2023
Las pruebas de básquetbol
Noviembre de 2023


“Las pruebas de básquetbol”, El Amigo, noviembre de 2023, págs. 30–31.

Las pruebas de básquetbol

Jared sabía que Dios estaba de su lado.

Esta historia tuvo lugar en Francia.

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Jared corrió con la pelota a lo largo de la cancha. Otros jugadores corrían a su alrededor, sus zapatos chirriaban en el suelo.

“¡Estoy libre!”, gritó Gabriel.

Jared le pasó la pelota a Gabriel y siguió corriendo. Entonces Gabriel volvió a pasarle la pelota. Jared lanzó la pelota al aro.

¡Fiiiuuuuú!

¡Entró!

“Bien hecho, Jared”, dijo su entrenador después del partido. “Ya saben, las pruebas para el equipo regional se realizarán dentro de dos semanas”.

Jared sonrió, solo se había invitado a unos pocos jugadores a hacer las pruebas para ese equipo.

“Las pruebas serán un domingo”, dijo el entrenador. “¿Crees que podrás acudir?”.

La emoción de Jared desapareció tan rápido como había llegado.

“¿El domingo?”, preguntó Jared.

“Sí, ¿hay algún problema?”.

Jared pensó en ello. ¡Era su oportunidad de jugar en un equipo muy bueno! Pero los domingos era cuando iba a la iglesia y se centraba en el Salvador.

“Los domingos son un día especial para mí”, dijo Jared. “Pero hablaré con mis padres sobre ello”.

Esa noche, Jared se sentó en la cama con sus padres. Mientras pensaba, lanzaba la pelota de básquetbol al aire. “Me gustaría mucho hacer las pruebas para el equipo”, les dijo a su mamá y a su papá. “Pero no quiero hacerlo un domingo. Sé que Dios es más importante que el básquetbol”.

“¿Qué podemos hacer nosotros para ayudarte?”, preguntó su mamá.

Jared giró la pelota con las manos. “¿Podemos orar juntos?”.

Puso a un lado la pelota y se arrodilló con su mamá y su papá. “Querido Padre Celestial”, dijo, “de verdad, de verdad quiero hacer las pruebas para este equipo de básquetbol. ¡Pero las pruebas son un domingo! Sé que el domingo es el día que te dedico. ¿Qué puedo hacer?”.

Después de la oración, Jared tuvo un sentimiento de consuelo.

“¿Cómo te sientes?”, le preguntó su mamá.

“No iré si las pruebas son un domingo”, dijo él. “Pero siento que todo saldrá bien”.

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Dos días después, la mamá de Jared recibió un correo electrónico. ¡Decía que las pruebas se cambiaban al sábado!

¡Jared podría hacer las pruebas y santificar el día de reposo! Sabía que el Padre Celestial había oído su oración.

Durante las dos semanas siguientes, Jared entrenó al máximo. Cuando llegó el gran día, Jared lo hizo lo mejor que pudo. Corrió rápidamente entre jugadas, encestó la mayoría de los tiros y animó a sus compañeros de equipo.

“Los siguientes jugadores continuarán haciendo las pruebas para el equipo”, dijo el entrenador después de la primera ronda. “Por favor, escuchen si digo sus nombres”.

El corazón de Jared latía con fuerza. El entrenador dijo un nombre, luego otro y otro. Jared sintió que su esperanza de llegar a ser parte del equipo comenzaba a desvanecerse.

Al poco tiempo, el entrenador terminó de leer la lista. No había pronunciado el nombre de Jared, no iba a pasar a la siguiente ronda de pruebas.

Jared se sentó en el banco que había fuera del gimnasio mirando fijamente sus zapatos. Había trabajado mucho, pero sentía que todo su trabajo no valía para nada.

Cuando su mamá lo recogió, Jared sacudió la cabeza. “No he conseguido formar parte del equipo”.

Su mamá lo rodeó con un fuerte abrazo. “Lamento que no haya salido como queríamos”, dijo ella.

Jared respiró profundamente. Entonces, tuvo un pensamiento reconfortante:

“Las cosas no siempre resultan como yo quiero”, dijo él. “Pero Jesucristo sabe exactamente cómo me siento. Él está de mi lado”.

Su mamá sonrió. “¡Tienes razón! Él sabe exactamente cómo te sientes”.

Jared también sonrió. Aún estaba triste, pero se sentía mejor sabiendo que el Salvador entendía cómo se sentía. Jared sabía que Jesús siempre lo amaría y apoyaría.

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Ilustraciones por Britain Morris