Mensaje de las maestras visitantes
Las visitas de maestras visitantes: Una asignación sagrada
Con espíritu de oración, estudie este material y, según sea apropiado, analícelo con las hermanas a las que visita. Utilice las preguntas como ayuda para fortalecer a sus hermanas y para hacer de la Sociedad de Socorro una parte activa de la vida de usted.
Como maestras visitantes, tenemos una importante misión espiritual que cumplir. “El obispo, que es el pastor ordenado del barrio, simplemente no puede velar por todas las ovejas del Señor a la vez… Él depende de la ayuda de maestras visitantes inspiradas”1. Es esencial buscar y recibir revelación en cuanto a quién se debe asignar para velar por cada hermana.
La inspiración empieza cuando las integrantes de la presidencia de la Sociedad de Socorro tratan, con espíritu de oración, las necesidades de las personas y de las familias. Luego, con la aprobación del obispo, esa presidencia da la asignación de manera que ayude a las hermanas a entender que el programa de las maestras visitantes es una importante responsabilidad espiritual2.
En verdad, las maestras visitantes llegan a conocer y a amar a cada hermana, la ayudan a fortalecer su fe y le prestan servicio cuando lo necesita. Ellas buscan inspiración personal para saber cómo responder a las necesidades espirituales y temporales de cada hermana que visitan3.
“El programa de las maestras visitantes se convierte en la obra del Señor cuando nos concentramos en las personas en vez de en los porcentajes. En realidad, esta obra nunca se termina; es más un modo de vida que una tarea”4.
De las Escrituras
De nuestra historia
Eliza R. Snow, la segunda Presidenta General de la Sociedad de Socorro, enseñó: “Considero el oficio de maestra como un oficio elevado y sagrado”. Ella aconsejó a las maestras visitantes a “estar llenas del Espíritu de Dios, de sabiduría, humildad y amor” antes de visitar los hogares para que pudieran determinar y satisfacer las necesidades tanto espirituales como las temporales. Dijo: “…y entonces quizá deseen expresar palabras de paz y consuelo; y si ustedes hallan a una hermana en frialdad espiritual, recíbanla en su corazón como tomarían a un niño en los brazos, y denle abrigo”5.
A medida que avanzamos con fe como lo hicieron las hermanas de la Sociedad de Socorro en los primeros días, tendremos el Espíritu Santo con nosotras y seremos inspiradas para saber cómo ayudar a cada hermana que visitemos. “[Busquemos] sabiduría en lugar de poder”, dijo la hermana Snow, “y [recibiremos] todo el poder que [podamos] ejercer según [nuestra] sabiduría”6.