Nuestro venerado legado pionero
Todos podemos aprender mucho de nuestros primeros antepasados pioneros, quienes enfrentaron dificultades y congojas con firme valor y una fe inquebrantable en un Dios viviente.
El sufrimiento de los pioneros
“Los historiadores describen aquel primer viaje de 1847, organizado y dirigido por Brigham Young, como uno de los grandes hechos épicos de la historia de los Estados Unidos. Cientos de pioneros mormones sufrieron y murieron por enfermedades, por las malas condiciones del tiempo y por el hambre. Hubo algunos que, al no tener carretas ni tiros, literalmente caminaron [los] 2092 kilómetros a lo largo de praderas y montañas, empujando y tirando carros de mano”1.
Fe inspiradora
“Todos podemos aprender mucho de nuestros primeros antepasados pioneros, quienes enfrentaron dificultades y congojas con firme valor y una fe inquebrantable en un Dios viviente… Hubo jóvenes y niños entre los miles que tiraron y empujaron de los carros de mano o recorrieron a pie la senda de los pioneros, así como hay jóvenes y niños entre los santos actuales que son pioneros en sus propias regiones geográficas. Creo que actualmente no hay ningún miembro de la Iglesia que no se haya sentido conmovido por los relatos de los primeros pioneros. Aquellos que tanto contribuyeron al beneficio de todos, ciertamente tenían como objetivo el inspirar fe. ¡Y alcanzaron su meta de modo espléndido!”2.
Enfrentar penurias
“En las gastadas páginas del viejo diario de un pionero leemos lo siguiente: ‘Nos postramos en humilde oración al Dios Todopoderoso con el corazón lleno de gratitud hacia Él, y le dedicamos a Él esta tierra para morada de su pueblo’.
“Los rudimentarios hogares los describió con las siguientes palabras alguien que estuvo allí de pequeño: ‘No había ventanas de ningún tipo en nuestra casa. Tampoco había puerta. Mi madre había colgado una cobija vieja para cubrir la entrada, la cual sirvió de puerta durante aquel primer invierno. Ése era nuestro dormitorio, nuestra sala de recepción, nuestra sala de estar, nuestra cocina, nuestra habitación para dormir; todo en esa habitación de aproximadamente 3,6 por 4,9 metros. Cómo nos las arreglábamos en ella, no lo sé. Recuerdo que mi querida y anciana madre afirmaba que ninguna reina al entrar en su palacio se había sentido más feliz ni más agradecida por su vivienda y por las bendiciones del Señor que ella al entrar en aquel refugio terminado’.
“Esas fueron las pruebas, las penurias, las luchas y las aflicciones de épocas pasadas. Las enfrentamos con resuelto valor y una fe inquebrantable en el Dios viviente”3.
Los pioneros de la actualidad
“Honramos a aquellos que superaron dificultades increíbles; alabamos sus nombres y reflexionamos en sus sacrificios.
“¿Y en nuestra época? ¿Hay experiencias pioneras para nosotros? ¿Reflexionarán las generaciones futuras con gratitud por nuestros esfuerzos y ejemplos? Ustedes… jóvenes, pueden ser en verdad pioneros en valentía, en fe, en caridad, en determinación.
“Se pueden fortalecer los unos a los otros; tienen la capacidad de notar lo que no se percibe. Cuando ustedes tengan ojos para ver, oídos para oír y corazones para entender, podrán tender una mano a otros de su edad y rescatarlos”4.
El pionero supremo
“Al leer las páginas de la historia bíblica desde el principio hasta el fin, aprendemos acerca del pionero supremo, Jesucristo. Los antiguos profetas predijeron Su nacimiento y un ángel anunció Su entrada en la tierra. Su vida y Su ministerio han transformado el mundo…
“Un pasaje del libro de Hechos es muy elocuente: Jesús ‘anduvo haciendo bienes… porque Dios estaba con él’ (Hechos 10:38)…
“Su misión, Su ministerio entre los hombres, Sus enseñanzas de la verdad, Sus actos de misericordia, Su invariable amor por nosotros inspira nuestra gratitud y enternece nuestro corazón. Jesucristo, el Salvador del mundo —el Hijo de Dios—, fue y es el pionero supremo, porque Él fue primero, mostrando a todos los demás el camino que es preciso seguir. Sigámosle siempre”5.