2014
Verano de servicio
Febrero de 2014


Jóvenes

Verano de servicio

La autora vive en Virginia, EE. UU.

Un verano pasé un tiempo en un país extranjero trabajando con niños que tenían necesidades especiales. Cuando los vi por primera vez, estaba muy nerviosa; no hablaba su idioma, pero confiaba en que el Espíritu me guiaría al relacionarme con ellos. Cuando llegué a conocer a cada niño, me di cuenta de que el idioma no es una barrera para el amor; yo jugaba, me reía y hacía manualidades con los niños y no podía evitar sentir un amor total por ellos. Vislumbré el amor que el Padre Celestial tiene por Sus hijos y el gozo que llenó mi corazón fue indescriptible.

Siempre que presto servicio a otras personas, no sólo siento amor hacia quienes sirvo, sino también por nuestro Padre Celestial. Realmente he llegado a saber que “cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17). El propósito de mi servicio, ya sea en proyectos grandes o mediante pequeños actos de bondad, ha sido el de glorificar a Dios (véase Mateo 5:16). Espero que al servir a los demás, las personas reconozcan mi amor por el Padre Celestial y la Luz de Cristo que arde en mi interior.