Doctrina y Convenios 2021
20 – 26 diciembre. Navidad: La dádiva incomparable del Hijo divino de Dios


“20 – 26 diciembre. Navidad: La dádiva incomparable del Hijo divino de Dios”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Doctrina y Convenios 2021 (2020)

“20 – 26 diciembre. Navidad”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2021

Imagen
Obra de arte sobre María y el Niño Jesús

La Natividad en cobre y ocre oscuro, por J. Kirk Richards

20 – 26 diciembre

Navidad

La dádiva incomparable del Hijo divino de Dios

Recuerde que el aprendizaje del Evangelio más importante y eficaz que logran los alumnos tiene lugar en el hogar. Al prepararse para enseñar, considere la forma en que su clase de la Escuela Dominical puede fortalecer el estudio personal y familiar de ellos.

Anote sus impresiones

Imagen
icono de compartir

Invitar a compartir

¿De qué manera estudiar “El Cristo Viviente” (ChurchofJesusChrist.org) esta semana ha bendecido a los miembros de la clase? Podría compartir estas palabras de la presidenta Jean B. Bingham, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, y luego invitar a los miembros de la clase a que hablen sobre cualquier experiencia semejante que hayan tenido: “A medida que he estudiado la vida y las enseñanzas de Jesucristo con más atención y he aprendido de memoria ‘El Cristo Viviente’, mi gratitud y mi amor por nuestro Salvador han aumentado. En cada frase de ese documento inspirado se halla un sermón y ha aumentado mi comprensión de Sus funciones divinas y de Su misión terrenal. Lo que he aprendido y sentido durante ese período de estudio y reflexión confirma que Jesús verdaderamente ‘es la luz, la vida y la esperanza del mundo’” (“Para que tu gozo sea completo”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 85).

Imagen
icono de enseñar

Enseñar la doctrina

“Ninguna otra persona ha ejercido una influencia tan profunda”.

  • Los miembros de la clase podrían leer el primer párrafo de “El Cristo Viviente” y compartir ideas en cuanto a por qué la influencia de Jesucristo ha sido más profunda que la de cualquier otra persona. ¿Qué otras declaraciones de “El Cristo Viviente” apoyan esta afirmación? Invite a los miembros de la clase a explicar de qué modo ha influido Él en ellos individualmente. El video “Por qué necesitamos un Salvador” (ChurchofJesusChrist.org) puede complementar el análisis.

  • Los integrantes de la clase, ¿han tenido que explicar alguna vez a alguien de otra cultura por qué celebran la Navidad? Tal vez podrían compartir sus experiencias; o bien podría invitar a los de la clase a imaginar que alguien que no está familiarizado con el cristianismo les hace dicha pregunta. ¿Cómo podríamos contestar esa pregunta? Inste a los miembros de la clase a repasar “El Cristo Viviente” mientras consideran la pregunta, e invite a algunos a compartir sus reflexiones. También podrían leer como clase Lucas 2:10–14, o cantar un himno que exprese el gozo de la Navidad (“¡Regocijad! Jesús nació”, Himnos, nro. 123, por ejemplo) y hablar sobre por qué el nacimiento de Cristo brinda “gran gozo”. ¿Qué podemos hacer para “recibir [a nuestro] Rey”?

    Imagen
    Jesucristo

    La Luz del Mundo, por Howard Lyon

“Gracias sean dadas a Dios por [Su] dádiva incomparable”.

  • En “El Cristo Viviente”, los Apóstoles se refieren al Salvador como una “dádiva” [o un don] de nuestro Padre Celestial. Para ayudar a los miembros de la clase a conocer más en cuanto a dicha dádiva, podría escribir en la pizarra Por medio de Jesucristo, Dios nos da el don de… e invite a la clase a sugerir formas de completar esa oración basándose en lo que han leído en “El Cristo Viviente” y en las palabras del presidente Russell M. Nelson que están en “Recursos adicionales”. ¿Cómo recibimos esos dones? Podría invitar a los miembros de la clase a escoger uno de tales dones y esforzarse por recibirlo de manera más plena.

Imagen
icono de recursos adicionales

Recursos adicionales

Los dones que ofrece el Salvador.

Al dirigir la palabra durante la temporada navideña, el presidente Russell M. Nelson enumeró cuatro dones que el Salvador da a todos los que están dispuestos a recibirlos:

“Primero, Él nos dio, a ustedes y a mí, la capacidad ilimitada de amar. Eso abarca la capacidad de amar a las personas difíciles de amar y a aquellos que no solo no los aman a ustedes, sino que en este momento los persiguen y los ultrajan.

“Con la ayuda del Salvador, podemos aprender a amar como Él amó […].

“Un segundo don que brinda el Salvador es la capacidad de perdonar. Mediante Su infinita expiación, pueden perdonar a quienes los hayan lastimado y que quizás nunca asuman la responsabilidad de haberlos tratado cruelmente […].

“Un tercer don que proviene del Salvador es el del arrepentimiento. No siempre se entiende bien ese don […]. El arrepentimiento es un don resplandeciente; es un proceso al que nunca se le debe tener temor. Es un don que debemos recibir con gozo; debemos utilizarlo, e incluso acogerlo, día tras día a medida que procuramos ser más como nuestro Salvador […].

“Un cuarto don que nuestro Salvador nos da es en realidad una promesa, una promesa de vida eterna […]. La vida eterna es el tipo y la calidad de vida que viven el Padre Celestial y Su Hijo Amado. Cuando el Padre nos ofrece la vida eterna, nos dice, básicamente: ‘Si eliges seguir a Mi Hijo, si tu deseo es realmente llegar a ser más como Él, entonces, con el tiempo, podrás vivir como vivimos y presidir mundos y reinos, tal como nosotros’.

“Esos cuatro dones singulares nos traerán más y más gozo a medida que los aceptemos. Fueron hechos posibles porque Jehová condescendió a venir a la tierra como el niño Jesús” (“Cuatro dones que provienen del Salvador”, devocional de Navidad de la Primera Presidencia, 2 de diciembre de 2018, broadcasts.ChurchofJesusChrist.org).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Prepararse espiritualmente. “La enseñanza poderosa del Evangelio no solo consiste en preparar una lección, sino también en prepararnos a nosotros mismos […]. Los maestros eficaces del Evangelio, antes de pensar en llenar el tiempo de la clase, se centran en llenar su corazón con el Espíritu Santo” (Enseñar a la manera del Salvador, pág. 12).