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9: Persevere


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Persevere

Meditar:¿Cómo aprendemos a seguir trabajando en una tarea hasta terminarla?

“Tan solo un cantero” (¿No tiene el video? Lea la página siguiente.)

Analizar:¿Cómo aprendemos a seguir adelante aun cuando la tarea sea difícil? ¿De que manera influye el confiar en el Señor en nuestra capacidad de perseverar?

Leer:Declaración del presidente Faust; Hebreos 12:1; Doctrina y Convenios 58:4 (a la derecha)

Practicar:Trabajen juntos para aprender este modelo a fin de perseverar y superar los desafíos:

  • Lean en grupo cada uno de los pasos del modelo a continuación.

  • Formen grupos de dos personas. Pregúntense el uno al otro si tienen algún deber o tarea que les resulte muy difícil.

  • Ayúdense a seguir los cuatro pasos y hablen acerca de lo difícil que es el deber o la tarea.

  • Comprométase con la otra persona a perseverar, es decir, a seguir adelante hasta que el deber o la tarea se haya cumplido bien.

Mantenga una actitud positiva

Cuente sus bendiciones.

Recuerde que deben trabajar juntos

Pídale ayuda a sus amigos, compañeros, miembros del grupo y otras personas.

Reemplace el miedo con la fe

Evite la duda. Recuerde que el Señor tiene todo el poder. Clame al Señor y acepte Su voluntad

Siga adelante con paciencia y valor

Nunca, nunca, nunca se de por vencido; persevere con fe.

Practicar:Piense en un desafío que su familia esté enfrentando en este momento. Siga el modelo de perseverancia y determine dos o tres maneras en las que pueda seguir adelante con fe, confiando en que el Señor proveerá:

Comprométase:Comprométase a hacer las siguientes tareas durante la semana. Marque las casillas al completar cada tarea:

  • Practique perseverancia en las maneras que determinó anteriormente.

  • Enseñe este principio a su familia.

  • Continúe practicando los principios fundamentales anteriores.

Tan solo un cantero

Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guión.

Imagen
el Templo de Salt Lake en construcción

ELDER HOLLAND: John R. Moyle era un pionero de Inglaterra que cruzó los Estados Unidos tirando un carro de mano. Vivía en Alpine, Utah, a unos 35 kilómetros del Templo de Salt Lake.

Brigham Young llamó al hermano Moyle a trabajar como capataz de los artesanos durante la construcción de templo.

Para estar siempre en el trabajo a las ocho de la mañana, el hermano Moyle tenía que comenzar su caminata de 35 kilómetros alrededor de las dos de la madrugada del día lunes. Terminaba la semana de trabajo a las cinco de la tarde del viernes y volvía caminando a casa, donde llegaba poco antes de la medianoche. Repitió ese horario todas las semanas durante los casi 20 años que sirvió en la construcción del templo.

Una vez, estando en su casa en un fin de semana, una de las vacas se puso nerviosa mientras la estaba ordeñando y le dio una patada en la pierna, destrozándole el hueso un poco más abajo de la rodilla.

Con la ayuda médica de la que disponían en esas zonas rurales, su familia y sus amigos sacaron una puerta de sus bisagras y lo ataron a esa improvisada mesa de operaciones. Tomaron una sierra que habían estado empleando para cortar las ramas de un árbol cercano y le amputaron la pierna por debajo de la rodilla.

Cuando por fin, más allá de cualquier posibilidad médica, la pierna empezó a sanar, el hermano Moyle tomó un pedazo de madera y se hizo una pierna artificial. Primero caminó por la casa, luego alrededor del jardín y finalmente se aventuró por su propiedad.

Cuando sintió que podía soportar el dolor, se puso la pierna, caminó los 35 kilómetros hasta el Templo de Salt Lake, se subió al andamio y, con cincel en mano, grabó en la piedra: “Santidad al Señor”.

(Véase también Jeffrey R. Holland, “Como palomas en nuestra ventana”, Liahona, mayo de 2000, págs. 76–77.)