Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
Puedo ser reverente


Lección 21

Puedo ser reverente

Objetivo

Que cada niño sienta el deseo de mostrar reverencia por nuestro Padre Celestial y Jesucristo.

Preparación

  1. Estudie con la ayuda de la oración Lucas 2:1–16 y 3 Nefi 17:11–12, 21–24.

  2. Trace la boca, los ojos, las orejas, las manos, los brazos y las piernas que se encuentran al final de la lección y recórtelos. Coloque los recortes en una bolsa o en un recipiente.

  3. Prepare una tira de palabras que diga:

    Reverencia

  4. Haga los arreglos necesarios para cantar o repetir con los niños la letra de “Con quietud” (Canciones para los niños, pág. 11) y “Reverencia mostraré” (Canciones para los niños, pág. 13).

  5. Materiales necesarios:

    1. Una Biblia y un Libro de Mormón.

    2. La lámina 2-36, Jesús bendice a los niños nefitas; la lámina 2-40, Un niño reverente; la lámina 2-41, El nacimiento de Jesús (Las bellas artes del evangelio 200; 62116 002).

  6. Haga los arreglos necesarios para las actividades complementarias que desee llevar a cabo.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pregunte a los niños cómo les fue con la asignación que recibieron la semana pasada.

Actividad para despertar el interés

Antes de decir la primera oración, canten o repitan la letra de “Con quietud”.

Con quietud pensaré reverente en ti, Señor.

Con quietud cantaré reverente a ti loor.

Con quietud y humildad pido en oración,

Tu Espíritu haz morar en mi corazón.

Muestre la lámina 2-40, Un niño reverente. Diga que el niño de la lámina se está preparando para hablar con nuestro Padre Celestial en oración.

• ¿Cómo nos preparamos para orar? (Cruzamos los brazos, cerramos los ojos e inclinamos la cabeza.)

• ¿Por qué cruzamos los brazos, cerramos los ojos e inclinamos la cabeza para prepararnos para la oración?

Señale que al hacer estas cosas, podemos sentir que nuestro Padre Celestial está cerca mientras oramos. Explique que así como nos gusta saber que nuestros padres terrenales nos escuchan cuando les hablamos, también es importante saber que nuestro Padre Celestial está cerca cuando oramos.

Pida a un niño que ofrezca la primera oración.

Después de la oración, exprese su agradecimiento por tener un Padre Celestial amoroso y por el privilegio de dirigirnos a Él por medio de la oración.

La reverencia es un sentimiento de amor y respeto

Análisis con tiras de palabras

Coloque la tira que dice “Reverencia” cerca de la lámina del niño reverente. Lea en voz alta lo que dice y pida a los niños que lo repitan.

• ¿Qué significa la palabra reverencia?

Haga hincapié en el hecho de que la reverencia es más que estar quietos. La reverencia es un sentimiento especial de amor y respeto por nuestro Padre Celestial y Jesucristo.

Pida a los niños que piensen en los sentimientos que tienen cuando sus padres les ayudan a orar o les leen relatos acerca de Jesús, o cuando ven y oyen las hermosas creaciones de nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Explique que esa paz y calidez son sentimientos de reverencia que nos hacen saber que el Espíritu de nuestro Padre Celestial está cerca.

Análisis de la lámina

Muestre la lámina 2-36, Jesús bendice a los niños nefitas, y pida a los niños que hablen de ella (véase 3 Nefi 17:11–12, 21–24).

• ¿Qué creen que los niños nefitas sentían por Jesucristo?

Muestre la lámina 2-41, El nacimiento de Jesús, y pida a los niños que le cuenten la historia de ese acontecimiento (véase Lucas 2:1–16). Pídales que miren con atención a las personas que se encuentran en la lámina.

• ¿Qué piensan que las personas sintieron al ver al niño Jesús?

• ¿Qué piensan que hubieran sentido ustedes si hubieran visto al niño Jesús?

Explíqueles que cada vez que pensamos en nuestro Padre Celestial y en Jesús con amor, somos reverentes.

Demostramos reverencia por medio de nuestros hechos

Análisis

• ¿Cómo demostramos nuestros sentimientos de reverencia (amor y respeto) por nuestro Padre Celestial y Jesucristo?

Explique que es importante tener sentimientos de reverencia en todo lugar, pero hay que recordar que debemos ser reverentes sobre todo cuando estamos en la Iglesia. El centro de reuniones es la casa de nuestro Padre Celestial y cuando actuamos con reverencia en Su casa, le demostramos nuestro amor.

Canción

Canten o repitan la letra de “Reverencia mostraré”.

Oh Padre Celestial,

reverencia mostraré

en Tu casa al entrar,

contigo estaré.

Actividad

Muestre la bolsa o el recipiente que contiene los recortes. Pida a los niños que, de a uno por vez, tomen un recorte de la bolsa y lo muestren al resto de los niños, y pregunte: “¿Qué harán con su(s) (nombre de lo que representa la figura que el niño haya sacado de la bolsa) para mostrar reverencia en la casa de nuestro Padre Celestial?”

Posibles respuestas:

Boca: Hablar en voz baja, sonreír, cantar canciones, orar, tenerla cerrada cuando otra persona está hablando. Ojos: Mirar al maestro o al discursante, y cerrarlos mientras se ofrece la oración. Manos y brazos: Mantenerlos quietos, levantarlos para contestar una pregunta, cruzarlos durante la oración. Pies y piernas: Caminar despacio, mantenerlos quietos. Oídos: Escuchar y prestar atención a lo que se dice.

Actividad

Ayude a los niños a repetir la letra e imitar las acciones de la siguiente actividad de descanso:

Siempre seré reverente

desde la cabeza (Colocar las manos sobre la cabeza.)

hasta los pies. (Tocar los pies.)

Cuando camine, (Caminar silenciosamente en su lugar.) lo haré con quietud.

Cuando hable,

será muy bajito. (Poner un dedo en los labios.)

Cuando escuche, (Colocar la palma detrás de la oreja.)

dejaré de hablar (Hacer como que cierra la boca con llave.)

y los brazos cruzaré. (Cruzar los brazos.)

Cuando diga la oración, la cabeza inclinaré (Inclinar la cabeza.)

y los ojos cerraré. (Cerrar los ojos.)

Siempre seré reverente desde la cabeza (Colocar las manos sobre la cabeza.)

hasta los pies. (Tocar los pies.)

(Adaptado de Diana Eckersell Janson, “I’m Always Reverent”, Friend, Sept. de 1993, pág. 32.)

Podemos ayudar a otras personas a ser reverentes

Presentación por el maestro

Recuerde a los niños que lo que hacemos también afecta a las personas que nos rodean, y ésta es otra razón para ser reverentes en la Iglesia.

• Si alguien que está cerca de ustedes hace ruido y no es reverente, ¿cómo se sienten ustedes?

Señale que si alguien a nuestro alrededor hace mucho ruido, no nos permite pensar en nuestro Padre Celestial y Jesucristo. De la misma manera, cuando hacemos mucho ruido u otras cosas que no sean reverentes, no permitimos que los demás sean reverentes tampoco. Aliente a los niños a actuar de manera reverente y ayudar que otros lo hagan también.

Relato

Relate la historia de algún niño que usted conozca que haya ayudado a un amiguito a ser más reverente, o cuente el siguiente relato:

Patricia era una niña muy feliz; le gustaba sonreír, reír, cantar y, sobre todo, hablar. Siempre tenía muchas cosas que decir y le hablaba a cualquier persona que la escuchara. Su mejor amiga era una niñita llamada Juliana, a quien le gustaba hablar tanto como a Patricia.

Un domingo, Patricia visitó la clase de la Primaria de Juliana. Durante la apertura, Patricia le dijo a Juliana que se había comprado zapatos nuevos; pero Juliana, en lugar de contestarle, movió la cabeza en forma negativa y le hizo seña de que permaneciera callada.

Como no había nadie que la escuchara o le hablara, comenzó a prestar atención al relato que la maestra estaba contando. De esa manera aprendió algo acerca del Salvador y disfrutó de estar en la Primaria.

Cuando las niñas salieron, la maestra les agradeció el haber sido reverentes durante la clase; luego Juliana le explicó a Patricia por qué no había hablado con ella durante la Primaria. Le dijo que amaba mucho a nuestro Padre Celestial y a Jesús y que por eso siempre trataba de ser reverente en la Iglesia.

Análisis

• ¿Por qué quería Juliana ser reverente en la Primaria?

• ¿Cómo ayudó Juliana a Patricia a ser reverente?

• ¿Cómo pueden ustedes ayudar a otras personas a ser reverentes?

Resumen

Testimonio

Testifique a los niños que si son reverentes, aprenderán más acerca de nuestro Padre Celestial y Jesucristo y de Su amor por ellos. Si lo desea, puede compartir alguna experiencia personal en la que haya tenido un sentimiento especial de reverencia por nuestro Padre Celestial y Jesús.

Dé a los niños la oportunidad de compartir los sentimientos de amor que tienen por nuestro Padre Celestial y Jesús.

Aliente a los niños a ser reverentes al ir a las demás reuniones o al salir del centro de reuniones después de la Primaria.

Pida a un niño que ofrezca la última oración.

Actividades complementarias

Elija de entre las siguientes actividades aquellas que sean de mayor beneficio para los niños de su clase. Puede utilizarlas durante la lección o como repaso o resumen. Para mayor información, vea la sección “El período de la clase” en “Ayudas para el maestro”.

  1. Ayude a los niños a repetir el siguiente verso y hacer con las manos los movimientos correspondientes:

    Cual la nieve al caer, (Levantar los brazos y bajarlos moviendo los dedos.)

    o una linda flor crecer, (Cerrar el puño y abrir como si fuera un capullo.)

    como cuando al volar (Juntar los pulgares y mover los demás dedos como alas.)

    las maripositas van

    así quieto yo estaré (Poner una mano sobre el corazón.)

    cuando en la Iglesia esté. (Cruzar los brazos.)

  2. Tire un objeto liviano a uno de los niños y pídale que mencione alguna forma en la que pueda demostrar reverencia (algunas de las respuestas podrían ser: sentarse derechos, escuchar, pensar en Jesús, levantar la mano, caminar despacio, demostrar respeto por los demás y cruzar los brazos). Después, pídale al niño que se lo tire de regreso. Continúe hasta que todos hayan jugado algunas veces. Aliente a los niños a pensar en varias maneras de demostrar reverencia.

  3. Ayude a los niños a representar algunas situaciones que giren en torno a la reverencia. Puede utilizar las siguientes ideas u otras similares:

    • Quieres decirle algo al maestro de la Primaria cuando esté enseñando la lección. ¿Cómo puedes hacerlo en forma reverente?

    • No conoces la canción que los niños de tu clase están cantando. ¿Qué puedes hacer para demostrar reverencia?

    • Tu hermanito te habla durante la Santa Cena. ¿Qué puedes hacer para ayudarle a ser reverente?

    • Entras en un salón cuando las personas que allí se encuentran están orando. ¿Cómo puedes demostrar reverencia?

  4. Ayude a los niños a decir el siguiente verso y hacer los movimientos con las manos:

    Ésta es la Iglesia (Entrelazar los dedos y cerrar las manos con los dedos hacia adentro.)

    y la torre del frente. (Extender el dedo índice de cada mano para formar la torre.)

    Abre la puerta (Abrir las manos manteniendo los dedos entrelazados.)

    y verás la gente. (Mover los dedos.)

    Cierra la puerta (Cerrar otra vez las manos con los dedos adentro.)

    y escúchalos orar.

    Abre la puerta (Abrir las manos manteniendo los dedos entrelazados.)

    y todos se van. (Separar las manos.)

    Después de hacer esta actividad con los dedos, cuente la historia de un niño que juega este mismo juego con los dedos durante la reunión sacramental. Cuando el niño mira a su alrededor, se da cuenta de que todos están sentados quietos, entonces decide hacer que las personas de sus dedos también estén reverentes y las coloca silenciosamente sobre las piernas.

  5. Canten o repitan la letra de “La reverencia es amor” (Canciones para los niños, pág. 12) o “Con reverencia” (Canciones para los niños, pág. 10).

    La reverencia es amor

    La reverencia es más que estar quietos;

    es recordar al Señor,

    ver las bendiciones del Padre en los cielos;

    es un sentimiento de amor.

    Cuando soy reverente en mis actos se ve,

    mis palabras expresan bondad.

    Cuando soy reverente, yo sé que Jesús

    y el Padre muy cerca están.

    (© 1987 por Maggie Olauson. Usado con permiso.)

    Con reverencia

    Hoy, Señor, con reverencia

    en Tu casa andaré;

    cerraré al orar los ojos

    y los brazos cruzaré.

    Siento que Tú estás aquí

    y en silencio escucharé,

    y mis pensamientos hoy

    con reverencia expresaré.

    Reverente, oh Señor,

    aquí en Tu casa yo seré.