Nuevo Testamento 2023
21 – 27 agosto. 1 Corintios 1–7: “Que estéis perfectamente unidos”


“21 – 27 agosto. 1 Corintios 1–7: ‘Que estéis perfectamente unidos’”, Ven, sígueme — Para la Primaria: Nuevo Testamento 2023 (2022)

“21 – 27 agosto. 1 Corintios 1–7”, Ven, sígueme — Para la Primaria: 2023

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Corinto de la antigüedad

Corinto, sur de Grecia, Foro y Centro Cívico, pintura por Balage Balogh/www.ArchaeologyIllustrated.com

21 – 27 agosto

1 Corintios 1–7

“Que estéis perfectamente unidos”

El Espíritu Santo le ayudará a saber qué principios del Evangelio contenidos en 1 Corintios 1–7 ayudarán a los niños a quienes enseña. A medida que estudie estos capítulos con espíritu de oración, anote los pensamientos y sentimientos que reciba del Espíritu.

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Invitar a compartir

Pregunte a los niños si compartieron con su familia algo que aprendieron en la Primaria la semana pasada (quizá sea necesario que repase brevemente la lección de la semana pasada). Si lo hicieron, ¿qué compartieron?

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Enseñar la doctrina: Niños pequeños

1 Corintios 2:11–14

El Espíritu Santo me enseña verdades del Evangelio

Una de las funciones del Espíritu Santo es enseñarnos la verdad. ¿Qué experiencias puede compartir con los niños a fin de ayudarles a entender eso?

Posibles actividades

  • Muestre objetos o imágenes que representen formas en las que aprendemos sobre el mundo (tales como una escuela, un libro o un teléfono inteligente). ¿Qué podemos aprender cuando hacemos uso de esas cosas? Explique que en 1 Corintios 2:11, 14 Pablo enseñó que podemos aprender sobre Dios solamente por medio del Espíritu de Dios, que es el Espíritu Santo. ¿Qué podemos hacer para aprender “las cosas de Dios”?

  • Aplauda cada vez que diga una sílaba de la oración “El Espíritu Santo nos enseña la verdad”. Pida a los niños que aplaudan y que repitan la frase. Reláteles una experiencia en la que el Espíritu Santo le haya ayudado a saber que algo era verdad.

  • Entonen juntos una canción que hable sobre el Espíritu Santo, tal como “El Espíritu Santo” (Canciones para los niños, pág. 56). Ayude a los niños a encontrar palabras y frases en la canción que enseñen la forma en que el Espíritu Santo nos habla y lo que nos enseña.

1 Corintios 3:10–11

Jesucristo es mi fundamento

Los niños están poniendo los cimientos de su testimonio y usted puede ayudarles a edificar un fundamento sólido en Jesucristo.

Posibles actividades

  • Lea 1 Corintios 3:11 a los niños y explique que Jesucristo es nuestro fundamento. Muestre a los niños diversas imágenes de aquello sobre lo cual podemos tener un testimonio, entre ellas, una lámina de Jesucristo. Ayúdelos a colocar las imágenes de manera que la de Jesús quede en la parte inferior, como la base, y las otras imágenes “edifiquen” sobre el testimonio de Él.

  • Cree movimientos para la canción “El sabio y el imprudente” (Canciones para los niños, pág. 132) y entone la canción con los niños. Entregue a cada niño una roca que tenga escrito lo siguiente: “Jesucristo es mi fundamento”. Permita que lleven las rocas a casa a fin de que recuerden lo que aprendieron.

  • Muestre láminas que representen algunos de sus relatos favoritos de la vida del Salvador, y pida a los niños que le digan lo que está sucediendo en cada imagen. Permítales que mencionen algunos de sus relatos favoritos de Jesús. Testifique que Jesucristo es el fundamento de su fe.

1 Corintios 6:19

Mi cuerpo es como un templo

¿Cómo puede ayudar a los niños a valorar su cuerpo como un regalo de Dios y a tener un mayor deseo de cuidarlo?

Posibles actividades

  • Muestre a los niños imágenes de templos (véase la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar) y lea estas palabras de 1 Corintios 6:19: “… [V]uestro cuerpo es templo del Espíritu Santo”. Ayude a los niños a entender que el Padre Celestial desea que conservemos nuestro cuerpo limpio y santo, como un templo.

  • Muestre la imagen de un niño y coloque alrededor de ella imágenes de aquello que es bueno y malo para el cuerpo. Invite a los niños a turnarse para señalar lo que es bueno y quitar lo que es malo.

  • Entonen juntos una canción que hable del cuerpo, tal como “Cabeza, cara, hombros, pies” (Canciones para los niños, pág. 129) y pregunte a los niños por qué están agradecidos por su cuerpo.

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Enseñar la doctrina: Niños mayores

1 Corintios 1:23–25

Ser sabio significa confiar en la sabiduría de Dios

Los niños a quienes enseña descubrirán —si no lo han descubierto todavía— que algunas personas enseñan cosas que contradicen la sabiduría de Dios. El estudiar 1 Corintios 1:23–25 puede ayudar a los niños a comprender que podemos confiar en la sabiduría de Dios, puesto que es mayor que la nuestra.

Posibles actividades

  • Pida a los niños que lean 1 Corintios 1:23–25 y que encuentren las palabras sabiduría y locura. Explique que muchas personas pensaban que las enseñanzas de Pablo eran locura, pero Pablo explicó que creer en el evangelio de Cristo es la verdadera sabiduría. ¿Por qué es sabio creer lo que Dios enseña?

  • Ayude a los niños a hacer una dramatización de cómo podrían responder a las personas que piensan que los mandamientos de Dios son “locura”, como los mandamientos de tener fe en el Salvador, guardar la Palabra de Sabiduría u obedecer la ley del diezmo. Por ejemplo, podrían testificar de las bendiciones que se reciben por vivir esas enseñanzas.

  • Relate una experiencia en la que otras personas hayan pensado que sus creencias eran locura, o hable acerca de un ejemplo de las Escrituras. Permita que los niños relaten experiencias similares. ¿Cómo puede 1 Corintios 1:25 ayudarnos a permanecer fieles cuando los demás llaman a nuestras creencias locura?

1 Corintios 2:11–14

El Espíritu Santo me enseña verdades del Evangelio

¿Cómo puede ayudar a los niños a reconocer que necesitan al Espíritu Santo para comprender “las cosas de Dios”?

Posibles actividades

  • Pida a los niños que elaboren una lista de formas en las que aprendemos sobre el mundo, tales como los libros, la escuela e internet, y luego lean juntos 1 Corintios 2:11–14. ¿Qué enseñan esos versículos sobre la forma en que aprendemos “las cosas de Dios”?

  • Mencione alguna ocasión en la que usted haya aprendido algo por medio del Espíritu de Dios. Ayude a los niños a reconocer ocasiones en las que hayan sentido el Espíritu. ¿Qué “cosas de Dios” (1 Corintios 2:11) nos ha ayudado el Espíritu a entender?

  • Invite a cada niño a leer uno de estos pasajes de las Escrituras: 1 Corintios 2:11–14; 1 Nefi 10:17; Moroni 10:3–5 y Doctrina y Convenios 8:2–3. Pida a los niños que hablen sobre lo que hayan aprendido de esos pasajes de las Escrituras en cuanto a la forma en que el Espíritu Santo nos enseña. ¿Por qué estamos agradecidos por el don del Espíritu Santo?

1 Corintios 6:19–20

Debo tratar mi cuerpo con respeto y mantenerlo santo

El entender que nuestro cuerpo es un regalo del Padre Celestial ayudará a los niños a mantener su cuerpo sagrado, aun cuando se vean tentados a hacer lo contrario.

Posibles actividades

  • Lleve un recipiente que contenga imágenes de un niño y de un templo. Invite a los niños a leer 1 Corintios 6:19–20 y a adivinar lo que hay en el recipiente. Permita que lo abran y analicen en qué sentido nuestro cuerpo es como un templo.

  • Hable con los niños sobre la forma en que debemos tratar un templo. Si nuestro cuerpo es como un templo, ¿cómo debemos tratarlo? El cantar o leer la letra de una canción que hable sobre los templos, tal como “El Señor me dio un templo” (Canciones para los niños, pág. 73), puede ayudar a responder esa pregunta. Cuando cometemos errores, ¿cómo podemos hacer que nuestro “templo” quede limpio nuevamente?

  • Lean juntos “Tu cuerpo es sagrado” (en Para la Fortaleza de la Juventud, guía, 2022, págs. 22–29). Invite a los niños a anotar en la pizarra los consejos que encuentren sobre la manera de cuidar de nuestro cuerpo.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los niños a compartir con su familia una canción que hayan cantado en clase y lo que hayan aprendido de ella.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Testifique de Jesucristo. Una de las cosas más importantes que puede hacer como maestro es testificar de Jesucristo. El hacerlo ayudará a los niños a fortalecer su testimonio y a sentir el amor que el Salvador tiene por ellos.