Promesas proféticas

“Los cielos están abiertos de igual manera para las mujeres que han sido investidas con el poder de Dios que procede de sus convenios del sacerdocio como para los hombres que son poseedores de dicho sacerdocio”.

Debemos procurar cumplir los dos grandes mandamientos. Para ello, andamos con equilibrio por la delgada línea divisoria entre la ley y el amor.

Llegar a ser una mujer bajo convenio en colaboración con Dios es la forma en que las excelentes y buenas hijas de Dios siempre han sido madres, han liderado y ministrado.

“… esfu[ércense] más allá de su capacidad espiritual actual para recibir revelación personal°[…] [y] ‘podrán crecer en el principio de la revelación’”.

Les extiendo una súplica profética a ustedes, las mujeres de la Iglesia, para que den forma al futuro ayudando a recoger al Israel disperso.

El gran plan de felicidad de nuestro Padre Celestial les explica quiénes son y el propósito de su vida.

El Salvador es su ejemplo perfecto del importante papel que ustedes tendrán en Su iniciativa de dar un mayor énfasis en el aprendizaje del Evangelio en el hogar.

Necesitamos de su fortaleza, su conversión, su convicción, su capacidad para dirigir, su sabiduría y sus voces.

Aprende sobre el profeta, la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles en sus respectivas funciones como profetas, videntes y reveladores. Mira de qué manera sus experiencias los han preparado para participar en el órgano principal de gobierno de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.