Transmisiones anuales
Escuchar Su voz en tiempos difíciles


Escuchar Su voz en tiempos difíciles

Transmisión de la capacitación anual de SeI de 2020

Martes, 9 de junio de 2020

Qué privilegio es estar con ustedes el día de hoy. Siento mucho amor por todos ustedes que trabajan de forma tan diligente en Seminarios e Institutos de Religión (SeI). Comencé a enseñar Seminario a tiempo completo hace 42 años este año, y me pregunto dónde se ha ido el tiempo. Atesoro los recuerdos que tengo de los alumnos, compañeros docentes y otros colegas con los que serví a lo largo de los años y en diferentes asignaciones. Me asombran las decenas de miles de maestros llamados que dedican tanto de su tiempo y corazón para bendecir la vida de los jóvenes. He estado en algunas de sus clases en países de todo el mundo y me ha conmovido lo que sucede en esas clases. Jill y yo estamos en la etapa de la vida en la que algunos de nuestros nietos son lo suficientemente mayores como para asistir a Seminario e Instituto, y estamos agradecidos por aquellos de ustedes que influyen en ellos. Gracias a todos los que están comprometidos en esta gran obra.

A comienzos de año, el presidente Russell M. Nelson publicó un video titulado “#Escúchalo, ¿de qué manera lo haces?”1. En ese video, dijo: “En este año extraordinario al conmemorar el bicentenario de la Primera Visión, les invito a reflexionar en forma profunda y frecuente en esta pregunta clave: ¿De qué manera lo escuchan? También los invito a dar los pasos para escucharlo mejor y más a menudo”. He reflexionado sobre esta invitación, especialmente a la luz de la pandemia del COVID-19, y sus repercusiones, que comenzó a extenderse por todo el mundo cerca de cuando se publicó el video.

Incluso he pensado que los últimos meses han sido una oportunidad especial para refinar cómo yo lo escucho. Muchas personas han perdido seres queridos por esta terrible enfermedad. La pandemia ha cambiado nuestra vida y nuestros horarios, y ha eliminado gran parte de la rutina diaria habitual a la que nos hemos acostumbrado. Han cambiado nuestros lugares de enseñanza, adoración y ocio. Nos hemos visto obligados a hacer las cosas de manera diferente. En SeI se nos ofrece la oportunidad de reexaminar lo que hacemos y cómo lo hacemos; también de ver si el Señor quiere que hagamos algunos cambios. Él nos guiará si lo escuchamos.

Parece que los tiempos difíciles y los momentos de estrés son a menudo momentos especiales de guía celestial para quienes están abiertos a ello. Piensen en lo que condujo a la Primera Visión. Era una época de “no poca agitación y división entre la gente”2 y un tiempo de “gran confusión y malos sentimientos”3. El profeta José Smith dijo que “invadió [su] mente una seria reflexión y gran inquietud”4. “Sentía deseos de llorar por [sus] pecados y por los pecados del mundo”5. Fue en este momento de desafío para él que entró en la arboleda y los cielos se abrieron.

¿Qué hay de su tiempo en la cárcel de Liberty? Las condiciones para él personalmente eran horribles y el peso que sintió cuando los santos fueron expulsados de Misuri mientras estaba en la cárcel debió haber sido muy opresivo. Sin embargo, en ese entorno difícil, el Señor abrió el entendimiento de José.

Cuando Alma padre afrontó el desafío de lidiar con problemas en la Iglesia, donde muchos miembros estaban pecando, “se turbó en su espíritu”6 y se preguntó qué hacer con aquellos miembros que habían transgredido las leyes de Dios. Él “temía hacer lo malo a la vista de Dios”7, de modo que “[derramó] su alma entera a Dios”8 y el Señor le enseñó cómo lidiar con los transgresores.

Consideren las circunstancias extremadamente graves con la muerte y destrucción generalizadas en el hemisferio occidental que acompañaron la crucifixión del Salvador. En medio de la impenetrable oscuridad, todos escucharon y entendieron la voz del Salvador9. Más tarde, cuando la gente se reunió alrededor del templo, oyeron la voz del Padre, pero no la entendieron hasta la tercera vez, cuando “aguzaron el oído para escucharla; y tenían la vista fija en dirección del sonido”10. Es entonces que escucharon al Padre presentar al Hijo y oyeron las palabras: “… a él oíd”11. Esto abrió los asombrosos eventos del ministerio del Salvador a las personas que tuvieron el privilegio de escucharlo.

En cada uno de estos ejemplos hubo una efusión de revelación que fue una bendición para la Iglesia y para el mundo, tanto para la gente de entonces como para los años venideros. Las personas presentes también recibieron algunas revelaciones y bendiciones muy personales.

Durante la experiencia de José en la Arboleda Sagrada, además de enterarse de que no debía unirse a ninguna de las iglesias, se le enseñaron “muchas otras cosas”12. El Señor también le dijo que sus pecados le eran perdonados13.

En la cárcel de Liberty, a José se le prometió que “los puros de corazón, los sabios, los nobles y los virtuosos buscar[ía]n consejo, autoridad y bendiciones de [s]u mano constantemente”14.

A Alma padre no solo se le dijo qué hacer con los transgresores, sino que también recibió un mensaje muy personal. Se le dijo que tendría la vida eterna15.

A las personas que escucharon al Salvador cuando visitó la tierra de Abundancia no solo se les enseñó acerca de la doctrina de Cristo y otras enseñanzas importantes, sino que también se les permitió tocar individualmente las heridas en Su cuerpo y convertirse en testigos personales de la realidad del Salvador16.

No solo podemos esperar recibir orientación e inspiración para tomar decisiones en nuestras tareas y llamamientos, sino que el Señor nos ama lo suficiente como para agregar bendiciones e inspiración personales en tiempos de desafío.

Hacia el final del libro de Alma leemos que “por motivo de la sumamente larga continuación de la guerra entre los nefitas y los lamanitas, muchos se habían vuelto insensibles […], y muchos se ablandaron a causa de sus aflicciones, al grado de que se humillaron delante de Dios con la más profunda humildad”17. Al afrontar estos tiempos difíciles, nosotros también podemos ablandarnos y humillarnos. Eso hace que este momento sea oportuno, incluso maravilloso, para escucharlo.

Hemos tenido suficientes cambios en estos últimos meses para ayudarnos a aprender qué cosas se pueden eliminar: cosas que pueden habernos servido bien, pero que no son esenciales en el futuro e incluso pueden retrasar nuestro progreso si nos aferramos a ellas. Puede que estemos en un momento en el que podamos ajustarnos y prepararnos para el futuro con menos limitaciones de las que podríamos haber visto en el pasado.

A veces me pregunto si se me ha llamado, pero “no quise oír”18. La situación actual nos puede ayudar a superar eso. Creo que tenemos la oportunidad de cambiar y prepararnos “de una manera como nunca se [ha] conocido”19.

Respaldo los esfuerzos realizados para lograr nuestro objetivo al centrarnos en la mejor manera de bendecir la vida de esta nueva generación en nuestros tiempos cambiantes. Me ha intrigado que cuando el Señor le está enseñando a la Iglesia sobre los dones espirituales, Él explica que “el Espíritu Santo hace saber a algunos las diferencias de administración […] acomodando sus misericordias a las condiciones de los hijos de los hombres”20. Las condiciones de los hijos de los hombres cambian y Él adapta Sus misericordias de acuerdo con esas condiciones. Necesitamos este don de conocer las diferencias de administración para poder ayudar de acuerdo con las condiciones de los hijos de los hombres. Estas condiciones han cambiado y cambiarán en el futuro.

A medida que aprendemos a escucharlo mejor y a recibir la ayuda que necesitamos para enseñar a nuestros preciados alumnos, siento que también tendremos conocimiento y tesoros personales a nuestra disposición, tal como sucedió con José Smith, Alma y el pueblo de Abundancia. Estos mensajes personales llegarán a medida que seamos humildes y estemos abiertos a la guía del Señor. Pueden venir inesperadamente, como a menudo lo hacen con aquellos que están centrados en otras personas, pero son poderosas bendiciones.

El verano pasado, la cantante noruega Sissel cantó con el Coro del Tabernáculo y la Orquesta de la Manzana del Templo. Cantó una hermosa canción titulada “Slow Down” [Ve despacio]21. Fue algo emotivo y poderoso. Los invito a que la encuentren y la vean en YouTube.com. El mensaje parece hacer referencia especialmente en esta época en particular. Esta es parte de la letra:

En medio de mi confusión,

cuando la necesidad es terrible

y con claridad pensar no puedo,

una voz intercede, suave y apacible:

Ve despacio, ve despacio, ten calma;

cálmate y espera en el Espíritu del Señor.

Ve despacio y escucha Su voz

y conoce que Él es Dios.

En tiempos de tribulación,

cuando me siento tan insegura

y me abruma la situación,

dice la voz suave, apacible y pura:

Ve despacio, ve despacio, ten calma, hija mía;

cálmate y espera en el Espíritu del Señor.

Ve despacio y escucha Su voz

y conoce que Él es Dios.

Aprovechemos este momento histórico. Vayan despacio; escúchenlo y sigan adelante. Eso marcará la diferencia para los jóvenes cuyas vidas procuramos bendecir, y marcará una diferencia para nosotros de forma individual.

Ruego que el Señor los bendiga a cada uno de ustedes. En el nombre de Jesucristo. Amén.