1. ¡Qué maravillosas Tus obras, oh Dios!
¡Qué justos caminos, qué firme Tu voz!
¿Quién no ha de temerte y rendirte honor?
Tú sólo eres santo, supremo Señor.
2. A toda nación Tu luz llegará;
Tu gran Evangelio se esparcirá.
Los pueblos de todo el mundo vendrán
y ante Tu trono te adorarán.