Enseñar a los jóvenes y a los jóvenes adultos
Aprended de Mí


Aprended de Mí

Una velada con el élder D. Todd Christofferson

Discurso dirigido a los instructores de religión del SEI • 26 de enero de 2018 • Tabernáculo de Salt Lake

Estoy agradecido por estar con ustedes esta noche. Me gustaría ofrecer unas palabras de amor y agradecimiento a los maestros de esta nueva generación en Seminario, Instituto y la educación de religión en las escuelas, colegios universitarios y universidades de la Iglesia. Les amo y estoy agradecido por su maravilloso trabajo. Estoy agradecido por sus familias y el apoyo que les ofrecen. Ustedes son una gran bendición para los jóvenes y los jóvenes adultos a los que enseñan.

Esta noche deseo compartir un pensamiento con ustedes que espero sea útil mientras procuran ayudar a sus alumnos a aprender el evangelio de Jesucristo con profundidad. El aprendizaje profundo del Evangelio, aprender con todo el corazón y el alma, ocurre cuando aumenta el poder de nuestros alumnos de hacer tres cosas:

  1. Crecer en el conocimiento y el entendimiento del Evangelio con la mente y el corazón.

  2. Edificar sobre ese conocimiento para desarrollar la capacidad de actuar de forma eficaz y justa.

  3. Crecer en los atributos y el carácter semejante al de Cristo para llegar a ser cada vez más parecidos al Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo.

El Señor Jesucristo extiende una invitación para aprender profundamente en dos Escrituras. La primera es Mateo 11:28–29: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas”1.

La segunda es Doctrina y Convenios 19:23: “Aprende de mí y escucha mis palabras; camina en la mansedumbre de mi Espíritu, y en mí tendrás paz”2.

En ambos pasajes, el Señor extiende la invitación: Aprende de mí. Como dijo el élder Neal A. Maxwell hace muchos años, esa invitación se centra en el poder redentor del Señor Jesucristo y es una invitación a aprender profundamente. El élder Maxwell dijo: “Hay muchas maneras específicas por las que podemos ‘aplicar’ a nosotros… las Escrituras sobre Jesús y la Expiación, pero todas están cubiertas bajo el techo de este concepto: ‘Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí’3. De hecho, ¡no hay otra manera de aprender profundamente!”4.

La única manera de aprender profundamente es a la manera del Señor, por revelación e inspiración mediante el poder del Espíritu Santo, mediante el estudio y un esfuerzo activo y diligente y al enseñarnos unos a otros, asistidos por la gracia de Jesucristo5.

Eso significa que la invitación del Salvador, “aprende de mí”, tiene dos significados relacionados que corresponden a la hermosa manera del Señor de aprender profundamente.

El primer significado de “aprende de mí” es: Aprende a conocerme.

Aprendemos a conocer a Jesucristo al tener fe en Él y al volvernos a Él para arrepentirnos, buscar Su perdón y Su poder redentor, y guardar sus mandamientos. Conocerlo es nacer espiritualmente de Él, experimentar un cambio de corazón y llegar a ser Sus hijos e hijas. Aprender a conocer a Jesucristo abre nuestro corazón y mente a la influencia del Espíritu Santo y nos ofrece la seguridad del amor del Señor.

El segundo significado de “aprende de mí” es: Aprende de mí.

El Señor Jesucristo sabe exactamente lo que necesitamos. Tanto Su conocimiento como Su entendimiento, tanto Su inteligencia como Su carácter, todos son perfectos, completos.Al sumergirnos en las Escrituras, aprendemos de Su ejemplo perfecto. Debido a que Él es la personificación de cada característica y atributo divinos, nuestro estudio del Evangelio debería centrarse en Él. Al llegar a conocerlo, Él promete ayudarnos a aprender profundamente de Él. Por supuesto, debemos actuar con fe en Jesucristo para hacer nuestra parte, pero al hacerlo, Él promete darnos conocimiento y acelerar nuestra comprensión a través del Espíritu Santo. Él promete magnificar nuestra capacidad de actuar justamente y ayudarnos a llegar a ser más como Él. Este es el aprendizaje profundo.

Ustedes y yo sabemos que estas cosas son verdaderas. Si somos fieles, el Señor nos enseñará línea por línea, precepto por precepto a lo largo de toda nuestra vida.

Mis queridos hermanos y hermanas, les invito a que se tomen en serio la invitación del Salvador de aprender de Él. Al hacerlo, aprenderán profundamente, y ayudarán a sus alumnos a aprender profundamente también. Además los invito a dar testimonio de estas verdades eternas en primera persona. Será muy poderoso para sus alumnos oírles dar testimonio de su propia experiencia de conocer al Señor y aprender de Él.

Así que esta noche concluyo mis palabras con mi testimonio en primera persona. ¡Sé que Dios vive y que Jesús es el Cristo! Conozco el amor del Salvador y Su poder redentor por mi propia experiencia y por revelación mediante el Espíritu Santo. Siento humildad y gozo al recibir instrucción del Señor Jesucristo. Testifico que Sus promesas son verdaderas.El aprendizaje profundo es real y es nuestro privilegio y el privilegio de nuestros preciados alumnos. Y así lo testifico; en el nombre de Jesucristo. Amén.