2022
¿Responderán al llamado del Señor?
Junio de 2022


“¿Responderán al llamado del Señor?”, Para la Fortaleza de la Juventud, junio de 2022.

Ven, sígueme

1 Samuel 3:1–11

¿Responderán al llamado del Señor?

El Señor los llamará a hacer grandes cosas ahora y en el futuro.

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Un joven

Hace miles de años, un joven llamado Samuel estaba aprendiendo sus deberes en el templo de un sacerdote llamado Elí. Una noche, cuando Samuel estaba quedándose dormido, oyó que alguien lo llamaba. Al principio, Samuel pensó que Elí lo había llamado, así que corrió hacia él y dijo: “… Heme aquí; ¿para qué me llamaste?” (1 Samuel 3:5). Elí no lo había llamado y envió a Samuel de regreso a la cama.

Samuel escuchó el llamado y acudió a Elí dos veces más, con el mismo resultado.

Después de que Samuel oyó el llamado y fue por tercera vez, Elí percibió que era el Señor quien había llamado a Samuel. Elí le dijo a Samuel que volviera a la cama y también le dijo que si el Señor volvía a llamar, respondiera: “… Habla, Jehová; que tu siervo escucha” (1 Samuel 3:9).

El Señor volvió a llamar y Samuel obedeció el consejo de Elí. Luego, el Señor reveló Su voluntad a Samuel (véase 1 Samuel 3:11–14). Aun cuando Samuel era joven, el Señor lo conocía y tenía una obra para él.

Al igual que Samuel, ustedes tienen la oportunidad de aprender, comprender y conocer al Señor y Su palabra para que Su voluntad les sea revelada. El Señor los llamará a hacer grandes cosas ahora y en el futuro.

¿Responderán a ese llamado?

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Samuel y Elí

Ilustración por Robert Barrett

Estén dispuestos a actuar

Antes de su experiencia con el Señor, “Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada” (1 Samuel 3:7; cursiva agregada).

Me encanta la palabra aún en este versículo. Es posible que Samuel no conociera al Señor, pero una vez que respondió a Su llamado, “crecía, y Jehová estaba con él y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras” (1 Samuel 3:19).

Me gusta relacionar el relato de Samuel con Doctrina y Convenios 107:99, que indica: “Por tanto, aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nombrado” (cursiva agregada). Aprendemos y crecemos al hacer, no al mantenernos al margen. ¡Aprendamos lo que el Señor desea que hagamos y luego actuemos!

Es importante orar para saber qué debemos hacer. Siempre deben orar, pero también deben estar dispuestos a ponerse en pie y hacer algo. El Espíritu Santo puede ayudarlos con más facilidad cuando están actuando.

Las cosas pequeñas los preparan

Cuando yo era diácono, repartía la Santa Cena y recolectaba las ofrendas de ayuno, colocaba las sillas para las reuniones y las quitaba de nuevo después. Esos deberes me parecían pequeños, pero al mirar atrás ahora, puedo ver que fueron el comienzo de mi servicio en la Iglesia. Esas cosas pequeñas me prepararon para el día en que el Señor me llamó a hacer más.

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Una joven

A veces pensamos que las experiencias espirituales o la inspiración tienen que ser maravillosas o suceder de una manera llamativa y asombrosa, por ejemplo, por medio de un sueño o escuchando una voz. Pero la mayoría de las veces, al menos en mi caso, las experiencias con el Espíritu han sido pequeños pensamientos e ideas de hacer algo o tender una mano a alguien. Tendrán más experiencias con el Espíritu cuando actúen de acuerdo con esas impresiones. Así que, si perciben una pequeña impresión de que deben hacer algo bueno y positivo, ¡háganlo! El Señor no les pedirá que hagan grandes cosas hasta que puedan escuchar y actuar de acuerdo con las cosas pequeñas.

El Señor confía en ustedes

Cuando prestaba servicio como obispo, observé a un joven de mi barrio que progresaba como diácono, maestro y presbítero. Más tarde se preparó para servir en una misión. Era tímido y callado y provenía de una familia que no era muy activa en el Evangelio.

El domingo que iba a discursar antes de marcharse a la misión, le pregunté si había preparado su discurso.

“Sí”, me contestó, y abrió una carpeta de papel manila y me mostró su discurso.

“Maravilloso”, le dije. “Pero me gustaría hacer un experimento. ¿Podría hablar según lo que le dicte su corazón?”.

“¿Quiere que haga… qué?”, dijo.

“Confío en usted”, le dije. “Diga solamente lo que le dicte el corazón. Sé que hará algo grande en esta reunión y estaré a su lado si me necesita”.

Me entregó su discurso. Nunca olvidaré lo nervioso que estaba mientras los otros discursantes hablaban antes que él, pero cuando le llegó el momento de hablar, se levantó y compartió un poderoso mensaje. La congregación entera quedó fascinada por ese joven tímido que se había convertido en portavoz del Señor.

Sin embargo, el verdadero milagro se produjo después de la reunión. Tres de sus amigos, que previamente me habían dicho que no iban a servir en misiones, se me acercaron con los ojos llenos de lágrimas y cada uno de ellos dijo: “Quiero servir en una misión”. El testimonio de ese joven los convenció de que debían servir. Los tres sirvieron en misiones con éxito. Aquel joven es ahora padre y sigue comprometido con el evangelio de Jesucristo. También ha ayudado a traer a muchos miembros de su familia de nuevo a la Iglesia.

Esa experiencia me recuerda que el Señor confía en los jóvenes de la Iglesia. El Señor les ha dado más maneras que nunca para demostrar que Él confía en ustedes. ¡Cuando yo tenía su edad, ni siquiera estaba cerca de estar listo para las oportunidades que ustedes tienen! Pero sé que están listos para ayudar a edificar la Iglesia dondequiera que vivan.

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Jesucristo

Ilustración por Ben Sowards

Nunca estarán solos

Al responder al llamado del Señor durante toda su vida, tienen la promesa de que nunca estarán solos. El Señor los guiará. Tal vez necesiten ser un poco más mayores, como yo, para darse cuenta de cómo los ha guiado el Señor. Por ejemplo, el Señor los guía por medio del profeta y los Apóstoles; la voz del Señor no es algo extraño para ellos. El Señor también los guía a ustedes cuando leen las Escrituras.

Ustedes han sido bendecidos con dones, talentos y habilidades para hacer grandes cosas. Esto debe infundirles confianza para responder al llamado del Señor y llegar a ser lo que Él sabe que ustedes pueden llegar a ser.