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Lucas 11:1–13


Lucas 11:1–13

“… Señor, enséñanos a orar”

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Two girls, likely sisters, kneel next to each other at a bed, praying. There are blankets folded up at the head of the bed. Behind them is a wardrobe.

Después de escuchar a Jesús orar, “uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1). Jesús respondió con enseñanzas esclarecedoras que pueden ayudarnos a fortalecer nuestra conexión con el Padre Celestial a través de la oración. Esta lección puede ayudarte a hacer que tus oraciones sean más significativas.

El Señor enseña sobre la oración

Reflexiona sobre las respuestas a estas dos preguntas:

  • ¿Por qué es sencilla la oración?

  • ¿Por qué es difícil la oración?

Las oraciones pueden ser sencillas y directas, pero también pueden ser profundas y requerir esfuerzo. A medida que aprendas de las enseñanzas del Salvador sobre la oración, busca revelación sobre cómo puedes hacer que tus oraciones sean más significativas.Lee Lucas 11:1 en busca de la petición que le hizo al Salvador uno de Sus discípulos.

Jesús respondió con lo que ha llegado a conocerse como la Oración del Señor o el Padrenuestro. Él también ofreció esta oración durante el Sermón del Monte (véase Mateo 6:9–13). Algunos han sentido que Jesús tenía la intención de que esta oración se memorizara y repitiera. Pero, como el presidente Russell M. Nelson enseñó, “la Oración del Señor sirve como modelo a seguir y no como texto para memorizar y recitarlo de manera repetitiva” (“Lecciones que aprendemos de las oraciones del Señor”, Liahona, mayo de 2009, pág. 47). Después de que Jesús pronunció la Oración del Señor como ejemplo de cómo orar, ofreció otras enseñanzas inspiradas sobre la oración.

Aprender más sobre la oración

A fin de descubrir verdades que puedan ayudarte, lee las siguientes preguntas, elige una sobre la que te gustaría aprender más y lee los pasajes de las Escrituras que acompañan a dicha pregunta.

  • ¿Qué puedo aprender del ejemplo de oración del Salvador? ( Lucas 11:2–4 ; Mateo 6:9–13).

  • ¿Qué prometió el Salvador sobre la oración? ( Lucas 11:9–13 ; véase también la Traducción de José Smith de Lucas 11:14 [en Lucas 11:13 , nota a al pie de página]).

  • ¿Qué advirtió el Salvador que no debemos hacer en nuestras oraciones? ( Mateo 6:7–8).

1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio:

  • ¿Qué verdad aprendiste de estos versículos sobre la oración?

  • ¿Qué experiencias has tenido con esta verdad?

  • ¿Qué aprendes sobre nuestro Padre Celestial en esos versículos?

Profundizar tu conocimiento

2. Para ayudar a profundizar tu conocimiento sobre las enseñanzas del Salvador, completa en tu diario de estudio la actividad A, B o C, según el bloque de Escrituras que hayas elegido anteriormente. Sigue las instrucciones relacionadas con la actividad que elegiste.

Actividad A: ¿Qué aprendemos del ejemplo de oración del Salvador? ( Lucas 11:2–4)

Lee las siguientes frases que utilizó el Salvador en Su oración y selecciona dos sobre las que te gustaría reflexionar.

  • “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” ( Lucas 11:2).

  • “Venga tu reino” ( Lucas 11:2).

  • “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” ( Lucas 11:2).

  • “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” ( Lucas 11:3).

  • “Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben” ( Lucas 11:4).

  • “Y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal” (Traducción de José Smith de Lucas 11:4 [en Lucas 11:4 , nota c al pie de página]).

Teniendo en mente las dos frases que seleccionaste, piensa cómo responderías las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo resumirías el significado de estas frases?

  • ¿En qué ocasión has orado por algo similar a aquello por lo que oró el Salvador? ¿Cómo influyó en ti?

  • ¿Por qué piensas que sería útil orar siguiendo el modelo que nos dio el Salvador?

Si seleccionaste esta actividad, escribe en tu diario de estudio una forma en que desees seguir el ejemplo del Salvador en tus oraciones.

Actividad B: ¿Qué prometió el Salvador sobre la oración? ( Lucas 11:9–13)

Como está registrado en Lucas 11:9 , el Señor prometió: “… Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.

  • ¿En qué se parecen las acciones “pedir”, “buscar” y “llamar”? ¿En qué se diferencian?

  • ¿Cómo pueden ayudarte estas palabras a entender la forma de orar de un modo más significativo?

Luego, Jesús comparó el deseo de un padre mortal de dar dádivas a sus hijos con el deseo del Padre Celestial de darnos dádivas a nosotros. Jesús enseñó que, si un padre imperfecto y mortal “sab[e] dar buenas dádivas a [sus] hijos” ( Lucas 11:13), “¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Traducción de José Smith de Lucas 11:14 [en Lucas 11:13 , nota a al pie de página]). Es importante recordar que el Padre Celestial responde las oraciones a Su manera y en Su propio tiempo.

  • ¿Qué tipo de dádivas crees que el Padre Celestial desea darles a aquellos que piden por ellas y las buscan? ¿Qué crees que desea Él darte a ti?

Si seleccionaste esta actividad, anota en tu diario de estudio sobre una ocasión en la que hayas sentido que recibiste una respuesta a tus oraciones o describe lo que harás para buscar una respuesta a tu oración.

Menciona cómo el recordar que Dios responde las oraciones puede ayudar a que tus oraciones actuales sean más significativas.

Actividad C: ¿Qué advirtió el Salvador que no debemos hacer en nuestras oraciones? ( Mateo 6:7–8)

En el Sermón del Monte, Jesús nos enseñó que no debemos “us[ar] vanas repeticiones” ( Mateo 6:7). En este contexto, vanas significa vacías o sin sentido. Orar usando vanas repeticiones significa repetir la misma oración o las mismas palabras en la oración sin pensar. Si somos sinceros en nuestras solicitudes, incluso si nuestras oraciones son repetitivas, no son vanas repeticiones.

  • ¿De qué manera el evitar las vanas repeticiones en nuestras oraciones podría ayudarnos a acercarnos más al Señor?

  • ¿Qué puedes hacer que te ayude a evitar usar vanas repeticiones cuando oras?

Piensa en ejemplos de oraciones que hayas hecho que fueron profundas y sinceras.

  • ¿De qué manera influye en ti el orar de ese modo?

Si seleccionaste esta actividad, anota en tu diario de estudio una manera en la que desees seguir las enseñanzas del Salvador sobre evitar las vanas repeticiones en tus oraciones.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Cuáles son algunos ejemplos de oraciones significativas?

En el video “La oración” (1:46), una mujer describe cómo el Señor responde sus oraciones.

En el video “Principios sobre la paz: La oración” (2:47), un escultor digital de la industria de los juguetes relata la experiencia de cuando oró por su hija que nació con problemas de salud.

¿Qué pasa si siento que mis oraciones no están recibiendo respuestas?

El élder J. Devn Cornish, de los Setenta, enseñó:

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Official Portrait of Elder J. Devn Cornish. Photographed August 2017.

A veces nos da la impresión de que no recibimos respuesta a nuestras oraciones sinceras e intensas. Se requiere fe para recordar que el Señor contesta a Su tiempo y a Su manera, a fin de bendecirnos de la mejor manera. También, al meditar más en ello, muchas veces nos daremos cuenta de que ya sabíamos muy bien lo que debíamos hacer.

Por favor no se desanimen si esto no da resultado de inmediato. Al igual que para aprender otro idioma, se requiere práctica y empeño. Sin embargo, quiero que sepan que pueden aprender el lenguaje del Espíritu; y cuando lo hagan, les dará gran fe y poder en rectitud.

(J. Devn Cornish, “El privilegio de la oración”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 103)

¿Qué pasa si no me siento digno de orar?

El élder J. Devn Cornish, de los Setenta, enseñó:

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Official Portrait of Elder J. Devn Cornish. Photographed August 2017.

Existe el riesgo de que alguien piense que no es lo suficientemente digno para orar. Esa idea proviene del espíritu maligno, que es el que nos enseña a no orar (véase 2 Nefi 32:8). ¡Es igual de trágico que pensemos que somos demasiado pecadores para orar, como lo es para la persona sumamente enferma creer que está demasiado enferma para acudir al médico!

(J. Devn Cornish, “El privilegio de la oración”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 103)