misioneros estadounidenses tuvieron que regresar en 1858 y cuando Walter Murray Gibson llegó para reemplazarlos en 1861.

Al principio, Gibson trajo energía renovada a los esfuerzos del asentamiento en Lanai, e incluso llamó a Kimo Pelio y Samuela Manoa para que fueran los primeros misioneros de la Iglesia en ir a Samoa. Sin embargo, con el tiempo, muchos santos se sintieron preocupados por las acciones de Gibson. Por ejemplo, Gibson cobraba una tarifa por los certificados de miembro y tarifas más elevadas por los certificados del sacerdocio. Ordenaba solamente a aquellos que pagaban y en ocasiones excomulgaba a los miembros que se negaban a donar dinero para ayudar a comprar tierras en Lanai. Un grupo de miembros, liderados por Solomona, Puoanui, Holoa, Hoopiiaina, Kaawa y Mak‘uakani, finalmente escribieron a un antiguo misionero acerca de sus inquietudes.

En 1864, llegaron las autoridades de la Iglesia para investigar. Después de averiguar que Gibson era culpable y que no se arrepentía, lo excomulgaron. Los santos hawaianos que habían seguido a Gibson tuvieron que reflexionar acerca de lo que había pasado. “Fuimos engañados y desviados por las palabras astutas de Gibson”, dijo Jonathan Nāpela, “pero ya no somos engañados, por tanto, renovemos nuestros convenios y seamos fieles”.

Luego de que Gibson se negara a transferir el título de las tierras que había comprado con el dinero de los miembros de la Iglesia, se eligió un nuevo lugar de recogimiento —Laie, en Oahu— en 1865. Esa ubicación era mejor: los santos podían pescar y cultivar sus propios kalo (plantas de taro) y a su vez trabajar juntos en labores administradas por la Iglesia, como el cultivo de caña de azúcar. A menudo resultaba difícil mantener el equilibrio entre las necesidades de la comunidad y las presiones de una economía cambiante, pero los santos y los misioneros hicieron todo lo posible por mantener una cultura única en Laie, para que su propia Sion pudiera ser “un refugio contra la tempestad” (Doctrina y Convenios 115:6).