2021
La astucia del diablo vs. la sabiduría de Dios: No hay comparación
Febrero de 2021


“La astucia del diablo vs. la sabiduría de Dios: No hay comparación”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2021, págs. 16-19.

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La astucia del diablo vs. la sabiduría de Dios: No hay comparación

Puedes aprender lo que José Smith aprendió: Al final, la sabiduría de Dios siempre ganará.

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Un joven camina a tientas por la niebla

Ilustraciones por id-work

Uno de los acontecimientos de los primeros años de la historia de la Iglesia que se repite a menudo se refiere a la pérdida de 116 páginas manuscritas del Libro de Mormón. Hay dos razones por las que narramos la historia de dicho acontecimiento con tanta frecuencia: (1) está relacionado directamente con dos revelaciones de Doctrina y Convenios (las secciones 3 y 10), por lo que surge con regularidad en nuestro estudio de las Escrituras; y (2), las lecciones duraderas que José Smith aprendió de tales experiencias pueden ayudarnos hoy en día de muchas maneras.

Una de esas lecciones la enseñó el Señor mediante estas palabras: “… mi sabiduría es más potente que la astucia del diablo” (Doctrina y Convenios 10:43). El Señor quiere que confiemos en Él. Si lo hacemos, obtendremos mayor entendimiento, fortaleza y paz.

La experiencia de José Smith

Después que se perdieron las 116 páginas, el Señor dijo a José Smith que no tradujera de nuevo esa parte de las planchas de oro, puesto que algunos hombres malvados conspiraban para engañar a las personas mostrando diferencias entre las dos traducciones. Sin embargo, siglos antes, el Señor le había dicho a Nefi que hiciera las planchas menores y había indicado a Mormón que las incluyera en sus anales. De modo que José pudo reiniciar la traducción a partir de allí, y hoy en día tenemos el Libro de Mormón. (Véanse Doctrina y Convenios 10; 1 Nefi 9; Palabras de Mormón).

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Las planchas de oro y el Libro de Mormón

El diablo y quienes se prestaban a sus propósitos habían tramado un plan astuto, pero la sabiduría del Señor lo frustró.

La astucia del diablo

La astucia del diablo puede asumir muchas formas, pero uno de los mensajes básicos que la justifica parece ser: “No creas”. Ese fue el principal énfasis del primer mensaje del adversario a los hijos de Adán y Eva, después que sus padres les hubieron enseñado el Plan de Salvación (véase Moisés 5:13). Hoy en día, la esencia de sus astutos planes es el mismo mensaje.

¿Qué es lo que el diablo no quiere que creas? Pues bien, principalmente, todo lo que sea verdadero o bueno. Su éxito radica en que no creas en la realidad del Padre Celestial, de Jesucristo, del Plan de Salvación, de las Escrituras, de los mandamientos, de la Restauración ni de los profetas. De ese modo, le es más sencillo lograr que cedas ante diversas tentaciones, y mantenerte alejado de la verdad, del arrepentimiento y de la exaltación.

¿Y cómo logra que no creas? Al sembrar el temor, la incertidumbre y la duda en tu mente.

Un ejemplo de la actualidad

Por ejemplo, hoy en día (tal como en los días de José Smith) el mensaje de incredulidad del diablo se centra mucho en José Smith y en su labor como profeta de la Restauración. Hay personas que tratarán de convencerte de que José Smith no era profeta y de que el Libro de Mormón no es verdadero. Si realizas una búsqueda en internet, podría darte la impresión de que hay muchas pruebas en contra del Profeta y de su labor, pero se trata de astutos engaños.

Tal como en los días de José Smith había personas que querían desacreditarlo y estaban dispuestas a mentir y engañar para hacerlo, en la actualidad hay quienes desean que te centres tan solo en algunos datos incompletos o tergiversados sobre el Profeta o el Libro de Mormón. No quieren que veas todo el panorama; desean que te atormentes con la duda.

Tres consejos

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, brindó estos tres consejos sobre el estudio en cuanto al profeta José Smith: “Sean pacientes, no estudien temas de manera superficial y no ignoren al Espíritu” (“The Prophet Joseph Smith” [discurso pronunciado en un devocional en BYU–Idaho, 24 de septiembre de 2013], byui.edu/devotionals).

  1. Sé paciente. El Señor siempre nos bendecirá a causa de nuestra paciencia y de nuestra fe. Si somos pacientes y seguimos creyendo, aquello que no nos parezca claro a menudo se volverá más claro con el tiempo; y las “pruebas” que algunas personas usen contra el Profeta hoy, podrán desestimarse mañana frente a otras pruebas que las refuten.

  2. No estudies temas de manera superficial. Si estudiamos de forma exhaustiva, evitaremos tropezar con las opiniones intencionalmente limitadas y negativas de otras personas, y tendremos un panorama más amplio en cuanto al Profeta; tendremos los hechos y su contexto. Veremos que el fruto de su obra es bueno en extremo.

  3. No ignores al Espíritu. Si prestamos atención a las ideas, las impresiones y los sentimientos que provienen del Espíritu, tendremos más instrumentos para recibir y entender la verdad, y seremos capaces de seguir adelante y crecer espiritualmente aun cuando no tengamos todas las respuestas a nuestras preguntas.

La sabiduría de Dios

Sin duda, la sabiduría de Dios es más grande que la astucia del diablo. Aunque no conozcamos todas las razones que justifican los mandamientos del Señor, podemos confiar en Él y en Sus profetas.

Nefi no sabía por qué el Señor le pedía que hiciera las planchas menores. No sabía en cuanto a las 116 páginas, ni sobre los planes para desacreditar a José Smith 2400 años después. No obstante, Nefi sabía que era “para un sabio propósito [del Señor]” y sabía que podía confiar en Él (véase 1 Nefi 9:5–6).

Hoy en día, nosotros también podemos confiar en el Señor, aunque no conozcamos todas las razones que motivan los consejos que Él nos brinda mediante Sus profetas. Podemos seguir creyendo y teniendo fe en Jesucristo y en Su Profeta escogido de la Restauración, José Smith, aun cuando no se haya dado respuesta a todas nuestras preguntas. Podemos confiar en los tiempos del Señor; podemos continuar teniendo esperanza, incluso cuando nuestros desafíos parezcan temibles y abrumadores.

Podemos hacer todo eso gracias a que, pase lo que pase, al contrastar los astutos planes del diablo versus la sabiduría de Dios, no hay punto de comparación. La sabiduría de Dios prevalecerá siempre.