2012
Es mejor que ores primero
Julio de 2012


Es mejor que ores primero

Martins Enyiche, Nigeria

Casi dejé la Iglesia a causa de un desacuerdo que tuve con mi presidente de estaca. Pensé que él había hecho algo que no era correcto. Como sus acciones no reflejaban la manera en que yo pensaba que debían ser las cosas, dejé de ir a la Iglesia.

Mi esposa me dijo: “No puedes tomar una decisión como ésa sin orar y ayunar seriamente”.

Ella tenía razón. Después de orar por un tiempo, vinieron a mi mente las siguientes palabras con claridad y en forma directa: “El siervo de Dios es llamado por Dios”.

Esa noche tuve un sueño. En él mi abuelo me reprendió por oponerme a mi líder. Entonces me desperté y no pude volver a dormir el resto de la noche. Después de una larga noche de profunda meditación, sabía lo que tenía que hacer. Fui a hablar con mi presidente de estaca y le pedí disculpas; él las aceptó con mucho gusto y oramos juntos.

Regresé a la Iglesia de inmediato. Dos semanas después, la compañía para la que trabajo me transfirió a Abuya, la capital de Nigeria. Desconcertado, me preguntaba por qué tendría que dejar la estaca después de mis esfuerzos por reconciliarme.

Muy pronto comprendí que el Señor me estaba preparando. Durante mi segundo mes en Abuya fui llamado como presidente de rama.

Estoy seguro de que el Padre Celestial quería enseñarme la importancia de apoyar a los líderes de la Iglesia antes de llamarme a mí a ser un líder. Esa experiencia fortaleció mi testimonio y ahora hago todo lo posible por escuchar el consejo de mis líderes, pues sé que son llamados por Dios. A quien Él llama, Él cualifica1.

Nuestros líderes son seres humanos. Aunque son inspirados, no son perfectos. Aprendí que si estamos en desacuerdo con ellos, tenemos que apoyarlos, animarlos y orar por ellos y por nosotros a fin de poder confiar en Dios y en los siervos que Él ha escogido.

Nota

  1. Véase Thomas S. Monson, “Llamados a servir”, Liahona, julio de 1996, pág. 47.