2019
14 maneras de recuperar tu salud mental y emocional
Enero de 2019


14 maneras de recuperar tu salud mental y emocional

La autora vive en Idaho, EE. UU.

Cuando te sientes emocionalmente exhausto, hay algunas maneras infalibles de que vuelvas a sentirte al cien por cien.

Definitivamente, en ocasiones la vida puede ser agotadora; pero cuando somos emocionalmente autosuficientes podemos cubrir nuestras necesidades emocionales y hacer frente a los altibajos del día a día. Eso no significa que nunca necesitemos ayuda. Más bien, ser emocionalmente autosuficientes es saber cuándo podemos ocuparnos de las presiones emocionales por nosotros mismos, y cuándo necesitamos pedir ayuda y apoyo a otras personas.

Al aprender a sentir y responder a las emociones de una forma saludable, llegamos a estar en mejores condiciones y a ser más capaces de prestar servicio en el reino de Dios. Algunas de las siguientes ideas pueden ser útiles a medida que procuras llegar a ser emocionalmente autosuficiente.*

  1. Haz lo fundamental: oración, estudio de las Escrituras, asistencia a la Iglesia y servicio. Céntrate en la gratitud.

  2. Cuídate físicamente. Asegúrate de comer bien, dormir lo suficiente y hacer ejercicio. Nuestra salud física influye en nuestra salud mental y emocional.

  3. Escribe un diario. Parte de ser emocionalmente autosuficiente es estar en armonía con tus emociones. Escribir un diario es una buena forma de procesar los sentimientos.

  4. Habla con sinceridad de tus emociones con tus amigos y familiares. Hablar de tus sentimientos con otra persona es una válvula de escape saludable que puede ayudarte a mantener el equilibrio de tu salud mental y emocional.

  5. Cuando ores, pide ayuda, en lugar de soluciones. Considera la posibilidad de cambiar frases como: “Padre Celestial, por favor, equilibra mis emociones”, por otras como: “Padre Celestial, por favor, muéstrame lo que debo aprender y hacer por mí mismo para equilibrar mis emociones”.

  6. Evalúa el equilibrio de tu vida. Fíjate en el tiempo y la energía que le dedicas a la familia, a ti mismo, a prestar servicio, al trabajo y al esparcimiento. Cuando uno de esos aspectos le roba tiempo o energía a otros, comienzas a perder sueño, energía y concentración. Esto significa que es hora de darle al botón de “volver a empezar” y recuperar el equilibrio.

  7. No dejes las cosas para más tarde. Dejar las cosas para más tarde puede conducir a la depresión. Divide las tareas grandes en partes más pequeñas. Comienza y repite en tu interior: “Lo único que tengo que hacer en este momento es ______”, o, “Haré esto durante unos minutos y después descansaré, si así lo deseo”.

  8. Visualiza el éxito. Preocuparse puede ser una manera de practicar el fracaso mentalmente. En vez de repasar lo que puede salir mal o preocuparte constantemente por los “y si no…”, practica mentalmente resultados positivos y haz planes para lograrlos. Si las cosas no salen como esperas, trata de verte a ti mismo aprendiendo del contratiempo y siguiendo adelante.

  9. Céntrate en las cosas que haces bien y evita compararte con otras personas. Las personas que tienen expectativas excesivamente altas tienden a centrarse demasiado en sus debilidades y fracasos. De ese modo, en vez de mejorar, podrían sentirse inútiles. Haz una lista de tus valores, talentos, experiencias y dones, y planea cómo puedes utilizar esas fortalezas de manera creativa esta semana.

  10. Deja a un lado las cosas que no puedes controlar. El pasado, el albedrío de los demás, el clima, tus limitaciones o el carácter de otras personas están fuera de tu control. Céntrate en las cosas sobre las que puedes hacer algo, como tu conducta, tu parte en una relación, tus decisiones actuales y tu actitud.

  11. Acepta la realidad de que algunas rutinas son aburridas. No todo en la vida tiene un significado profundo ni es fascinante. Evita el drama, la exageración y el conflicto como métodos para contrarrestar el aburrimiento. Más bien, agradece y disfruta de todo lo bueno que te rodea, y busca maneras de mejorar y prestar servicio.

  12. No alimentes tu enojo. Es más probable que las personas se enojen cuando deciden ver a los demás como (1) amenazantes, (2) injustos o (3) irrespetuosos. En lugar de eso, trata de encontrar una explicación más caritativa para su comportamiento. Por ejemplo, quizá la persona esté cansada, desinformada, insegura o piense que está siendo útil. Toma la decisión de no alimentar el enojo.

  13. Resiste la tendencia de culpar o avergonzar a otras personas o a ti mismo. En lugar de eso, trata de entender cuál es el problema, y pide ayuda a la otra persona para solucionarlo, independientemente de quién haya tenido la culpa.

  14. Escucha al Espíritu, y no los pensamientos negativos. Si tienes pensamientos denigrantes, burlones, iracundos, sarcásticos, críticos u ofensivos, estos no provienen del Señor. No les hagas caso. Canta un himno, recita un pasaje de las Escrituras o haz una oración para invitar que vuelva el Espíritu.

  • Tomado de “Recursos para lidiar con las exigencias emocionales”, Adaptación a la vida misional, 2013, págs. 29–34; “Becoming Emotionally Self-Reliant” [Llegar a ser emocionalmente autosuficiente], Blog de autosuficiencia, 21 de febrero de 2017, srs.lds.org.