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Capítulo 44: La segunda venida de Jesucristo


Capítulo 44

La segunda venida de Jesucristo

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The resurrected Jesus Christ (wearing white robes with a magenta sash) standing above a large gathering of clouds. Christ has His arms partially extended. The wounds in the hands of Christ are visible.

El esperar con anhelo la segunda venida del Salvador

Cuarenta días después de Su resurrección, Jesús y Sus apóstoles estaban reunidos en el Monte de los Olivos. Había llegado el momento en que Jesús debía dejar la tierra; ya había terminado la obra que se le había encomendado y tenía que regresar con nuestro Padre Celestial hasta el momento de Su segunda venida.

Luego de dar instrucciones a Sus apóstoles, Jesús ascendió al cielo. Mientras los apóstoles miraban hacia el cielo, dos ángeles se pararon junto a ellos y les dijeron: “…Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros arriba al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11).

Desde ese día hasta el presente, los seguidores de Jesucristo esperan con ansiedad la Segunda Venida.

¿Qué hará Jesús cuando venga nuevamente?

Cuando Jesucristo vuelva a la tierra hará lo siguiente:

  1. Purificará la tierra. Cuando Jesús venga nuevamente, vendrá con poder y gran gloria. Ese será el momento en que los inicuos serán destruidos, todo lo que esté corrupto será quemado y la tierra será purificada con fuego (véase D. y C. 101:24–25).

  2. Juzgará a Su pueblo. Cuando Jesús venga nuevamente, juzgará a las naciones y separará a los rectos de los inicuos (véase Mateo 25:31–46; véase también el capítulo 46 de este libro). Juan el Revelador escribió acerca del juicio: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dada facultad para juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios… y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Y de los inicuos dijo: “…no volvieron a vivir sino hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:4–5; véase también D. y C. 88:95–98).

  3. Vendrá a dar principio al Milenio. El Milenio es un período de mil años durante el cual Jesús reinará sobre la tierra. Los justos serán arrebatados para recibir a Jesús en Su venida (véase D. y C. 88:96); Su venida también dará comienzo al reino milenario. (Véase el capítulo 45 de este libro).

    El presidente Brigham Young dijo:

    “En el Milenio, cuando el Reino de Dios se haya establecido con poder, gloria y perfección sobre la tierra, y el reinado de la iniquidad que por tanto tiempo ha permanecido sea sojuzgado, los santos de Dios tendrán el privilegio de construir sus templos, entrar en ellos y llegar a ser, en cierto sentido, columnas en los templos de Dios [véase Apocalipsis 3:12], y oficiarán por sus muertos. Entonces nuestros amigos vendrán a nosotros, y aun quizás algunos que ya hemos conocido aquí… Y recibiremos revelaciones para conocer a nuestros antepasados hasta nuestro Padre Adán y nuestra Madre Eva, y entraremos en los templos de Dios para oficiar por ellos. Entonces [los hijos] serán sellados a [los padres] hasta formar una cadena perfecta hasta Adán, de modo que exista una cadena perfecta del sacerdocio desde Adán hasta el fin” (Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Brigham Young, 1997, págs. 349–350).

  4. Completará la Primera Resurrección. Los que hayan obtenido el privilegio de salir en la resurrección de los justos se levantarán de sus tumbas y serán arrebatados para ir a recibir al Salvador cuando Él descienda del cielo. (Véase D. y C. 88:97–98).

    Después de que Jesucristo se levantó de los muertos, otras personas justas que habían muerto también resucitaron y se aparecieron en Jerusalén y también en el continente americano. (Véase Mateo 27:52–53; 3 Nefi 23:9–10). Ése fue el comienzo de la Primera Resurrección, y hay algunas otras personas que han resucitado desde entonces. Aquellos que ya han resucitado, y los que lo serán en el momento de Su venida, heredarán la gloria del reino celestial (véase D. y C. 76:50–70).

    Después de la resurrección de los que heredarán la gloria celestial, otro grupo resucitará: aquellos que recibirán una gloria terrestre. Cuando todas esas personas hayan resucitado, la Primera Resurrección habrá terminado.

    Los inicuos que vivan en el momento de la segunda venida del Señor serán destruidos en la carne y, junto con los inicuos que ya han muerto, habrán de esperar hasta la última resurrección. Todo el resto de los muertos se levantará para encontrarse con Dios; son los que heredarán el reino telestial o los que serán echados a las tinieblas de afuera junto con Satanás (véase D. y C. 76:32–33, 81–112).

  5. Jesucristo tomará Su lugar como Rey del cielo y de la tierra. Cuando Jesús venga, establecerá Su gobierno sobre la tierra y la Iglesia se convertirá en parte de ese reino. El Señor gobernará a toda la gente de la tierra en paz por un período de mil años.

    Cuando Jesús vino por primera vez a la tierra, no lo hizo en gloria; nació en un humilde establo y durmió en un pesebre de heno; no vino con grandes ejércitos como los judíos lo esperaban de su Salvador, sino que llegó diciendo: “…Amad a vuestros enemigos… haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan” (Mateo 5:44); fue rechazado y crucificado. Sin embargo, no será rechazado en Su segunda venida, “…porque todo oído lo oirá, y toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará…” que Jesús es el Cristo (D. y C. 88:104). Él será recibido como “…Señor de señores y Rey de reyes…” (Apocalipsis 17:14); y será llamado “…Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6).

  • ¿Qué sentimientos y pensamientos tiene al contemplar los acontecimientos de la Segunda Venida?

¿Cómo sabremos que se acerca la venida del Salvador?

Cuando Jesucristo nació, muy pocas personas supieron que el Salvador del mundo había nacido; pero cuando Él venga otra vez, no existirá la menor duda de quién es Él. Nadie sabe con exactitud cuándo el Salvador vendrá nuevamente. “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mateo 24:36; véase también D. y C. 49:7).

El Señor utilizó una parábola para darnos una idea del momento de Su venida:

“De la higuera aprended la parábola: Cuando su rama ya está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

“Así también vosotros, cuando veáis suceder estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas” (Marcos 13:28–29).

El Señor nos ha dado también algunas señales para hacernos saber cuando se acerque Su llegada. Luego de revelarnos esas señales, advirtió:

“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor…

“…estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:42, 44).

Para más información en cuanto a cómo sabremos cuando la segunda venida de Jesús esté cerca, véase el capítulo 43 de este libro.

¿Cómo podemos prepararnos para cuando el Salvador venga?

La mejor forma de prepararnos para la venida del Salvador es aceptar las enseñanzas del Evangelio y hacerlas parte de nuestra vida. Debemos vivir diariamente de la mejor manera posible, como Jesús nos enseñó cuando estuvo en la tierra. Podemos buscar la guía del profeta y seguir su consejo; podemos vivir dignamente para que el Espíritu Santo nos guíe. Entonces, esperaremos con ansiedad la venida del Salvador sintiendo alegría en el corazón en lugar de temor. El Señor dijo: “No temáis, pequeña grey, el reino es vuestro hasta que yo venga. He aquí, vengo pronto. Así sea. Amén” (D. y C. 35:27).

  • ¿Por qué debe preocuparnos nuestro estado de preparación y no el tiempo exacto de la Segunda Venida?

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