De discípulo a discípulo

Ser discípulo de Cristo no es tan complicado como podría pensarse.

Mira este ejemplo que un joven relata sobre un discípulo de Cristo en su vida.

Braiden K., 12 años

Del Territorio del Norte, Australia. Le gusta jugar al rugby y evitar los cocodrilos.

Hace unos años, mi amigo Jack decía muchas malas palabras. Yo sabía que Jesús y Dios no querían eso. Le pregunté si podía dejar de decir malas palabras a mi alrededor, y tuvo el respeto suficiente para dejar de hacerlo. Ahora somos los mejores amigos.

Cada vez que escucha a alguien decir malas palabras cerca de mí, se disculpa conmigo y le pide que no lo haga. Creo que eso es genial. Él ha venido a la Iglesia unas cuantas veces e incluso ha orado. Les pedí a los misioneros un Libro de Mormón y se lo di.

Creo que es bueno tener a alguien de mi edad que defienda lo que es correcto. Especialmente alguien a quien conozco.

Sé que Jesús vive. Él es el Alfa y la Omega (como diría el amigo griego de mi papá), el primero y el último. Él es mi Salvador y mi Redentor. Él murió por mí para que yo pueda vivir de nuevo. Gracias a Él, sé que es posible que yo entre en el Reino Celestial. Yo sé que Él me ama.