Llamamientos misionales
Introducción


“Introducción”, Medidas de protección en el uso de la tecnología, 2015

“Introducción”, Medidas de protección en el uso de la tecnología

Introducción

A lo largo de la historia, Dios ha utilizado instrumentos divinos para promover Sus propósitos. Por ejemplo, el Urim y Tumim ayudaron en la traducción de la palabra de Dios, y la Liahona brindó dirección a Lehi y a su familia mientras viajaban a la tierra prometida. Acerca de los divinos instrumentos en nuestros días, el presidente Spencer W. Kimball dijo: “Creo que el Señor anhela poner en nuestras manos invenciones que nosotros, las personas comunes, apenas podemos vislumbrar” (“When the World Will Be Converted”, Ensign, octubre de 1974, pág. 10). Desde la época en que el presidente Kimball pronunció su discurso, se han revelado muchos instrumentos tecnológicos para promover los propósitos del Señor, y ustedes ahora pueden utilizar esas herramientas en su labor. El élder L. Tom Perry anunció: “A los misioneros ahora se les permite usar internet en sus labores misionales… los misioneros usarán computadoras en las capillas y en otras instalaciones de la Iglesia” (“La obra misional en la era digital” [reunión mundial de capacitación de líderes, junio de 2013]; lds.org/broadcasts).

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Lehi y familia con la Liahona

El propósito de esta tecnología que ustedes reciben ahora es ayudarlos en su servicio al Señor a medida que Él apresura Su obra. Aunque esta tecnología tiene como finalidad hacer el bien, Satanás se esfuerza por utilizarla para promover la maldad y frustrar la obra del Señor. Es imprescindible que aprendan a utilizar estas herramientas conforme al propósito para el cual han sido creadas: promover la obra de salvación. Este folleto contiene medidas de protección que le ayudarán a utilizar apropiadamente estas herramientas a fin de cumplir su propósito misional y promover el propósito de Dios de “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Estas medidas de protección también abrirán las puertas a maneras inspiradas de utilizar la tecnología que fortalecerán su fe en Jesucristo y la de aquellos a los que presta servicio. Son como la cerradura de la puerta del templo, que mantiene las cosas impuras fuera de su mente. Pablo enseñó: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:16). Estas medidas le protegerán y le ayudarán a evitar información dañina y experiencias que ofenden al Espíritu, incluso contenido inapropiado, como la pornografía. También le ayudarán a evitar malgastar su tiempo en actividades como juegos, noticias, deportes, videos, y el uso inapropiado de las redes sociales. El aplicar estos principios aumentará su capacidad de ayudar a otras personas y le bendecirá a lo largo de su vida.

Aprenda a cumplir las medidas de protección de manera instintiva; le ayudarán a medida que se esfuerza por llegar a ser más como Cristo. “El Salvador ha mostrado el camino. Él dio el ejemplo perfecto, y nos manda que lleguemos a ser como Él es (véase 3 Nefi 27:27)” (Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2018, pág. 121). Las elecciones que haga en cuanto a la manera en que utilice la tecnología deberán ayudarle a llegar a ser más como el Salvador. Confíe en la gracia —la ayuda o fortaleza que recibimos mediante la expiación de Jesucristo— a medida que procure llegar a ser un instrumento eficaz en las manos del Señor.

Individualmente, con su compañero y con otros misioneros, usted aprenderá a seguir estas medidas de protección y se comprometerá a hacerlo. También aprenderá el proceso que le ayudará cuando se sienta vulnerable y susceptible. Revise esta información con frecuencia. Estudie, medite y aplique estos principios hasta que lleguen a ser una parte natural del modo en que usted piensa y actúa.

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Templo de Salt Lake

“El evangelio de Jesucristo es el plan mediante el cual podemos llegar a ser lo que se supone que los hijos de Dios deben llegar a ser. Ese estado perfeccionado y sin mancha será el resultado de la sucesión constante de convenios, ordenanzas y acciones, de una acumulación de decisiones correctas y del arrepentimiento continuo” (Dallin H. Oaks, “El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 41).