¿Conocen a alguien que necesite ser perdonado? ¿Hay alguien de su casa, de su familia... que haya hecho algo injusto, algo cruel o algo que una persona cristiana no debería hacer? Todos somos culpables de tales transgresiones; por eso, seguramente hay alguien que necesita su perdón”.
Asombro me da el amor que me da Jesús Jeffrey R. Holland
El espíritu debe quedar libre de las fuertes cadenas y de los viejos rencores a fin de que el entusiasmo por la vida conceda optimismo al alma. En muchas familias hay sentimientos heridos y renuencia a perdonar. Independientemente de cuál haya sido el problema, no puede ni debe permitirse que siga causando daño. El seguir culpando a los demás mantiene abierta la herida; sólo el perdonar la cicatriza”.
No atesoren los agravios del pasado, procesándolos una y otra vez. En una relación matrimonial, el resentimiento es destructivo; perdonar es divino (véase D. y C. 64:9–10). Supliquen la guía del Espíritu del Señor, a fin de perdonar las ofensas... superar las faltas y fortalecer su relación”.
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Para lograr la unión, hay mandamientos que debemos guardar en cuanto a lo que sentimos. Debemos perdonar y no tener malicia alguna contra los que nos ofendan. El Salvador nos dio el ejemplo desde la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). No sabemos lo que llevan en el corazón los que nos ofenden”.
Para que seamos uno Henry B. Eyring
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Es posible que lleves una pesada carga de sentimientos heridos ocasionados por otra persona que te haya ofendido seriamente. Tu reacción a esa ofensa puede haber distorsionado tu comprensión, por lo que te sientes justificado a esperar que esa persona te pida perdón para aliviar el dolor que sientes. El Salvador aclaró esa forma de pensar cuando mandó: ‘Yo, el Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres’ [D. y C. 64:10]”.