Conferencia General
Predicar el Evangelio de paz
Conferencia General de abril de 2022


Predicar el Evangelio de paz

Tenemos la sagrada responsabilidad de compartir el poder y la paz de Jesucristo con todos los que escuchen.

Mis queridos hermanos y hermanas, ¡bienvenidos a la conferencia general! He esperado este día con gran expectativa. Oro por ustedes cada día. También he orado para que esta conferencia sea un momento de rejuvenecimiento espiritual para cada uno de ustedes.

Desde la última conferencia, las dificultades en el mundo han continuado. La pandemia mundial aún afecta nuestras vidas y ahora el mundo se ha visto sacudido por un conflicto que está sembrando el terror en millones de hombres, mujeres y niños inocentes.

Los profetas previeron nuestros días en los que habría guerras y rumores de guerras, y cuando toda la tierra estaría en conmoción1. Como seguidores de Jesucristo, suplicamos a los líderes de las naciones que encuentren soluciones pacíficas a sus diferencias. Hacemos un llamado a las personas de todo el mundo para que oren por los necesitados, para que hagan lo que puedan por ayudar a los afligidos y para que busquen la ayuda del Señor para poner fin a cualquier conflicto grave.

Hermanos y hermanas, el evangelio de Jesucristo nunca ha sido tan necesario como lo es actualmente. La contención contraviene todo lo que el Salvador defendió y enseñó. Amo al Señor Jesucristo y testifico que Su evangelio es la única solución duradera para la paz. Su evangelio es un Evangelio de paz2.

Su evangelio es la única respuesta cuando muchos en el mundo están aturdidos por el temor3. Esto recalca la necesidad urgente de seguir la instrucción del Señor a Sus discípulos de “[ir] por todo el mundo y predica[r] el evangelio a toda criatura”4. Tenemos la sagrada responsabilidad de compartir el poder y la paz de Jesucristo con todos los que escuchen y todos los que permitan que Dios prevalezca en su vida.

Cada persona que ha hecho convenios con Dios ha prometido preocuparse por los demás y servir a los necesitados. Podemos demostrar fe en Dios y siempre estar preparados para responder a quienes pregunten sobre “la esperanza que hay en [n]osotros”5. Cada uno de nosotros tiene una función que desempeñar en el recogimiento de Israel.

Hoy reafirmo enfáticamente que el Señor ha pedido a cada hombre joven digno y capaz que se prepare para la misión y sirva en ella. Para los hombres jóvenes Santos de los Últimos Días, el servicio misional es una responsabilidad del sacerdocio. A ustedes, hombres jóvenes, se les ha reservado para esta época en que tiene lugar el prometido recogimiento de Israel. Al servir en misiones, ¡desempeñan una función crucial en este evento sin precedentes!

Para ustedes, capaces y jóvenes hermanas, la misión también es una oportunidad poderosa, aunque opcional. Amamos a las hermanas misioneras y las acogemos de todo corazón; ¡lo que ustedes aportan a esta obra es magnífico! Oren para saber si el Señor desea que sirvan en una misión y el Espíritu Santo les responderá al corazón y a la mente.

Queridos jóvenes amigos, cada uno de ustedes es crucial para el Señor. Él los ha reservado hasta ahora para ayudar a recoger a Israel. La decisión que tomen de servir en una misión, ya sea de proselitismo o de servicio, los bendecirá a ustedes y a muchos más. También celebramos el servicio de los matrimonios mayores, cuando sus circunstancias lo permiten; su labor es sencillamente irreemplazable.

Todos los misioneros enseñan y testifican del Salvador. La oscuridad espiritual en el mundo hace que la luz de Jesucristo sea más necesaria que nunca. Todos merecen la oportunidad de saber en cuanto al evangelio restaurado de Jesucristo. Cada persona merece saber dónde puede hallar la esperanza y la paz que “sobrepasa todo entendimiento”6.

Ruego que esta conferencia sea un momento de paz y de deleite espiritual para ustedes. Que busquen y reciban revelación personal durante estas sesiones, lo ruego en el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.