Historia de la Iglesia
La proscripción


La proscripción

El 14 de junio de 1989, el gobierno de Ghana suspendió todas las actividades y reuniones públicas de la Iglesia. Esta prohibición, conocida como la “proscripción”, había sido impuesta debido a un malentendido e información errónea. Todo esto resultó ser una prueba de fe para los miembros de la Iglesia, muchos de los cuales habían sido miembros por solo unos pocos años.

El presidente de misión, Emmanuel Abu Kissi, recibió un mensaje de los líderes de la Iglesia que se autorizaba a los miembros a llevar a cabo servicios sacramentales privados en sus hogares. La familia de Joseph Larbie vestía su mejor ropa y se reunía todos los domingos en la habitación principal de su hogar. Con frecuencia invitaban a otros miembros de la zona a unírseles a medida que cantaban himnos, participaban de la Santa Cena y se enseñaban mutuamente los principios del Evangelio.

La orientación familiar y las maestras visitantes fueron fundamentales para mantener un sentimiento de unidad. Larbie, como muchas otras personas, visitó a menudo a otros miembros de la rama. Comparó a los miembros de la Iglesia a pedazos de carbón en una olla y explicó que “cualquier pedazo de carbón que saliera de la olla por error se enfriaría”. Esas visitas ayudaban a mantener los pedazos de carbón ardiendo.

Aunque los miembros fueron cuidadosos de no efectuar reuniones públicas grandes, varios fueron arrestados por adorar en sus hogares y encarcelados por un periodo corto de tiempo. Larbie y William Sowah pasaron una noche en la cárcel y fueron sometidos a un trato severo y abuso verbal. No obstante, vieron esta experiencia como una oportunidad para compartir el Evangelio con otros prisioneros y contarles el relato de José Smith.

Cartas de miembros locales y visitas de representantes de la Iglesia con el tiempo clarificaron los propósitos y las intenciones de la Iglesia en Ghana. En noviembre de 1990, finalmente, oficiales de gobierno quitaron las restricciones y permitieron que reanuden todas las actividades de la Iglesia. “Hubo júbilo”, dijo Joseph Larbie de la primera reunión después de la proscripción.